Fue en 2012 gracias al coraje de un grupo de veteranos de guerra que con mucho esfuerzo ganó la maratón de la amistad que se realizó con motivo del 30 aniversario de la guerra.
Por Alejandro Fabián Spivak - Pareciera que fuera ayer, pero sin embargo pasó una década de la última vez que la bandera argentina flameó en el mástil ubicado en la plaza principal de las Islas Malvinas.
Fue en 2012 cuando el maratonista cordobés Luis Escudero veterano de guerra ganó la carrera de la amistad por postas que se desarrolló en las Islas. Yo estuve allí. La emoción me embargó todo el cuerpo.
Recuerdo que cuando le hice un reportaje me respondió. "Tenía que sacar fuerzas de donde sea y ganar la carrera de postas, no podía volver a ver arreada nuestra bandera. No importaba que muchos de los maratonistas eran ´profesionales´, nosotros teníamos que vencerlos y lo logramos. La Bandera Argentina está flameando nuevamente en Malvinas"; me dijo en aquel momento Luis Escudero.
El sentimiento le ganó al periodista que había ido con el objeto de graficar la presencia de los veteranos de guerra de Malvinas que visitaban las Islas tras 30 años de la guerra.
Recuerdo como si fuera hoy cuando el entonces Gobernador de las Islas les entregó a los ganadores de la maratón las medallas, la copa y cuando bajo el Himno Nacional Argentino se Izó el Pabellón Nacional frente al Mar Argentino.
Era un domingo en horas de la tarde, cuando el día comenzaba a darle lugar a la noche.
Ciudadanos malvinenses, veteranos de guerra ingleses formados en fila escucharon con mucho respeto el Himno Nacional. Con el mismo respeto también observaron en lo más alto del mástil flamear la Bandera Argentina.
Es cierto que una maratón no cura, ni mucho menos borra las heridas de una guerra. Per, aunque mas no sea permitió que la Bandera Argentina vuelva a flamear tras tres décadas de haber sido arreada.
La maratón tuvo una extensión de 30 kilómetros. Participaron además de veteranos argentinos e ingleses maratonistas de todo el mundo.
Malvinas es un sentimiento. Debo confesar que recién en 2012 cuando la profesión de periodista me dio la oportunidad de llegar a las Islas Malvinas sentí el valor emocional que tiene ese pedazo de tierra usurpado en 1833.
La profesión de periodista me dio la oportunidad de realizar entrevistas e informes en distintas partes del mundo. Inclusive me dio la oportunidad de entrevistar al Papa Francisco, pero nada iguala el sentimiento y la emoción que sentí haber convivido, hace una década, durante una semana con un grupo de veteranos de guerra que ofrecieron su vida en el intento de recuperación de esos kilómetros de tierra usurpados por los ingleses.
Le doy gracias a la vida y a la profesión de periodista haber podido llegar a las Islas Malvinas y haber podido ver flamear en lo más alto de un mástil la Bandera Argentina.
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