Este sábado se cumplen 532 años del descubrimiento de América, de cuando los españoles llegaban a nuestras tierras. En ese marco, compartimos un relato sobre aquel día tan importante y que cambiaría la historia para siempre:
"Hoy es viernes,12 de octubre de 1492. Amanece. No hay viento. La mar océana, como a él le gusta llamarla, está en calma.
El mundo parece que se hubiera quedado quieto. El primer sol del día se alza muy pálido, en la parte más lejana del horizonte, porque estamos en la temporada lluviosa de este paraje que algún día se llamará Caribe.
Rodrigo de Triana ha estado de turno toda la noche en la meseta del vigía, que queda en la parte más alta del palo mayor. Ahora, mientras termina de clarear la mañana, descabeza un sueño atrasado durmiendo a pedazos.
De súbito, aquel centinela flaco y de baja estatura, que tiene un ojo torcido y que ha sido marino de ocasión, estibador sin trabajo y asaltante nocturno en las calles de Huelva, cree ver dos siluetas pequeñas que bailan entre la bruma. Teme que el hambre le esté haciendo alucinar.
Hoy, 12 de octubre, celebramos el Día de la Raza en conmemoración de la llegada de Cristóbal Colón a América, un hito que marcó el inicio de la civilización en el continente americano. pic.twitter.com/ZPYvP0UcFN
— Casa Rosada (@CasaRosada) October 12, 2024
Por si las moscas, Triana afila su ojo bueno. Revisa con cuidado. Allí están, retozando, a veinte metros de su cara, dos gaviotas de cabeza negra, pájaros madrugadores. Vuelan hacia el occidente, aguas afuera. El vigía hace una conjetura de marino, equivalente a la que escribió Colón: "Si hay pájaros, hay tierra".
En sus escabrosas noches de taberna, de regreso a España, Triana relataría a los parroquianos lo que sintió en ese momento.
Dice que lo primero que hizo fue levantarse del puesto de vigilancia y seguir con la mirada el recorrido de las gaviotas. Vio una palma de coco en una playa que parecía ennegrecida por los aguaceros recientes. Empezó a temblar. Y entonces, con ambas manos alrededor de los labios, para hacer una bocina, pegó aquel grito que habría de cambiar para siempre la historia humana: TIERRAAA TIERRA!!!!.
Los Españoles habían descubierto América."
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