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La vida y la evolución de las Islas luego de haber pasado por una guerra

Cuatro décadas después de la guerra, los habitantes del archipiélago, la mayoría de ascendencia británica, gozan de un muy buen estándar de vida, en una comunidad tan próspera como tranquila.

Una cosa fueron las Islas Malvinas antes de la guerra de 1982, y otra después del conflicto entre Argentina y Gran Bretaña por la soberanía del archipiélago. Hasta aquella contienda bélica, la comunidad isleña, de muchos menos habitantes que ahora, vivía en plena calma, desarrollando un lugar tan remoto como apacible del mundo, con asistencia tanto británica como de nuestro país. Hoy, la vida es calma, pero mucho más próspera, y ahora exclusivamente por la dependencia voluntaria de sus habitantes al Reino Unido.

Antes de la guerra, hasta llegaron a flamear en un acto las banderas de ambas naciones; fue cuando se inauguró a principios de la década de los '70 una pista de aviación, realizada en forma conjunta por la Fuerza Aérea Argentina y Vialidad Nacional.

Pero si hoy alguien le preguntara a uno de los isleños, que en un 99,8% se manifestaron en un referéndum que la misma comunidad organizó en 2013 a favor de seguir dependiendo de Gran Bretaña, qué le parecería que volvieran a flamear en un acto las dos banderas allá, es capaz de responder "solamente, por encima de nuestros cadáveres. Antes que eso, muertos".

Doy fe de esa respuesta de una familia de Kelpers, como se denominan orgullosamente el grupo de habitantes de la generación anterior y algo posterior también a la guerra, de manera muy distinta a como tradicionalmente se enseñaba y difundía en el continente respecto de que el término era un apodo británico de cierta connotación despectiva hacia los isleños. "Cada barbaridad hemos leído o conocido de lo que ustedes (entiéndase 'ustedes los argentinos') decían sobre nosotros...", me dijo una vez un Kelper.

Antes de la guerra, también había un puente aéreo regular con el continente, realizado por LADE, y convenios de educación y turismo, a través de los cuales niños de las islas visitaban la Patagonia. El nivel educativo del archipiélago austral era notable, gracias a maestros británicos de muy buena formación; auténticos pioneros, que hasta enseñaban español. También, hubo maestros argentinos allá.

La presencia militar británica (algo que de manera constante existió desde enero de 1833) en las islas era limitada, incluso existía una fuerza de seguridad que reforzaba al personal de las Fuerzas Armadas del Reino Unido.

¿Cómo repercute en la población isleña?

Para los habitantes de las islas, todo "se pudrió" el 2 de abril de 1982. Hace exactamente 40 años. De ser menos de 2 mil personas en la muy tranquila comunidad resguardada por un reducido número de Royal Marines, de repente se vieron invadidos por las fuerzas de ocupación que bajo la consiga Las Malvinas son argentinas intentaron de golpe cambiar las costumbres, las tradiciones, los usos, las reglas, la vida.

"Sentíamos miedo. Caminaba con mis hijos pequeños y a veces éramos apuntados por los fusiles de los soldados argentinos", me dijo muy respetuosamente un señor mayor Kelper, durante una caminata por uno de los campos de batalla, en una inolvidable visita que realicé a las islas, donde fui recibido de manera muy amable y respetuosa por los habitantes. Recién me dijo algo así, cuando insistí en querer saber cómo había sido. Le pedí que no tuviera reparos. Mi respeto hacia ellos, que viven en el lugar, que saben bien de qué se trató y se trata, también fue mi convicción.

Las tropas británicas los liberaron de la ocupación argentina que vivieron. Eso es lo que sintieron. Así fue para ellos. Es por eso que el 2 de abril no sólo no se conmemora nada en las islas, ni tampoco hay una manifestación en contra de Argentina. Nada. Es simplemente un día más, pero que segura y lamentablemente debe traer tristes recuerdos a la generación de aquel señor mayor Kelper. También, son días que afectan a quienes fueron War-kids, niños de la guerra; algunos de los cuales recién con los años pudieron comenzar a hablar y aún hoy luchan con sus recuerdos de aquel otoño del '82.

El 14 de junio, día en que terminó la guerra con la rendición argentina, por el contrario es genuinamente celebrado en las Malvinas. Para sus habitantes, es "El Día de la Liberación". Es todo lo opuesto al 2 de abril.

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