Nuestro país se vistió con colores patrios para celebrar un nuevo aniversario del Día de la Bandera. En Plaza de Mayo, en el centro porteño, se izó una nueva insignia confeccionada por la ciudad. Sus medidas fueron la novedad: con 23,5 metros de ancho por 13,3 metros de alto se convirtió en la bandera de flameo más grande de todo el país. Para tomar dimensión de su tamaño, se podría desplegar desde el frente de un edificio cubriendo hasta el octavo piso.
La realización del paño de tamaño monumental estuvo a cargo de las distintas áreas que integran el Taller de Banderas. Las dimensiones de la insignia -supera los 310 metros cuadrados de superficie- implicaron una ardua tarea de pintura artesanal del sol.
"Dedicamos este homenaje como símbolo de júbilo para conmemorar al creador de nuestra bandera, Manuel Belgrano, y las fechas patrias que nos representan a todos los argentinos", señaló Julia Domeniconi, secretaria de Atención Ciudadana y Gestión Comunal. "Es un aporte que hacemos desde la Ciudad, entendiendo el profundo sentimiento que tenemos por nuestros colores como símbolo de unión y esperanza".
El proceso de confección de la bandera comenzó con el corte de la franja central, de color blanco, y el pintado a mano del sol, cuya dimensión debe ser proporcional al tamaño de la bandera. Además, tal como lo estipula la reglamentación, el sol cuenta con 32 rayos: 16 son rectos, otros 16 van intercalados y son flamígeros, es decir, ondulados. El rostro que lleva el sol está inspirado en el diseño de la primera moneda nacional, acuñada en 1816, aunque luego se ajustó manteniendo su estilo figurativo.
En una segunda instancia, el personal del taller se encargó de la preparación de las franjas celestes y de la posterior costura de las tres telas para unir los paños y dar forma a la bandera. La sala de costura se encargó de los múltiples detalles inherentes al proceso, desde la terminación en overlock de los bordes de las fajas a los dobladillos, refuerzos y márgenes para la colocación de las sogas de izado, correspondientes a las banderas de exteriores.
Una vez planchada y doblada, la bandera salió del taller rumbo a su destino: el mástil que corona la Plaza de Mayo, donde se izó en el día de ayer, frente a la Casa de Gobierno.
El paño celeste y blanco se fabricó para izarse en fechas especiales y será custodiado por la Unidad del Ejército del Regimiento de Granaderos. El resto del año, flamea en Plaza de Mayo una bandera de 150 metros cuadrados de superficie en tela, que confecciona el Taller de Banderas de la Ciudad.
Fundado en 1946, el taller que hoy depende de la se sitúa en el barrio de Chacarita, sobre la calle Delgado al 690. En sus instalaciones, se producen cada día banderas que luego se izan en mástiles de espacios abiertos o forman parte de los armados de escenografías en eventos o actos ceremoniales de distintos rangos. También se producen los escudos de la Ciudad que identifican a las sedes del Gobierno porteño.
La actividad diaria del taller comienza temprano. A las 8:00 hs, el equipo compuesto por una decena de especialistas en vexilología, diseñadores gráficos, artistas, costureras, carpinteros y herreros, junto al personal administrativo, organiza las tareas de la jornada.
En el espacio se elaboran mayoritariamente banderas de Argentina y de la Ciudad de Buenos Aires, aunque también se da respuesta a pedidos para actos de ceremonial y protocolo produciendo, por ejemplo, las insignias de otras provincias o países ante la visita de autoridades extranjeras. Otros encargos plantean desafíos. El taller elabora estandartes de pueblos originarios como la o la bandera del pueblo diaguita, y curiosidades como la bandera de la Libertad Civil o la de la paz.
Historia de la primera bandera argentina
El 20 de junio se celebra en la República Argentina el Día de la Bandera, en conmemoración a su creador: Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, fallecido ese mismo día en el año 1820. Cuenta la historia que Belgrano propuso crear una escarapela nacional, para que el ejército tuviera una insignia en común, y fue el Triunvirato quien aprobó la idea: "Sea la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, de color blanco y azul celeste".
De esta manera, allá por 1812, Belgrano diseñó una bandera con los mismos colores, usada por primera vez en la ciudad de Rosario, a orillas del río Paraná, donde el ejército tomó juramento a favor de la libertad y la independencia.
Esa misma bandera estuvo perdida durante años y los expertos del Museo Histórico Nacional, donde se exhibe actualmente, explican que se trata de una de las dos Banderas de Macha, nombre adquirido por haber sido hallada en 1883 en la Capilla de Titirí, al norte de Bolivia, en la ciudad de Macha. Es la primera insignia patria.
Fue el cura Martín Castro quien las halló. "Al recorrer la capilla, se detuvo frente a unos cuadros de Santa Teresa que descolgó, y al arrancar los marcos se encontró con dos grandes banderas de más de dos metros de largo", cuenta Viviana Mallol, Magíster en Historia del Arte Argentino y Latinoamericano y coordinadora técnica del Museo.
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