Por Alcides Castagno

Santo Giuliani partió de su Italia natal en 1928, ante la permanente amenaza de la guerra y el hambre. Se radicó en Rafaela y tres años más tarde gestionó la venida de su esposa Giacomina, con la que se había casado en 1902. Ana, la mayor de sus tres hijas, relata su historia.

“Mi padre, al llegar a Rafaela, comenzó a trabajar como albañil, un oficio muy demandado en aquel tiempo en que las nuevas familias se iban estableciendo. Trabajó además en varios pueblos, como Mariano Saavedra, Colonia Bossi, Humberto I. Después de tres años, cuando vio que había trabajo y paz, mandó a llamar a su familia que esperaba sus noticias en Italia. Llegamos el 17 de febrero de 1931”.

“Santo y Giacomina tuvieron tres hijas: Ana, María y Elda. En Rafaela, tuvieron una niñez normal, propia de una familia trabajadora y unida. Cuando fue tiempo de juventud y proyectos, Ana se casó con Bruno Aníboli y tuvieron tres hijos; María contrajo matrimonio con Bruno Nedder y tuvieron dos hijos; Elda, por su parte, se casó con Norberto Palmieri y tuvieron dos hijos”.

“Nuestra tierra –sigue diciendo Ana- siempre fue Rafaela; aquí vivimos, trabajamos y fuimos felices, aunque tuvimos momentos difíciles y pérdidas de familiares y amigos. No olvido a nuestra patria italiana, pero siento como propia a la Argentina; aquí nunca faltó el amor en la familia, fui madre, abuela y bisabuela, por eso estoy muy agradecida a Dios”.