Por Anabella Bettello
Ingredientes
· 2 pechugas de pollo (8 filetes)
· Hojas de salvia fresca
· 8 lonjas de jamón crudo, o jamón cocido (lo que tengas)
· 40 gr. Manteca
· Vino Marsala (u otro vino dulce)
· Palitos de brochet
Preparación
· Limpiamos las pechugas de pollo eliminando posibles restos de grasa que puedan tener. Cortamos las pechugas en 8 filetes de unos 70-80 gr. Si queremos que sean más finos podemos aplastarlos un poco o golpearlos ligeramente con un martillo de cocina, una vez tapados con papel transparente.
· Encima de cada filet colocamos un lonja de jamón y encima de esta una o varias, según el tamaño, hojas de salvia que sujetamos con el brochet.
· No es necesario añadir sal a la carne, la que le aporta el jamón es suficiente. Lo ideal es cubrir casi toda la superficie del filete con las hojas de salvia, por eso si tenemos hojas pequeñas le colocaremos varias.
· Calentamos la manteca en una sartén y añadimos los filet armados con la hoja hacia abajo, que sea esta la primera en freírse, así la manteca se va a impregnar desde el principio de los aromas de la salvia. Freímos por ambos lados durante unos minutos y reservamos en una bandeja tapando los filetes con papel de aluminio para intentar mantenerlos calientes hasta que terminemos de freírlos todos.
· Una vez que tenemos todos los filets listos los reservamos en una bandeja y añadimos a la sartén el chorrito de vino Marsala o el vino dulce que vayamos a usar. Con la ayuda de una cuchara de madera vamos soltando los jugos que se hayan quedado pegados en el fondo de la sartén.
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