Días pasados CASTELLANOS dialogaba con dirigentes de la Federación de Entidades Vecinales de Rafaela (FEV) acerca de sus expectativas por el Presupuesto Municipal 2025. La entidad elevó al Gobierno local algunas solicitudes y sugerencias sobre cuestiones económicas específicas para el desarrollo de las actividades de las Vecinales de todos los barrios de la ciudad.
Explicaron que, si bien son cuestiones económicas, califican y definen la mirada del Gobierno sobre aspectos que van más allá de números fríos y, al decir de la FEV, son demostrativos de la existencia o no de políticas de estado para con las Vecinales.
Consultados ahora nuevamente por una actualización de las gestiones, el presidente de la FEV Carlos Álvarez y el vice Rafael Barreiro definieron la situación como «con menos tiempo disponible, algunas buenas insinuaciones, información confusa y otras negativas decepcionantes hasta el momento».
«Peticionamos (término deliberadamente tomado de la jerga Constitucional) imputaciones comprensibles que no den lugar a confusiones ni posibilidad de subejecuciones disimuladas o accidentales «, explica Álvarez. Agregó: «En ese esquema, separamos los conceptos en varios ítems bien diferenciados: los gastos fijos que deben afrontar las Vecinales para el uso de las sedes; los destinados a los festejos barriales (entendiendo por tales solamente los conmemorativos de la Declaración de cada barrio como tal); y los destinados a los edificios, tanto de mantenimiento como de mejoras. Y de mínima, reparaciones de fallas estructurales peligrosas no postergables», detalló el dirigente vecinal.
Todo muy claro, de muy sencilla aplicación y control. También algo muy importante es que son montos que no implican erogaciones mayores a las previstas, no son un sobrecosto para el Estado.
«En principio, hace meses, la respuesta verbal a consultas informales era un «está difícil, vamos a ver…», agrega Barreiro, y continúa: «Hace unas tres semanas recibimos formalmente del Concejo copia del proyecto de Ordenanza o Expediente N° 32.0960/8, es decir lo elevado por el Ejecutivo al Concejo Municipal para su evaluación y eventual aprobación en diciembre. Eso fue analizado en el seno del Consejo Directivo de la FEV (integrado por todos los presidentes barriales) y objetado por confuso y por no dar respuesta a nuestras solicitudes. Hago hincapié del tipo de información – acsímil del documento y de la fuente oficial del Concejo Municipal- porque se sucedieron descalificaciones por parte del Área de Relaciones Vecinales del Municipio, lo que ya es una mala costumbre por la informalidad y parcialidad del accionar. Aclarada la fuente, se dio mandato del Consejo a la Comisión Directiva de la FEV de diálogo constructivo con las autoridades municipales para aclarar y acercar posiciones. El diálogo imposible con el Área de Vecinales sí se logró con la Secretaría de Gobierno y Modernización, el cual valoramos. De ello recibimos información de modificaciones al proyecto original en aspectos que generaban muchas dudas, lo cual fue bueno. Allí se consignan partidas generales para las obras y el mantenimiento de los edificios, que adolecen de la reglamentación o ampliaciones que permitan el seguimiento de la ejecución durante el año, y la distribución misma entre todas y cada una de las vecinales. Es decir, evitar subejecuciones o discrecionalidad indebida o injusta en los destinos reales de los fondos. Pero de cualquier manera y pendiente de subsanar esa falta de destinos específicos, una clara mejora de la situación en lo que hace a obras y mantenimiento de los edificios vecinales», puntualizó el vecinalista a CASTELLANOS.
A su vez, subrayó que «lo que es más confuso que antes, es que de la comparación con la información (Expediente) con que trabajan los distintos bloques de concejales -a la que se accedió en entrevistas con los mismos- se evidencia que ninguno de los cambios explicados a FEV existen para el Concejo, y por lo tanto, en el Expediente». Añadió: «Esperamos que sea una cuestión de la dinámica del trabajo, y que más temprano que tarde por su importancia se vea reflejado formalmente en los papeles oficiales con más las ampliaciones aclaratorias explicadas».
«El punto muerto, lo que nos preocupa mucho, agrega Álvarez, es la negativa a considerar lo referente a los gastos fijos de funcionamiento de las sedes vecinales. Allí los agravantes son varios: en primer lugar es una negativa cerrada a la consideración de una política de estado que contemple las necesidades de las Vecinales para mantener las puertas abiertas y sin endeudamientos con los proveedores de servicios como por ejemplo las facturas de la EPE que se van ignorando impagas y se crea una enorme bola de nieve, como ya pasó, le guste o no le guste al gobierno. No es sólo una cuestión numérica, es conceptual. Es como si en el pensamiento del Intendente o de quien lo decida primara algo así como ‘yo considero que las Vecinales que funcionan en edificios municipales deben ser asistidas’, versus ,’yo considero que se deben arreglar solas y vendiendo pollos o haciendo bingos en vez de asistir a los vecinos en los aspectos sociales y de todo tipo del barrio'».
El dirigente de la FEV, apuntó que «si se analiza en términos financieros, también es difícil comprender cómo podría complicar las arcas municipales» -sujetas a una polémica por su cuantiosidad- el equivalente al uno por mil del Presupuesto municipal. Los fundamentos son muy vagos, del tipo ‘si se concede eso va a ser un desorden, todos van a venir a pedir cualquier cosa, nadie va a cumplir’… No. Al contrario. La reglamentación responsable de las condiciones de acceso a esos beneficios terminaría con vicios y desórdenes crónicos. No es un cheque en blanco, sería un beneficio justificado que está condicionado a demostrar orden y responsabilidad en los manejos de las Vecinales. Destinado a aquellas que alcancen los estándares institucionales exigidos. Y controlado y con poder de veto por parte de la administración municipal, como corresponde. El último agravante es que, de no hacerlo así , o de cualquier otra manera suficientemente clara que el Gobierno propusiera, persistiría en los manejos de la cosa pública la posibilidad de discrecionalidad de los gobernantes para beneficiar a quienes ellos deseen, independientemente de que sean buenas o malas acciones, y eso no es justo ni democrático».
Existe una expectativa abierta naturalmente sobre la opinión de los concejales de la ciudad, en última instancia quienes pulen aristas y finalmente dan conformidad al Presupuesto.
«No están claras las posiciones todavía, no hemos terminado las rondas de consultas y entrevistas con los bloques y con cada uno de ellos si hiciera falta, naturalmente en la medida que nos reciban. Por ahora, la comprensión individual es un hecho, pero la aceptación es otro. Allí a priori prima en el oficialismo una suerte de tendencia a apoyar a libro cerrado las propuestas, sin detenerse en éstas en particular para eventuales sugerencias de modificaciones o alternativas. La postura de la oposición es más analítica. De cualquier manera quede claro que no hemos hablado con todos todavía, y no vamos a hacer público lo conversado, por una cuestión de respeto preferimos que oportunamente ellos valoren qué decir. Sí esperamos respuestas específicas, si simplemente actuaran disciplinadamente más allá de las convicciones uno se va a preguntar para qué se los elige, pero esas son especulaciones que no aportan nada al caso», indicaron Álvarez y Barreiro.
Finalmente, precisaron: «Lo que se resuelva en definitiva claro que va a marcar un antes y un después en la relación de la FEV y las vecinales con el Gobierno, y especialmente con el Ejecutivo, porque pareciera que todo termina arriba, no es algo ilógico. Aspiramos que sea un acercamiento, una consolidación, pero si no es así bueno, es parte del juego democrático. Se puede ser crítico sin ser opositor, aunque algún funcionario no lo comprenda, y se puede ser opositor, pero ser opositor u oficialista no es nuestra función, ése es un encasillamiento que no corresponde y que rechazamos. La lógica binaria de que si no acompañamos complacientemente somos opositores es un anacronismo. Nosotros somos vecinalistas, no Vecinalismo. No es momento de Vecinalismo. Eso viene después del fracaso en la relación con el Gobierno, no antes. Y por ahora no se trató en el seno de la FEV. Si el poder comprende que queremos acompañar y recibir la atención que redefinimos en estos meses, tanto mejor para todos. Si se interpreta como una competencia por espacios de poder y se retacea participación, trataremos de explicarnos mejor. Algunos entienden todo muy bien y otros no lo podrían entender o aceptar nunca, es una cuestión de inteligencia y autoestima. Lo nuestro es trabajo por hacer, independientemente de todo eso. Toda otra alternativa se verá después», enfatizaron a CASTELLANOS.