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Opinión

El Topo Alberto en su hora más gloriosa

Alberto ha sido para el kirchnerismo lo que Pearl Harbor a la flota norteamericana en el Pacífico.
Alejandro Borensztein

Por Alejandro Borensztein

Antes que nada repudiamos enérgicamente al dirigente de La Cámpora que viajó a Inglaterra disfrazado de Mauricio Macri y se metió en el vestuario del Manchester City para sacarse una foto con Pep Guardiola. Es obvio que fue una maniobra pergeñada por el Instituto Patria para simular que el Gato, mientras busca imponer candidatos, definir políticas y liderar la coalición opositora, anda boludeando por el mundo como si la Argentina no estuviera atravesando la peor crisis de su historia. Repudiamos desde acá este intento de desprestigiar al jefe de la oposición y de avergonzar a muchos de sus votantes.

Aclarado el punto, vamos a lo importante.

Ni el más optimista de los conspiradores imaginaba que el plan de infiltrar a Alberto Fernández en el kirchnerismo para destruirlo iba a salir tan redondo.

Pasaron dos años desde que esta página reveló detalles del operativo “Alberto de Troya” ideado en 2019 por los poderes concentrados (Corte Suprema, Richard Nixon, Eduardo Feinmann y otros malvivientes hegemónicos), y que consistió en introducir al “presidente” en el corazón del kirchnerismo para que, una vez adentro, los arruine. En realidad, Alberto no era ese chanta que simulaba ser por televisión sino que se trataba de un héroe que estaba destrozando su propio gobierno, sacrificándose para salvar a la República de la autocracia kirchnerista. Soldado heroico, Alberto es el Sargento Cabral del Siglo XXI, cubriéndose de gloria su vida rinde haciéndose inmortal.

Si bien todavía le quedan 6 meses de gobierno, el daño que el Topo Alberto ya les ha provocado es devastador. Inflación desbocada, devaluación sin precedentes (de 60 a 480), pobreza e indigencia en aumento, desprestigio internacional, papelones históricos, degradación institucional y una colección de frases desopilantes han sido algunas de las estrategias que utilizó el “presidente” para llevar al peronismo hacia el mayor estupor de su historia. En otras palabras, Alberto es al kirchnerismo lo que Pearl Harbor fue a la flota norteamericana del Pacífico.

Es evidente que este verdadero Almirante Yamamoto del Frente de Todos no pudo haber logrado todo esto solo. Así como cuando se deschavó el vacunatorio VIP supimos que Ginés, Verbitsky y Zannini eran parte del operativo, hoy podemos asegurar que el “presidente” tiene muchos más cómplices. Cafiero y Tolosa Paz, seguro. Lo de Cerruti puede que sea una ayuda involuntaria porque ella es así naturalmente, pero lo de Massa solo se entiende si el tigrense también es parte del complot. Su aporte es fundamental.

Cuando la inflación andaba en 5 ó 6 puntos prometió que para marzo se reduciría a una cifra que empezaría con 3. Estamos llegando a junio y vamos derecho a un 9 ó 10% mensual. Nada de esto es casualidad y, definitivamente, no fue magia.

Muchos se preguntan cómo es que Cristina mordió el anzuelo y no se avivó siendo que Ella es tan inteligente. Una vez más queda probado que Cristina es brillante pero tiene tanta mala suerte que nunca puede demostrarlo.

Fue Ella la que en 2007 llevó como Vice a Cobos y en 2011 a Amado Boudou. En 2013 enfrentó a Massa y se quedó sin “Cristina eterna”, para luego nombrar a Kicillof en Economía y terminar de arruinar su gobierno. En 2015 designó a Zannini como celador de Scioli e impulsó a Aníbal para competir en la provincia con el resultado que ya todos conocemos. En 2017 su pelea con Randazzo le quitó los 5 puntos que la hicieron perder contra Esteban Bullrich. Finalmente en 2019 cometió el error garrafal de ponerlo a Alberto creyendo que lo necesitaba para ganar y, cuando en las PASO de agosto abrieron las urnas, descubrió que a Vidal le había sacado 20 puntos y a Macri 17. Nunca sabremos si esto último fue error de Ella o genialidad de los conspiradores que la convencieron para enchufarle el Alberto de Troya. Posiblemente ambas cosas.

Moraleja: cada vez que tuvo que elegir abrió la puerta equivocada. De haber participado, nunca hubiese ganado el viaje a Bariloche en Feliz Domingo.

Ahora anunció que no será candidata. ¿Comete el error de no ver que detrás de Ella iba todo el peronismo unido contra una oposición dividida o simplemente escapa del naufragio? Ella no lo sabe. Nosotros sí, pero no lo decimos para no poner en riesgo el operativo Alberto de Troya Parte II. Cuando se avive será tarde.

Ahora los conspiradores del gobierno disimulan. Allá van lanzados al grito de “¡se viene la derecha!”. Como lema es flojito considerando que es toda gente que anda a los chupones con Insfrán, Capitanich, Manzur, Scioli, Moyano, Barrionuevo, Milani, Alperovich, Zamora, Massa, Ishii, Espinoza o Berni entre otros revolucionarios. Tienen tanta derecha adentro que, para poder equilibrar el staff del proyecto nacional, tendrían que afiliar a todos los miembros del Politburó Chino.

Por suerte para el kirchnerismo, casi no les quedan menemistas. Muchos ya no están y otros como los Kirchner, Parrilli o Scioli se han ido depurando y ya tienen poco menemismo en sangre. Esos riñones vienen trabajando duro. Hace 20 años que están meando y tratando de eliminar toxinas ideológicas. Aún así, ante un control policial que les haga el test de menemlemia, les va a dar arriba de 0,5 y les van a retener el disfraz de progresistas.

A propósito de Parrilli, acaba de declarar en relación al renunciamiento de Cristina, que “ojalá la posta la tomen los que se incorporaron a la política con Néstor y Cristina”. ¿Estarán pensando en una fórmula Lázaro Báez/José Lopez?

Al parecer, la frase de Parrilli refiere a Wado de Pedro quien ya anticipó en un reportaje que va a hacer “lo que le pida Cristina”. O sea, él solito agarró hilo, aguja y se cosió los hilos de títere. Caramba. O el tipo es otro Caballo de Troya o esto ya arrancó muy mal.

El caos kirchnerista está siendo aprovechada por JxC donde las disputas de cartel se van aclarando. Ya sabemos que en la Provincia de Buenos Aires la pelea Bullrich/Larreta se resolverá a través de las candidaturas de Grindetti y Santilli, que ya se están matando por ver quién es el que va a ir a perder contra Kicillof.

Algo similar pasa en CABA. Ya sabemos que serán Jorge Macri y Quiroz quienes van a disputarse el derecho de ir a perder contra Lousteau. Lo que todavía no sabemos, ya que ninguno de los candidatos lo ha dicho, es cuál es exactamente el plan económico, quién será el ministro de economía o cómo piensan combatir la inseguridad. Todas cosas que, al lado de las candidaturas, no le interesan a nadie.

Por suerte nos queda Milei, pero hoy es domingo y mejor no molestarlo. Debe estar en su casa, descansando y degollando conejos.

A propósito de Milei, declaró en TN que apoya la libre venta y portación de armas. Curioso libertario este muchacho. De todo lo bueno que tiene la democracia norteamericana el tipo va y elige lo peor.

Mientras Cristina, La Cámpora, Grabois, Macri, Bullrich y el resto de la grieta se fascinan con la idea de llevarnos a la guerra civil, el genio de Milei propone que los argentinos podamos comprar fusiles en COTO. Hermoso.

Ante este panorama ¿qué hacemos amigo lector? ¿Nos pegamos un tiro en los coglioni? De ninguna manera. No tenemos más remedio que hacer lo de siempre, y lo único que mantiene en pie a nuestro bendito país: lunes a laburar, martes pagamos impuestos, miércoles juega Boquita por la Libertadores y el jueves todos al Cabildo para conmemorar la Revolución de Mayo y el Primer Gobierno Patrio. Todos menos los kirchneristas que se cagan en Saavedra, Moreno, Paso y Belgrano porque ellos ese día festejan la llegada de los Kirchner al poder.

Calma. Veamos la parte positiva. Al fin y al cabo ese 25 de mayo de 2003 fue el día en que Néstor y Cristina borraron de su historia el hecho de que, además de impulsar las privatizaciones, apoyaron los indultos a Videla y Massera.

Como les pasa siempre, también en los 90 abrieron la puerta equivocada.

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