La epilepsia es una enfermedad cerebral crónica que se da por una hiperexcitabilidad del cerebro que genera una descarga anormal y excesiva, cuya principal característica son las convulsiones recurrentes. Esta dolencia se presenta de diferentes maneras, desde movimientos bruscos involuntarios del cuerpo hasta períodos de ausencia por unos segundos.
Esta enfermedad afecta tanto a varones como a mujeres y en iguales proporciones, es decir, que no hay una predominancia por género. Sus causas son variables y van desde las genéticas o hereditarias, falta de oxígeno al nacer, nacimiento prematuro, golpes “serios” en la cabeza o hasta tumores cerebrales. En tanto, los estímulos que desencadenan las crisis epilépticas son muy numerosos y tales como luces centelleantes, sonidos repetitivos que, en caso de presentar una gran intensidad, pueden provocar convulsiones.
Esta patología neurológica que muchas veces se manifiesta en forma crónica y produce un alto grado de discapacidad e impacto en la calidad de vida, no sólo es responsable de las crisis epilépticas, sino que muchas veces viene asociada a trastornos de ansiedad, del estado de ánimo, a cuestiones de estigmatización y problemas sociales de tipo escolar primero y laboral y económico en la adultez.
Según los especialistas, los síntomas de la epilepsia dependen del área del cerebro en donde inicia la descarga y el área a la cual se propaga, por lo cual no dependen del género del paciente. En el mundo, existen aproximadamente 70 millones de personas con epilepsia, mientras que se estima que en la Argentina podría haber más o menos 5 millones con esta patología.
El diagnóstico
Para arribar al diagnóstico de la epilepsia,los primeros estudios indicados por los médicos son un electroencefalograma y una resonancia magnética de cerebro. Cuando la resonancia de cerebro es normal y el paciente tiene una epilepsia de difícil manejo o refractaria, que no responde a los medicamentos convencionales, hay que empezar a buscar otras causas que no se evidencian en las imágenes, que pueden estar relacionadas a enfermedades metabólicas o ser de origen genético.
Si bien no hay registros locales sobre epilepsia y los casos refractarios a medicamentos, se estima que corresponden a cerca de un 25% de los casos, lo que representaría potencialmente unos 50 mil niños en nuestro país. Para determinar que se está frente a un caso de epilepsia refractaria es fundamental contar con un neurólogo de cabecera que guíe el tratamiento, sobre todo cuando el paciente empieza con el cuadro de epilepsia, para encontrar la causa y orientar el tratamiento.
Los tratamientos disponibles para la epilepsia incluyen la cirugía, los medicamentos y la terapia cetogénica. Con un tratamiento anticonvulsivante adecuado, hasta un 70% de las personas con epilepsia podría vivir sin convulsiones y llevar una vida normal.
En cuanto, a la terapia cetogénica, estudios recientes evidencian un efecto positivo en el funcionamiento cognitivo y conductual, mejorando el estado de ánimo, incrementando los niveles de aprendizaje y reduciendo niveles de ansiedad. (NA)
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