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Mario José Buschiazzo: un pionero imprescindible y el primer arquitecto de nuestro país

 Eduardo de Bianchetti

Por Eduardo de Bianchetti

El primer arquitecto argentino reconocido como tal fue Juan Antonio Buschiazzo. Nacido en Italia en 1813, se trasladó a Buenos Aires en 1831 y es conocido por ser pionero en la arquitectura en Argentina y por haber diseñado numerosos edificios importantes en Buenos Aires durante el siglo XIX.

Buschiazzo es considerado uno de los fundadores de la arquitectura moderna en Argentina y dejó un legado significativo en el desarrollo urbanístico y arquitectónico del país.

Buschiazzo era el sobrino de Juan Antonio Buschiazzo, quien fuera director de Obras Públicas del Intendente Torcuato de Alvear. Juan Antonio, fue el que abrió la Av. de Mayo, el que hizo el pórtico del Cementerio de la Recoleta, o el Mercado de San Telmo y el Palacio Municipal, entre otras obras que ayudaron a modelar la Buenos Aires de fines del XIX.

El padre de Mario murió muy joven y Juan Antonio se hizo cargo de velar por la educación de su sobrino que realizó estudios secundarios en el Colegio Internacional de Olivos, donde obtuvo medalla de honor en 1920, y seis años después se graduó en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.

En 1929 inició su actividad docente en el Colegio Nacional "Almirante Brown", de Adrogué, fue luego profesor en el Instituto Nacional del Profesorado secundario (1939-41). Allí, fijó su residencia y construyó su casa y varias de las pocas obras particulares que hizo ya que se dedicó casi con exclusividad a la docencia y a la arquitectura pública.

Se desempeñó como profesor titular de Historia de la Arquitectura y de Arte en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, desde 1941; allí, en 1947, fundó y fue el primer Director del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas que hoy lleva su nombre. Lo condujo hasta su fallecimiento y lo elevó al más alto rango entre los centros de investigación sobre la arquitectura y el arte americanos. A su vez fue el Director de la colección de Anales del IAA.

Los Anales se abrieron tanto a los trabajos producidos por los más importantes investigadores de toda América sobre la arquitectura colonial como a noveles investigadores que se foguearon bajo su firme conducción. Así, formó a toda una generación de investigadores y docentes. Esos brillantes discípulos fueron quienes nos formaron a las generaciones siguientes en el compromiso por la defensa de nuestra arquitectura como patrimonio cultural de los argentinos y como puente de hermandad con los otros pueblos americanos. Él solo, en la práctica, sentó las bases teóricas -y realizó el trabajo de campo pionero- de la historiografía científica en este tema hasta entonces poco explorado.

Trabajó en la Dirección de Arquitectura de la Provincia de Buenos Aires (1929-30). Trabajó en varias, obras entre ellas la capilla del Cementerio de La Plata, escuelas, hospitales y edificios públicos en varias puntos del territorio provincial.

Fue jefe de la Sección Monumentos Históricos de la Dirección General de Arquitectura de la Nación. Al crearse la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos, en 1938, por impulso del Dr. Ricardo Levene, pasó adscripto a la misma como asesor técnico hasta 1946. En 1963 fue nombrado vocal del organismo.

Aquí volvió a ser pionero al restaurar el Cabildo de Buenos Aires. Esta es sin duda uno de los aportes más relevantes tanto a la praxis de la intervención en edificios de altísimo valor patrimonial, como a la elaboración de criterios y directrices teóricas. Pero el tándem Levene-Buschiazzo entendía de símbolos. La elección del Cabildo como sede del organismo rector del patrimonio edificado para toda la Nación, fue un acierto enorme y colocó el tema en el centro de la discusión sobre los orígenes del país, nuestras raíces culturales y nuestra proyección, que solo puede ser genuina si se arraiga en esos potentísimos signos que sirven de puente entre las generaciones.

En orden al impulso inicial, en 1941 se sancionó la Ley Nº 12.724 que promovió la reconstrucción de la Casa donde se declaró la Independencia en Tucumán. Mario J. Buschiazzo utilizó planos realizados en 1874, cuando la casa fue comprada por el Gobierno, también dibujos y fotos antiguas (sobre todo la de Ángel Paganelli, de 1869). Aquí tuvo algunas herramientas documentales mayores para su cometido. Dejó escrito que, avanzando con los trabajos, fue encontrando los antiguos cimientos y que esto fue una corroboración de los supuestos desde los que había partido. Lo que -sin dudas- fue un logro notable, trabajo sobre la elevación de la fachada, desde la cumbrera de la Sala de la Jura (única sobreviviente de la Casa original) y usando la proyección y rectificación de la perspectiva de la foto de Paganelli, consiguiendo dibujar con notable precisión el geometral de la fachada icónica.

Día del arquitecto Juan Antonio Buschiazzo
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