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"Cuando uno puede hacer lo que le gusta, deja de llamarlo trabajo"

Así lo manifestó el periodista, conductor y relator, Alejandro Ambort, en diálogo con CASTELLANOS, respecto a su profesión y lo que implica trabajar de lo que "a uno le gusta".

SUSANA. La profesión de una persona varía según cada uno, según las posibilidades, según lo que puede o quiere elegir, pero son pocos los afortunados que pueden decir que trabajan de lo que les gusta, y este es el caso del periodista, conductor y relator Alejandro Ambort. 
"Cuando uno puede hacer lo que le gusta, muchas veces hasta uno mismo deja de llamarlo trabajo cuando verdaderamente lo es. No todos pueden quizás hacerlo de ésta manera, yo puedo decir que en lo que va de mi vida pude y puedo tener esa maravillosa posibilidad. Gracias al esfuerzo, las ganas y la dedicación, pero fundamentalmente al acompañamiento inquebrantable de mis viejos, de mi casa", manifestó en diálogo con Diario CASTELLANOS, el además presidente comunal de la localidad de Susana. 
El comunicador -que realizó sus estudios primarios en la Escuela 406 "Simón de Iriondo" de Susana, y realizó los estudios secundarios en la Escuela 204 "Domingo de Oro" La Normal de Rafaela (en su época no había casa de estudios de nivel secundario en la localidad vecina)- comenzó a hacer sus primeras cosas en la comunicación de muy joven, a los 12/13 años. "Además de jugar muchas veces antes en mi casa a presentar programas, canciones y demás, tuve la chance de hacerlo por primera vez y que algunos me escuchen en la Iglesia del pueblo, ahí en la parroquia había puestas unas bocinas en las alturas de la torre y en una salita abajo un reproductor de cassette, una pequeña consola y un micrófono. Dos o tres tardes por semana me encargaba de poner música y leer las publicidades de los negocios del pueblo. Fue un lindo comienzo la propaladora, la gente me escuchaba pero no me veía, no me di cuenta pero la pasión por la radio empezó a caminar ahí. Era como jugar pero más que eso era empezar a caminar", contó. 
También recordó cuando iba a la Expo de la Rural de Rafaela con un grabador de cassette y jugaba a hacer notas, entrevistas y una especie de programa desde la expo que era todo ficticio, "con la fortuna algunos años más delante de estar pudiendo hacer de verdad no uno, sino varios programas de radio desde ese lugar". 
De ahí en más, contó que le dieron muchas posibilidades de seguir incursionando en lo que tanto le gustaba. Tomó una especia de corresponsalía de la localidad para el programa Acontecer de Darío Bonino que se emitía desde Plaza Clucellas y empezó a hacer sus primeras notas para la tele, aproximadamente con 15 años, promediando el secundario y de allí en adelante durante bastante tiempo, después llegó la posibilidad de hacer un programa de tele en el canal local del pueblo y en el mientras tanto la radio se convertía en su gran pasión y el gran trabajo de todos los días.
Ambort, terminó sus estudios secundarios -en diciembre de 2001-, hecho que coincidió con la trágica y compleja crisis que padecieron todos los argentinos. 
"En ese tiempo, en mi último año de cursado de secundaria ya había empezado a hacer algunas colaboraciones en radio. Esa noche, la del miércoles 19 de diciembre de 2001, yo estaba en la radio y en el país se desató de manera espontánea el recordado cacerolazo, en Rafaela también, y así fue que me mandaron a la calle con un Handy para hacer móvil en vivo y contar lo que pasaba", recordó. 
Consultado sobre si ese fue un gran estreno personal ante la gente de radio de la ciudad, Ambort dijo: "Puede ser, de hecho se dice que de las crisis surgen posibilidades, y esa sí fue una crisis fuerte". 
"Al año siguiente pude comenzar a cursas los estudios universitarios pero al mismo tiempo ya poder estar trabajando de lo que estaba estudiando. Y así fue que cada año tenía más horas cubiertas de trabajo que las horas que debía estar en la facultad. Eso hizo un poco más larga la terminación de la carrera pero indudablemente más provechoso y enriquecedor el camino. De ahí en más pudo cada día, cada año cubrir más horas de trabajo diarias. En la mañana conducía el programa Red Urbana; y por la tarde era parte de La Diaria, con esa gran familia de compañeros transitamos La Red Rafaela, Del Plata Rafaela, Unirred y Universidad. Y  llegó la hermosa posibilidad del Diario CASTELLANOS, que fue mi casa durante varios años. En el medio el deporte y la inigualable experiencia de relatar fútbol y básquet, y la grandiosa posibilidad mediante ellos de viajar y recorrer el país entero y otros países también. De paso, cuando quedaba algún rato de algún fin de semana libre me encantaba (me gusta mucho todavía) hacer conducciones de eventos y animaciones de fiestas sociales", recordó. 
Y agregó: "Si hacemos la cuenta entre el arranque temprano en la radio a la mañana y el cierre tarde en la noche del Diario, más los partidos y eventos de los fines de semana, todo el tiempo prácticamente estaba cubierto, pero cansarme de trabajar nunca, ya que amaba cada cosa que podía hacer. De niño jugaba en casa, a los 12 años leía publicidades en la propaladora del pueblo, con 20 años no tenía casi espacios libres en el día, hacía todo el tiempo lo que me gustaba y podía vivir de eso".

"El desafío más lindo de mi vida"

Ambort explicó cómo fueron sus inicios en la función pública, diciendo: "La cercanía entre Susana y Rafaela no solo es muy buena, en mi caso fue maravillosa. El pueblo es mi lugar en el mundo y la ciudad me abrió las puertas, me permitió sumar conocimientos y me dio la posibilidad de trabajar de lo que me gusta, por ello nunca me fui de mí lugar, y pude estar y participar en instituciones". "En el 2012 tenía 28 años y allí con un grupo de amigos emprendimos un desafío nuevo, quizás inimaginable pero que ese amor y pertenencia por nuestro lugar lo hicieron posible. Comenzamos a armar un grupo de trabajo para ponernos a disposición de los vecinos en un acto eleccionario. Fue tan propio y desde cero que una vez armado el grupo nos dimos cuenta que necesitábamos aval político para poder presentarnos y luego llegó eso. En el 2013 lo intentamos por primera vez, nos acompañó mucha gente y nos faltó muy poquito, mientras que en el 2015 se dio, ganamos la elección y asumimos al frente de la Comuna", manifestó. 
"No fue sencilla la decisión, había logrado durante muchos años ocupar gran parte de todos mis días con mi profesión, con lo que me apasiona desde chico y esta nueva etapa implicaba resignar gran parte de ese camino recorrido y esa construcción. Así fue, la nueva, enorme y hermosa responsabilidad que con su confianza me dieron los vecinos de mi pueblo y que se convirtió en la gran prioridad, desde el primer día (aunque sin saber mucho qué y cómo hacer aún)", continuó.
Ambort se refirió al presente enunciando: "Hoy hace casi siete años que cada día y cada instante de mis días están a disposición de esta gran responsabilidad que me toca afrontar, pero elegí hacerlo de esa manera y porque entiendo que es la mejor manera de responder a la confianza de la gente. Claro que la radio y la comunicación me siguen apasionando y agradezco poder hacer algo de ello cada tanto, es un cable a tierra y una pausa necesaria. Hoy sigo ocupando gran parte de mis días y trabajando de lo que me gusta, no solo por los ratos de radio, también y ampliamente por la gestión diaria en mi pueblo". 
Sobre el enorme desafío que afronta y ante las preguntas: ¿Si no hay horarios? y ¿que no se distinguen días?, Ambort dijo: "Puede ser, pero de eso se trata esta responsabilidad y afrontarla como corresponde, ni bien ni mal, todos nos equivocamos y así aprendemos, pero entregando todo cada día, estando a disposición en el momento que sea. Elijo hacerlo de ese modo y lo haré mientas pueda responder de esa manera". 
"En unos días cumplo 38 años. Primero fueron unos 15 años entre la radio, la tele y el diario. El año que viene serán 8 años en la Comuna. Más de la mitad de mi vida trabajando pero con pasión y de lo que me gusta y eso no solo es cuestión de mérito y esfuerzo personal; claro que hay parte de eso pero hay otra que es invalorable y única, la que depende de otras personas y seres que la vida te pone en el camino. Por eso seré siempre un eterno agradecido a quienes me dieron la maravillosa posibilidad de trabajar de lo que me gusta y permitirme hacer camino, ellos saben quiénes son. Y mi vida entrego para agradecer a mis viejos, esos que cuando el adolescente dijo querer ser periodista; o un poco más adelante, aparecí diciendo que iba a ser presidente de la comuna y deseaba trabajar por mi pueblo, nunca dijeron no o pusieron mala cara, siempre dijeron sí y acompañaron, cada paso, cada desafío, cada etapa. A esos dámelos siempre, aunque sé que no se puede, incluso me quedará pendiente ese abrazo con mi viejo y que me vea en la comuna, pero si hoy camino es porque ellos me enseñaron a hacerlo y cada cosa mía, mis principios, mis valores, mis virtudes y defectos, orgullosamente digo que vienen de ahí y estarán siempre conmigo", destacó el presidente comunal.

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