Cada 14 de junio se celebra el "Día Mundial del Donante de Sangre", con el propósito de motivar la donación voluntaria y habitual de sangre.
Donar sangre es un acto de solidaridad indispensable porque no existe una manera de fabricarla; sólo se obtiene a través de personas dispuestas a donarla. Para que todos los pacientes que la necesiten puedan contar con este recurso vital, las donaciones voluntarias y frecuentes son fundamentales, ya que garantizan la disponibilidad en los centros de hemoterapia.
La sangre se utiliza frecuentemente para tratar a mujeres con complicaciones del embarazo, como embarazo ectópico y hemorragias antes, durante y después del parto, así como a niños con anemia grave, víctimas de accidentes y pacientes sometidos a cirugía o que padecen cáncer.
Es necesario disponer de un suministro regular de sangre debido a que puede almacenarse sólo por un tiempo limitado antes de su uso. La donación regular por parte de un número suficiente de personas sanas es esencial para garantizar su disponibilidad en cualquier momento y lugar necesario.
Según indica el Ministerio de Salud de la Nación, "se puede donar sangre con un intervalo mínimo de 2 meses. Los hombres pueden donar hasta cuatro veces en un año y las mujeres, tres" .
Esta acción simple y solidaria no es tan común como se desearía debido a muchas falsas creencias que desalientan la donación. Apenas el 5% de los potenciales donantes lo hace en forma regular. A continuación, se derriban algunos de estos mitos junto a Fundación Swiss Medical:
10 mitos sobre la donación de sangre
1-"Tengo tatuajes, no puedo donar": Falso. Con tatuajes sí se puede donar, solo es necesario que hayan pasado 6 meses desde que te lo hiciste. Lo mismo ocurre con los piercings.
2-"No puedo donar porque tomo medicación": "En muchos casos la medicación sí es compatible con la donación, como los analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos, tratamientos hormonales, ansiolíticos y medicamentos para la presión. Las personas que están tomando antibióticos, anticoagulantes, medicamentos oncológicos o insulina no pueden donar. El resto de los medicamentos serán evaluados en la consulta pre-donación.
3-"Soy hipertenso y no es compatible": Si la presión arterial está regulada gracias a la medicación, es posible donar. Se la suele medir antes de la donación, al igual que la hemoglobina.
4-"Me da miedo, el proceso es doloroso": No es doloroso y es rápido. El procedimiento no difiere de una extracción de sangre común.
5-"Me voy a sentir mal": Sólo se extrae una unidad de sangre si el médico evaluador considera que la persona está apta para hacerlo, que se reemplaza en cuestión de horas, por lo que no te afectará en tus actividades diarias.
6-"Hoy no puedo, ya desayuné": Para donar no es conveniente tener el estómago vacío, no es necesario estar en ayunas; de hecho, es aconsejable desayunar y mantenerse hidratado antes y después de la donación. Se suele confundir la donación con los análisis de sangre, que sí se deben hacer en ayunas.
7-"Tuve hepatitis en la infancia": La hepatitis A no es un impedimento para donar sangre una vez recuperado. Las hepatitis B y C, en cambio, sí impiden donar a quienes las han padecido.
8-"Corro riesgo de contagiarme alguna enfermedad": Las bolsas de extracción son estériles y el procedimiento se realiza bajo estrictas normas de asepsia. Se puede donar sangre en cualquier banco, desde el más pequeño al más grande y en todos se seguirán las normas de seguridad y asepsia.
9-"¡Engorda!": Falso. Este mito no tiene ninguna base científica. La donación no hace subir de peso ni es necesario aumentar la ingesta calórica luego para "reponer" la sangre extraída. Sí se recomienda tomar abundante agua después de la extracción para mantener una correcta hidratación.
10-"La sangre solo se necesita para emergencias": Si esperamos a realizar una donación en el momento en el que surge una emergencia, ya estamos llegando tarde (desde que se dona hasta que se puede utilizar una unidad de sangre pasa un tiempo no menor a 24 horas). Es fundamental contar con sangre lista y disponible para todos los pacientes que la necesiten.
Requisitos para donar sangre
-Tener más de 18 años.
-Pesar más de 50 Kilos.
-No estar embarazada o en período de lactancia.
-No estar anémico (bajos glóbulos rojos).
-Sentirse bien.
-No haber donado sangre en los últimos 2 meses.
-Concurrir habiendo ingerido el desayuno habitual.
-Presentarse con DNI.
Protocolo de transfusiones y uso óptimo de la sangre
En los últimos años, el aumento de la conciencia en torno a los riesgos inherentes a las transfusiones sanguíneas ha dado origen a iniciativas dirigidas a minimizar esos riesgos, haciendo foco en la selección y en el empleo de mayor tecnología. Sin embargo, la gran atención centrada en la seguridad de los productos sanguíneos no se ha equiparado con un interés semejante en mejorar las decisiones en torno a la transfusión, dando como resultado el concepto de "uso óptimo de la sangre".
La sangre es un recurso humano limitado y las transfusiones dependen de la solidaridad y altruismo del donante voluntario. Por ello, es necesario jerarquizar el papel fundamental del donante de sangre y hacer un buen uso del componente sanguíneo.
En este sentido, la práctica de la Medicina Transfusional hace hincapié en el uso prudente y restrictivo de la transfusión sanguínea, es decir la indicación de una transfusión debe basarse en que los beneficios superen los riesgos inherentes a la misma y que no se disponga de otras alternativas terapéuticas.
Implementación de Programas de GSP
Mundialmente hay miles de personas trabajando de alguna manera en la investigación, implementación, divulgación y enseñanza que implica el cambio de paradigma que propone Patient Blood Management (Gestión de la sangre del paciente, GSP), un nuevo estándar de atención que, bien aplicado, salva vidas, mejora el pronóstico de recuperación del paciente, disminuye estancias hospitalarias, empodera al paciente a decidir sobre su tratamiento y colateralmente evita transfusiones innecesarias y ahorra miles de millones a los sistemas de salud del mundo.
El proyecto aborda el estudio de las anemias, las patologías de la coagulación y la pérdida de sangre (tanto en pacientes clínicos como quirúrgicos), los factores de riesgo y los resultados médicos adversos por las decisiones tomadas. Según la GSP, la anemia y la carencia de hierro se clasifican como problemas graves de la salud mundial que afectan a miles de millones de personas. A pesar de ello, sigue habiendo un gran desconocimiento y una escasa puesta en práctica de este Programa.
Con protocolos adecuados, se ha demostrado en varios países que se pueden disminuir las transfusiones de glóbulos rojos en un 41%, plasma en un 47% y de plaquetas en un 27%, mejorando la evolución de los pacientes con una reducción de la mortalidad del 28%, de infecciones del 21%, eventos vasculares como infarto, ACV del 31% y duración de la estadía hospitalaria del 15%.
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