La remuneración al trabajo asalariado es la remuneración total que una empresa debe pagar a un asalariado en contraprestación por el trabajo realizado.
El excedente de explotación bruto es la ganancia o el déficit generado por las empresas constituidas en sociedades. Este valor surge al deducir del valor agregado, la remuneración al trabajo asalariado, los impuestos netos de subsidios a la producción y el ingreso mixto.
El ingreso mixto bruto contiene la remuneración implícita del trabajo realizado por el propietario o por otros miembros del hogar, que no puede discriminarse del rendimiento obtenido por el propietario como empresario.
Los impuestos sobre la producción son impuestos que gravan al productor, pero que no aplican al producto ni a las ganancias del productor. Son, principalmente, los impuestos sobre la propiedad, otros activos utilizados en la producción, la mano de obra empleada o la remuneración pagada a los asalariados. Los otros subsidios a la producción comprenden las subvenciones que las empresas residentes reciben para cubrir total o parcialmente ciertos costos operativos, como la nómina de sueldos o salarios, entre otros. En el cálculo cultural cobran relevancia los subsidios del INCAA a la producción audiovisual, así como los de otras dependencias públicas (INT, FNA) a diversas producciones culturales.
Una variable adicional calculada a partir de esta información es la de las remuneraciones al trabajo asalariado por trabajador, esto es, las remuneraciones brutas destinadas a los puestos de trabajo asalariados registrados y no registrados. Concretamente, se trata del desembolso que realizan las organizaciones en la remuneración de puestos de trabajo asalariado. Como dificultad metodológica, puede mencionarse que no se dispone de información que permita diferenciar las remuneraciones correspondientes a los puestos asalariados registrados y las de los puestos de trabajo no registrados, por lo que en el cálculo se supone que las remuneraciones a puestos registrados y no registrados son iguales.
Incidencia del trabajo cultural en la economía total
En un año la cultura generó 309.000 puestos de trabajo, lo que representó el 1,8% del total del trabajo privado generado por la economía argentina. Con respecto a los 301.000 puestos generados en 2016, los datos muestran un aumento interanual del 2,6%
En 2017 la participación del trabajo cultural en la economía superó a la del sector energético (electricidad, agua y gas), que representó el 0,7% del total. El aporte de la cultura al trabajo total es similar al de la intermediación financiera y representa menos de la mitad del de la salud privada y hoteles y restaurantes, y la quinta parte del de la construcción o el sector agropecuario.
En comparación con el VAB que generan, los sectores hoteles y restaurantes, construcción y salud privada generan más puestos de trabajo que valor agregado, mientras que agricultura, energía y cultura participan más en la generación de valor agregado que de puestos de trabajo.
Composición del trabajo cultural
La composición del trabajo en el sector cultural sigue una distribución similar a la del total de la economía privada, con casi la mitad de los puestos en blanco (registrados), un quinto de puestos en negro (no registrados) y un tercio de puestos cuentapropistas (no asalariados). No obstante, en comparación con el total del trabajo privado de la economía, el trabajo cultural tiene más puestos en blanco y cuentapropismo, y menos trabajo asalariado no registrado.
Por sectores
Otros sectores de actividad económica, como minería, intermediación financiera y energía superan ampliamente el trabajo en blanco del total de la economía y de la cultura. A la inversa, el sector agropecuario y el de construcción presentan los menores niveles de trabajo en blanco de los sectores considerados, cuya contrapartida son mayor cantidad de puestos en negro en el primer caso y más cuentapropismo en el segundo. Por su parte, hoteles y restaurantes tiene niveles de trabajo en blanco similares a los de la cultura, pero mayor proporción de trabajo en negro y menos cuentapropismo.
La generación del ingreso cultural permite analizar cómo se distribuye entre los distintos actores el valor que aporta la cultura a la economía. Los actores involucrados son:
1. Los trabajadores en relación de dependencia, cuyo aporte al valor agregado cultural se ve retribuido a través de las remuneraciones al trabajo asalariado;
2. los trabajadores independientes, cuyo aporte al valor agregado cultural se ve retribuido a través del ingreso mixto bruto;
3. el Gobierno, cuyo aporte al valor agregado cultural se ve retribuido a través de impuestos netos de subsidios a la producción;
4. los empresarios de sociedades, cuyo aporte al valor agregado cultural se ve retribuido a través del excedente de explotación bruto.
En 2017 la participación de las remuneraciones al trabajo asalariado en el VAB Cultural fue del 46%. El excedente de explotación bruto representó el 43%; los ingresos mixtos brutos, el 12%; y los impuestos netos de subsidios a la producción promediaron un -1%.
El sector cultural presenta una composición similar a la del total de la economía privada. En comparación con otros sectores, la cultura distribuyó en 2017 más valor agregado a empleados en relación de dependencia que los sectores agropecuario, salud privada y hoteles y restaurantes; y menos que el sector intermediación financiera.
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