El presidente de la Cámara de Pymes Metalúrgicas se hace eco de la historia de este sector industrial y convoca a actuar proactivamente ante la revolución tecnológica, en un mundo globalizado.
Funcionan cerca de 25.000 empresas Pymes metalúrgicas en la Argentina, generando más del 20% del empleo industrial, y participan aproximadamente en el mismo porcentaje en el PBI industrial, un sector que supo ser fuerte en el pasado, y que puede serlo una vez más, si acepta el gran desafío que significa la revolución tecnológica en un mundo globalizado.
La industria argentina ha sido como un boxeador que, por miedo a caer noqueado, buscó siempre la protección, tener una guardia alta para recibir los menores golpes posibles. Durante mucho tiempo creyó y apostó a esa protección, e igual de a poco recibió golpes que fueron minando su capacidad, se olvidó así de golpear, de fortalecer sus músculos, de mejorar sus aptitudes, de luchar, y hoy nos debemos dar cuenta que las peleas se ganan con buenos y certeros golpes, no solo protegiéndose detrás de una guardia.
Paradójicamente, la industria metalúrgica necesita hoy más que nunca de esa protección, porque si no la tuviese irremediablemente sería noqueada; pero esa protección debe ser selectiva y no pensar en que será eterna; debemos acostumbrarnos a pelear, a ser competitivos dentro de un Estado moderno y una sociedad cada vez más exigente, pero que a la vez entienda que la única forma de progresar es desarrollarse y ser cada vez más de avanzada en todas las áreas.
Un futuro de desafíos
El empresario Pyme debe saber que el futuro no se presenta fácil, deberá investigar, analizar, examinar, invertir, estudiar, probar, modificar, reorganizar, mejorar, arriesgar, ordenar, adecuar, innovar, reconvertirse, renovar y por sobre todo animarse en un mundo adverso y competitivo.
A través de los años como ingeniero mecánico y laboral, como industrial y dirigente gremial empresario, supe conocer y comprender a los industriales Pymes metalúrgicos, aprendí de sus orígenes e historias, supe de sus sueños y de sus problemas, y sé los capaces que pueden ser afrontando los desafíos, sé que les sobran anhelos, pero le faltan incentivos; un Estado presente, pero no asfixiante y una sociedad que los acompañe.
Nos amilana la inseguridad jurídica, la voracidad fiscal, las leyes laborales retrógradas, la deficiencia educacional, los sobrecostos, las contínuas trabas y la falta de políticas industriales activas a lo largo del tiempo.
Ante este panorama podemos hacer mucho puertas adentro de nuestras industrias, como mejorar procesos, aumentar productividad, incentivar, potenciar relaciones laborales, entre otros, pero poco podemos hacer por fuera de nuestras fábricas.
Contexto adverso
Fuera de las industrias, nuestros productos aumentan sus costos y pierden competitividad, son el producto de una carga impositiva confiscatoria; fletes y logística con muy altos costos; seguros altos por la incertidumbre e inseguridad; infraestructura deficiente; regulaciones laborales rígidas; sistema judicial perverso, etcétera, etcétera.
Los industriales Pymes metalúrgicos estamos obligados a pelear tanto dentro como fuera de nuestras fábricas si queremos crecer, no hay otra alternativa que luchar y qué mejor que hacerlo unidos. Recordemos a Bertolt Brech: "Quien no ha compartido la lucha, compartirá la derrota".
*José Luis Ammaturo es ingeniero mecánico y laboral, industrial Pyme metalúrgico y residente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (CAMIMA).
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