"Fue un día muy movido porque desde temprano empecé con notas para distintos medios", fue lo primero que dijo Verónica Camargo al contactarla por esta entrevista. Con amabilidad se hizo unos minutos para conversar con CASTELLANOS, entre medio de otros reportajes que ya tenía programados.
Camargo es la mamá de Chiara Páez, la adolescente de 14 años que fue asesinada en 2015 a manos de su novio Manuel Mansilla en Rufino, al sur de nuestra provincia. Aunque esa tragedia la llevó a ser una referente del tema, ella cuenta que desde hacía mucho tiempo antes ya era una luchadora por los derechos de la mujer: "Después de la muerte de Chiari lo empecé a vivir de otra manera. Siempre estuve comprometida con eso, pero por supuesto que después de lo que pasó mi compromiso se hizo más público".
La causa que originó el Ni una Menos
El caso de Chiara tuvo gran impacto a nivel nacional y motivó ese mismo año la creación del colectivo "Ni una Menos". Ese fue también el lema de una masiva marcha de protesta convocada en decenas de ciudades del todo el país contra la violencia hacia las mujeres.
Con el pasar del tiempo, algunos grupos radicalizados en ideología de género y feminismo tomaron control de esas manifestaciones, incorporando además la consigna del aborto entre sus reclamos. Esto hizo que muchas personas, que en un principio habían adherido al pedido de seguridad, dejaran de sumarse a las convocatorias, entre ellas la propia Verónica.
Ella reconoce el trabajo de las organizadoras originales, pero explica que quienes se hicieron cargo luego no mantuvieron la idea original. "Después del 2015 no participé más del movimiento en la marcha nacional. Del único Ni una Menos que participé fue en el 2015 con el primer colectivo de periodistas que lo organizó, y para ellas no tengo más que palabras de agradecimiento. Me sentí muy contenida, muy bien tratada y sentí que era parte de ese primer Ni una Menos. Pero después en 2016, cuando lo tomó otra gente, ya se radicalizó más, se puso agresivo y más político".
Otra de las razones que la alejó a ella, como a otras personas, fue la insistencia del colectivo con el tratamiento y aprobación de la ley de aborto. Este punto pasó a ser innegociable para pertenecer al movimiento y desalentó a aquellas mujeres que deseaban mantener las consignas originales.
"Después parecía que el único punto de reclamo era el aborto y obviamente menos me sentía parte. Siempre digo que queremos reclamar derechos y justicia pero no mediante la violencia, porque la violencia solo trae más violencia. Creo que el camino tiene que ser de diálogo, de paz y de consenso. Es importante que todas podamos ser parte y que tener una ideología u otra no significa descalificar al otro porque piensa diferente a mí. Además la empatía debe ser real y no esa sororidad de la que tanto se habla", expresó Camargo.
También se mostró disconforme con aquellas que intentan crear una guerra entre hombres y mujeres, porque explicó que la gravedad de los problemas que se enfrentan no pueden ser trabajados en base a las divisiones: "La solución a la violencia contra las mujeres es junto a los hombres. No tenemos que ver al hombre como si fuera nuestro enemigo. No todos son violentos, violadores y demás. Al contrario, hay muchos que nos están acompañando en esta campaña".
El rol de los jueces
Por otro lado, remarcó el papel del Poder Judicial en la aplicación del derecho: "Creo que la solución es que tengamos un sistema judicial que actúe severamente cuando los hechos son tan horrorosos como en el crimen de Chiara, es decir, con una sentencia ejemplar. Esa es una forma de erradicar la violencia. Obviamente que también hay que trabajar en la prevención, la educación y la salud. Pero si tenemos una Justicia que actúe severamente, ahí vamos a estar mejor".
Posible reducción de pena
Mansilla fue juzgado como menor y condenado en 2017 a 21 años y medio de prisión. Por ser menor de edad al momento del crimen, le dictaron dos tercios de la condena máxima de 35 años. Mansilla y su familia lograron que, en febrero de 2021, la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe anulara la prisión y ordenaron que se lo juzgara nuevamente por un Tribunal de Justicia de Menores bajo la carátula "tentativa de homicidio", con una condena potencial de 10 a 15 años. Como ya cumplió 7 años en la cárcel, si se convalida lo decretado por la Corte, podría acceder a salidas transitorias y la reducción de su condena.
El 1 de marzo se realizó una audiencia de apelación en los Tribunales de Venado Tuerto y la Cámara analiza el caso. Mientras tanto, los padres de Chiara volvieron a revivir el drama. Verónica Camargo, luego de la audiencia, expresó que "fue muy duro escuchar a la abogada defensora hablando de las virtudes de Mansilla, que es buen estudiante y trabajador. Un niño no actúa con la frialdad que tuvo después de asesinar a Chiara; me llamó por teléfono y estuve con él cuando fui a hacer la denuncia a la comisaría después de cometer un crimen tan horroroso".
Durante toda la jornada de ayer, a través del hashtag #ChiaraEnMiCorazón, se buscó viralizar en redes sociales mensajes con fotos y videos pidiendo para que no le reduzcan la condena al asesino.
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