Es el deseo del intendente Luis Castellano, quien reflexionó sobre uno de los hechos históricos más complejos que le tocó atravesar en su gestión y cómo la ciudad, pese a las complicaciones, ha sostenido su crecimiento y desarrollo.
Rafaela celebra 140 años de su formación. Siempre me pasa en el mes de octubre, que hago una pausa para mirar en retrospectiva. Y la verdad es que lo que hoy veo me gusta mucho.
Recorro las calles y recuerdo los paisajes de hace un tiempo atrás. Veo una ciudad que creció constantemente, que mejoró, que se expandió en todas sus direcciones, que aún en los tiempos más difíciles, no dejó de avanzar, porque somos hijos de esta tierra que mira siempre hacia adelante.
El progreso del área industrial da cuenta de eso. Hace 25 años planificamos la radicación de las industrias en el sector noroeste. Esa planificación posibilitó el actual desarrollo, donde conviven más de 100 empresas, con una Aduana, un Instituto Tecnológico, y próximamente con un Centro Logístico Internacional que permitirá aumentar la competitividad de nuestras pymes exportadoras.
Las inversiones de estos últimos años lo lograron. Actualmente contamos con un área industrial con pavimento en todos sus accesos, con videocámaras e iluminación para dotarla de mayor seguridad, con altos estándares de productividad a partir de la llegada del gas natural antes de fin de año. Sin dudas, el área industrial de Rafaela se transformará en uno de los mejores lugares para producir en el país, a partir de un crecimiento urbano ordenado.
De la mano de ciudad productiva está la del conocimiento, la ciudad universitaria. Las propuestas educativas que ofrece Rafaela eran impensadas un tiempo atrás. Contamos con instituciones académicas conformadas por carreras de grado innovadoras, pensadas para la inserción laboral de nuestros jóvenes, para que vean su futuro acá, en esta ciudad de oportunidades.
Nuestra Universidad Nacional de Rafaela comenzó como una promesa que hoy muestra su magnitud en el ingreso a la ciudad, donde su campus nos deja admirados y orgullosos de tenerla.
Ahí me encuentro con otra de las obras que marcarán un antes y un después en estos 140 años. La autopista de la Ruta 34 dejó de ser un proyecto para ser una realidad que une, acerca, conecta, comunica, vincula a la región en todos los temas. Es una obra que comenzó a gestionar Omar Perotti cuando era intendente, y siempre la pensó -y la pensamos- a nivel metropolitano. Es la autopista de la producción porque en ella confluyen una enorme cantidad de productores y empresas. Pero también es la autopista de la seguridad vial.
Es cierto que los últimos tiempos fueron quizás los más difíciles, pero con la cooperación de todos los rafaelinos y rafaelinas, hoy nos encontramos en una etapa donde la mayoría de las actividades funcionan con normalidad. Lo hizo posible la histórica campaña de vacunación llevada adelante en el país, en la Provincia y en nuestra Ciudad, pero también la conmovedora voluntad de las familias rafaelinas para vacunarse.
Miro para adelante y me proyecto a los 150 años de Rafaela. Visualizo una ciudad renovada, donde la educación y el trabajo sigan siendo los pilares sobre los que nos afirmamos. Y ese es el gran desafío hoy, el de seguir consolidando esta ciudad modelo que entiende que en la planificación, en el trabajo y en la educación, está el ADN que nos identifica.
Desde siempre cuidamos esta tierra. Era solo la pampa salvaje donde esos pioneros supieron forjar una identidad. Seguimos preservándola, cuidando su ambiente, protegiéndolo, porque queremos dejarles a nuestros hijos, hijas, nietos, nietas, un lugar sano para habitar, una ciudad ambientalmente sustentable.
Por eso, no nos detendremos. Nunca lo hicimos. Continuaremos impulsando fuentes de trabajo innovadoras y genuinas, y a la vez, capacitando a adultos y jóvenes, facilitándoles un futuro de certezas.
Seguiremos enalteciendo a Rafaela, arraigados únicamente en el compromiso que asumimos con fuerte convicción, el de construir la ciudad que todos los vecinos y vecinas nos merecemos.
No me canso de decirlo: me llena de orgullo se rafaelino, haber nacido y crecido en esta tierra que me permitió tener a mi familia y amigos.
Siempre para adelante Rafaela, porque mejor es hacer.
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