Ayer, en el Concejo local se vivió un clima de gran tensión, dado que se votaba la suspensión total de los tributos municipales, proyecto presentado por la oposición. El mismo no obtuvo los votos necesarios y se terminó aprobando la moción del oficialismo que propuso solo la suspensión por dos meses, pero con un ajuste en los meses de noviembre y diciembre.
Todo eso se dio en un clima tenso, y ante la presencia de sindicalistas locales y vecinos de la ciudad, quienes acompañaban la postura de la oposición.
En ese marco y ante el resultado de la votación, hoy la CGT local compartió un duro comunicado:
"Una vez más, el oficialismo local le da la espalda al pueblo. En la sesión de este jueves en el Concejo Municipal se vivieron momentos de tensión ante las reiteradas faltas de respeto de un grupo de concejales, no entendiendo nuestro rol ni nuestro reclamo como representantes de los trabajadores.
No hace falta describir el escenario critico que se vive en Argentina a nivel económico y social. No hace falta describir la terrible situación por la que atraviesan distintas empresas de Rafaela, en las que ya hay una gran cantidad de despidos y, en otras, en donde se viven las horas más difíciles porque los números no le cierran ni a empresarios ni a trabajadores. Ahí también estamos los Sindicatos dialogando y haciendo lo posible para que ningún trabajador ni su familia queden sin su fuente de sustento. Tal vez al oficialismo no le importe, porque ellos sí tienen garantizados sus onerosos ingresos mensuales (unos 2.5 millones al mes), sueldo que, les recordamos, le pagamos todos los trabajadores con nuestros aportes. La situación es crítica por donde se la mire, pero lo que no se puede tolerar es la falta de empatía y la profunda desconexión con la realidad de los trabajadores de quienes se dicen sus representantes.
Ya hay profundas muestras de por qué el 300% de incremento de la tasa municipal es abusivo.
A quienes no le cierran los números es a los trabajadores, que vieron licuado su poder adquisitivo por las políticas de la motosierra, políticas que el Intendente Viotti y su equipo de concejales no solo adhieren, sino que ponen en práctica a diario: cada vez menos derechos y cada vez más cargas para la clase trabajadora. Ellos, que, paradójicamente, para ganarse la confianza del pueblo dijeron que venían a “cuidar sus bolsillos”.
Es de amplio conocimiento que las sesiones del Concejo son públicas, porque es el órgano democrático por excelencia. Sin embargo, en la sesión de ayer, al oficialismo local se lo vio cuanto menos incómodo con nuestra presencia en el recinto. Una presencia que tuvo como objetivo escuchar y tratar de comprender las razones ante el desmedido aumento de tributos. Lamentamos que quienes se dicen defensores de los ciudadanos, terminen embarrando la cancha…
Peyorativamente se nos acusa de ser trabajadores pagos, de vagos, se cuestiona la legitimidad que nos brinda cada trabajador con su voto cuando nos elige como sus representantes. La concejal Boidi, ironizó sobre nuestro trabajo y pretendió hacernos callar con una frase banal, jocosa… triste. El “decorado” se calla, dijo… Queremos expresar que la CGT no es “decorado” y mucho menos nos vamos a callar.
Defendemos a los trabajadores de la enorme quita de derechos que pretende hacer este gobierno y que tiene un correlato directo en nuestra ciudad. No nos vamos a callar y no vamos a ser cómplices de este aumento de la tasa del 300% desmedido y abusivo, que sigue licuando el ingreso de quienes trabajan y no llegan a fin de mes. No nos vamos a callar, como pretende el oficialismo local, para ser cómplices del mayor saqueo de la historia a los rafaelinos y rafaelinas.
Es muy fácil cuestionar esto, no solo atendemos a afiliados, sino a jubilados, esta situación no da para mas
El concejo le da la espalda a pueblo, no solo por las reiteradas faltas de respeto que vivimos como representantes de los trabajadores, sino por como y de la manera abusiva de saquearle la plata a la gente
Un lugar que debería ser de todos los rafaelinos, les molesta nuestra presencia porque pone en evidencia que quieren hacer a puertas cerradas el mayor saqueo de la historia mientras que los trabajadores a duras penas tratan de llegar a fin de mes".
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