Por Martín Lehmann
A fines del mes de abril se presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de eutanasia firmado por Jimena Latorre (UCR), en coautoría con otras reconocidas figuras como Margarita Stolbizer (Encuentro Federal) y Martín Tetaz (Evolución Radical).
Como era de esperarse en un año electoral, la propuesta ingresó en silencio y hasta el momento no se ha pregonado mucho fuera del Congreso. Probablemente nadie quiera verse obligado a tener que definir una postura sobre un asunto tan delicado a pocos meses de los sufragios.
Afortunadamente esa tibieza generalizada tiene sus excepciones y existen quienes ya manifestaron su posición al respecto. Es el caso del diputado nacional Francisco Sánchez (PRO), quien a través de su cuenta en Twitter expresó: "Eutanasia NO! Ni ahora ni nunca".
Entre la vida y la muerte
Sánchez, reconocido por su intenso activismo a favor de la vida durante el tratamiento de la ley de aborto, ahora enfrenta otro desafío planteado por legisladores que incluso integran su mismo espacio político.
"La eutanasia es una forma de finalizar la vida de las personas con la excusa de terminar con el dolor y el sufrimiento, tanto del enfermo como de los familiares. Hoy se utiliza en pocos lugares del mundo, como Países Bajos y Bélgica. Para algunos son legislaciones muy progresistas, pero para mí están sumergidos en una decadencia de la cual les cuesta mucho salir. Este proyecto es absolutamente contrario a nuestros valores porque nosotros tenemos como cultura la defensa del más débil", dijo el Diputado.
Sin embargo explicó que esa cultura está siendo atacada desde hace varios años con propuestas que buscan la eliminación de los seres más débiles. Como ejemplo se refirió a la aprobación de la ley de aborto en diciembre de 2020. "Con leyes como esas estamos promoviendo que se eliminen esas vidas, entonces hay una cultura que acepta la eliminación de las personas que están enfermas en estado terminal en unos casos y transitorio en otros. Todo esto es buscado por un grupo de personas que tiene poca oposición".
Un fierro caliente
Consultado acerca de por qué cree que aún casi nadie ha salido a hablar de este proyecto, respondió que se debe a que son temas con poco consenso: "Yo creo que tiene que ver con una cuestión de oportunidad, de no discutir en un contexto electoral temas que no son propiamente de la agenda. Además se busca que no dejen a un sector del oficialismo pegado con uno de la oposición en un tema en el que nos van a encontrar a muchos enfrentándonos".
Además se animó a pronosticar una alta probabilidad de que la iniciativa consiga los votos requeridos para convertirla en ley: "Creo que están los números para aprobarlo y efectivamente, cuando se decidan a ponerlo a consideración, lo van a terminar aprobando".
Ante el hecho de que algunos de los firmantes del texto sean personas que comparten su espacio político, dijo que ha podido hablar con ellos al respecto. Explicó que tiene en general una buena relación pero no lo unen muchas cosas. Puso como ejemplo a los diputados que aprobaron el aborto, diciendo que en estos temas tiene una distancia y la va a tener también con el asunto de la eutanasia: "Vemos el mundo de una manera muy distinta. Lo que no significa que uno no pueda tener un buen diálogo, un buen trato y cordialidad, pero no me unen demasiadas cosas. Posiblemente ellos sientan que están llevando adelante una causa noble, pero sus principios y valores son radicalmente distintos a los míos".
Poca o nula lectura
Sánchez también fue crítico respecto a la liviandad con que varios legisladores tratan asuntos tan profundos y determinantes como este. "Hay de todo. Sé que hay muchos diputados que no leen nada, ni lo analizan en profundidad porque el bloque vota de una determinada manera o porque los mandan a votar de tal o cual forma. Eso es contrario a los principios del sistema representativo que tenemos en Argentina. El representante no está para levantar o bajar la mano de acuerdo a lo que le indican. Está para analizar o para estudiar en profundidad los proyectos y en base a eso tomar decisiones. En este caso yo creo que va a pasar lo mismo".
Los pocos medios que han tratado el tema hasta ahora, han intentado atacar la posición del Diputado neuquino utilizando su religión como motivo para desacreditar su posición. Como respuesta Sánchez, ratificó la importancia de defender la libertad de culto que le sirve como guía para su accionar dentro y fuera del parlamento: "Yo soy católico apostólico romano además de argentino. Las personas no somos divisibles, somos una. Yo no dejo la dimensión espiritual ni dejo de ser católico en ningún ámbito. Pero eso no implica que yo vaya a querer instalar una catedral dentro del Congreso. Significa que siempre que yo tome decisiones van a estar impulsadas sobre mi base filosófica, mis creencias y mi fe. El que no lo hace así se está engañando a sí mismo y engaña a las personas que confiaron en él. Porque nadie es una cosa acá y otra cosa allá".
Intereses adentro y afuera
Por último, confirmó la sospecha de este medio cuando fue preguntado sobre la injerencia de intereses foráneos que operan en nuestro país para que se aprueben este tipo de leyes: "En lo del aborto hubo incidencia de organizaciones supranacionales que todavía operan en Argentina. Por ejemplo Amnistía Internacional es una organización que puso mucha plata para que se apruebe el aborto. También hubo cosas que no puedo probar. Pero hubo diputados que cambiaron de opinión a último momento. Estaban muy convencidos de una idea y terminaron cambiando su decisión. No tengas duda de que hay plata en el medio de muchas decisiones que se toman. Lo hemos visto en proyectos como el etiquetado frontal o algunos proyectos ambientalistas. Tienen financiamiento de ONGs que parece que defienden determinados valores y principios, cuando en realidad las impulsa el dinero. Generalmente dinero dólar, es decir, de afuera de Argentina. Son intereses que no son para los argentinos. Son cosas que a nosotros no nos sirven y no nos convienen", finalizó Francisco Sánchez.
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