La meningitis es la inflamación de las meninges, que son las membranas que recubren el cerebro, el cerebelo y la médula espinal y desempeñan un papel importante en la protección y el funcionamiento adecuado del sistema nervioso central. La meningitis bacteriana puede ser causada por distintos microorganismos, siendo el meningococo (Neisseria meningitidis) uno de los principales.
Esta bacteria es la responsable de la Enfermedad Meningocócica Invasiva (EMI), que se caracteriza por la invasión del meningococo en el torrente sanguíneo (sepsis meningocócica) y la meningitis es la forma de presentación más frecuente.
Meningitis bacteriana
Se trata con antibióticos intravenosos (IV) lo antes posible, y en ocasiones con corticoides. Los antibióticos ayudan a asegurar la recuperación y a reducir el riesgo de complicaciones. Los corticoides, como la dexametasona, ayudan a aliviar la inflamación en el cerebro y a reducir la presión dentro del cráneo. También se administran líquidos intravenosos para reemplazar los perdidos por la fiebre, la sudoración, los vómitos y la falta de apetito.
Meningitis viral
Se trata con reposo, líquidos y medicamentos para el dolor y la fiebre. La mayoría de los niños con meningitis viral se sienten mejor en siete a 10 días y pueden recuperarse en casa.
Para prevenir la meningitis, se puede:
*Vacunarse.
*Lavarse las manos a fondo y con frecuencia, sobre todo antes de comer y después de ir al baño.
*Evitar el contacto directo con personas que estén claramente enfermas.
*No compartir con personas enfermas alimentos, bebidas ni utensilios para comer.
¿Por qué la meningitis se diagnostica en forma tardía?
El mayor problema que presenta la enfermedad es que sus primeros síntomas muchas veces no son atendidos debidamente porque son comunes a otras afecciones, por lo que la intervención médica se produce en forma tardía. Algunas de sus manifestaciones más frecuentes son fiebre, irritabilidad, cuello rígido, diarrea, somnolencia, rechazo a la luz, dolor de cabeza y náuseas o vómitos.
Hay 12 serogrupos de meningococo que se denotan por las letras A, B, C, W, X e Y. En la Argentina, según los datos publicados por el Instituto Malbrán, el serogrupo B es actualmente el más prevalente, representando el ciento por ciento de los casos en menores de un año desde 2022. Respecto de la enfermedad meningocócica invasiva, en 2022 su incidencia aumentó en más de ciento por ciento con respecto al año anterior y la tendencia continuó en alta en 2023.
La meningitis bacteriana puede dejar secuelas irreversibles, tales como sordera, ceguera o problemas neurológicos hasta en el treinta por ciento de los niños que la padecen. El meningococo puede propagarse de una persona a otra a través de la saliva o las secreciones respiratorias, especialmente en situaciones donde hay un contacto cercano, como compartir utensilios, estornudar o besarse. Es por esto, y por su sistema inmune inmaduro, que los lactantes y niños menores de cinco años conforman el principal grupo de riesgo de contraer la enfermedad.
En tanto, GSK asume diariamente el compromiso con la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su objetivo de poner fin a la meningitis para 2030. A través del desarrollo y la distribución de vacunas innovadoras, trabaja activamente para prevenir esta enfermedad devastadora y proteger a las poblaciones más vulnerables. La vacunación y la concientización son herramientas claves en esta lucha, contribuyendo a un futuro más saludable y libre de meningitis.
Este sábado es el Día Mundial
El "Día Mundial de la Meningitis" se conmemoró este sábado, se trata de una enfermedad grave que afecta principalmente a los niños pequeños y que si no se la trata a tiempo puede tener consecuencias devastadoras.
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