Hay una máxima en política que se cae de la boca de todos pero que muy pocos se animan a concretar: «Hay cosas que hay que hacer en el primer año de mandato, porque después se vuelven imposibles». Y es lapidariamente cierto: El día de mayor poder de un gobierno es el primero, después, cada día, ese poder va perdiendo volumen. Y en el final, opera siempre, el Teorema de Vernet (1)

La media sanción en el Senado de la reforma previsional dio formal comienzo a una etapa de cambios institucionales en la provincia de Santa Fe, que hasta hace un año parecían imposibles de hacer. Los radicales y socialistas dieron la primera señal de firmeza en la decisión tomada sobre el futuro de las jubilaciones provinciales, que confirmaran el próximo jueves, más allá de las protestas y los reclamos de sectores gremiales y judiciales, históricamente ligados al justicialismo.

Y es que por primera vez en 41 años de democracia continua en Santa Fe, los sectores «no peronistas» tienen mayorías en ambas cámaras legislativas y un humor social que acompaña la demanda de cambios profundos y estructurales: En pocos meses, probablemente menos de un año, el gobernador radical se plantea modificar la Caja previsional, reformar la estructura de la Justicia Santafesina Y reformar la Constitución provincial, que es la más antigua de Argentina.

Pullaro no solo cuenta con esta «ventana» histórica de mayorías parlamentarias- que no tuvieron nunca Binner, Bonfatti y Lifschitz- y se apoya en algunos resultados iniciales de su gestión: la drástica baja de los indicadores de homicidios y violencia en todo el territorio, pero especialmente en Rosario; y una exitosa pelea con los sindicatos docentes por el ausentismo de los maestros, que se redujo en mas de un 50% en apenas tres meses de “premio al presentismo”.

El animo lo empuja a resolver ahora, lo que tiene a su alcance: Cuatro de los cinco jueces de la Corte Suprema, superan holgadamente los años prescriptos por la Constitución provincial y los fallos de la CSJN. Los cuatro llevan mas de 25 años en sus sillones, y los cuatro, tienen origen literalmente justicialista: Falistocco y Gastaldi, fueron funcionarios del peronismo. Gutierrez fue primo político de Reutemann al acceder a su lugar; mientras que Spuler, era el abogado personal del ex piloto de F1.

La Corte, como ya expusimos en estas páginas, es lo único que no cambia en Santa Fe desde hace 30 años, y no tiene en mente cambiar. Y parece que le llegó la hora.

El próximo domingo, en horario de primera misa, el gobernador se sentará cara a cara con los integrantes del máximo tribunal, y todo parece indicar que llego la hora de la verdad: o presentan amablemente sus jubilaciones, o el asunto se resolverá “contando porotos” en la legislatura.

La denuncia sobre una presunta “eliminación de la división de poderes” resulta inconsistente, si se entiende que es la propia Carta Magna, la que establece ese mecanismo para resolver los incumplimientos flagrantes de los jueces a las normativas vigentes.

Gutierrez no pudo controlar su naturaleza y afirmo lo que no le convenia afirmar ante semejante correlación de fuerzas: “Yo me voy a ir cuando quiera de Tribunales”, admitiendo que siente al lugar casi de su propiedad.

El final del poder no es un asunto fácil de digerir para nadie. Menos para un hombre que vio pasar a siete gobernadores desde el sillón de Presidente del máximo tribunal. Se entiende la perdida, pero esta algo flojo de argumentos.

La pelea final será la necesidad de la Reforma Constitucional. Allí Pullaro tiene, quizás, el camino mas complejo: La posibilidad de obtener un segundo mandato consecutivo, dependerá mas de los ánimos de sus socios de UPCSF y de las ambiciones de algunos correligionarios.

Pero hay algo que resulta indiscutible, al menos con la foto de hoy: Si la coalición gobernante pretende ganar, cuenta en Pullaro con un nombre difícil de superar. Pero ya sabemos que eso debe tenerse en cuenta cuando ocurran los hechos, mientras tanto, todo necesitara de una cocción lenta y muy moderada, de la que se están encargando sus principales alfiles políticos, entre los que se deben contar a algunos socialistas.

Así las cosas, Pullaro no detiene el paso. No sin lamentos de los adversario: “ se esta llevando todo puesto” dicen algunos historicos representantes del peronismo, entre los que se deben mencionar a los principales operadores judiciales.

No le quedan muchas alternativas. El tiempo, en estas circunstancias, cotiza en oro. La tarea no es sencilla, pero probablemente no habrá otra oportunidad como esta.

Y Pullaro, como buen alumno de Lifschitz, entiende que la acción supera cualquier relato. Fuente: Conicherep