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Le football aux footballeurs

Oscar Martinez

Por Oscar Martinez

"Le football aux footballeurs", el enorme cartel que los jugadores colgaron en el balcón del primer piso de la Federación Francesa de Fútbol, en los días calientes de Mayo del '68 tiene, aún en estos tiempos modernos en donde el negocio se devoró por completo al deporte, enorme vigencia. Significa: "El fútbol a los futbolistas", pero su contenido, eso si, no es el mismo. Aquel "Le football aux footballeurs" reclamaba reivindicaciones sociales, lo mismo que pedían los estudiantes, los obreros y los intelectuales que tomaban universidades, fábricas y teatros, mientras formaban barricadas en las calles y combatían con la policía del General De Gaulle. La revuelta del Mayo francés, pocos lo saben, tuvo también su capítulo deportivo, que refleja con precisión Ezequiel Fernández Moores.

Los futbolistas galos ocuparon la Federación, colgaron su cartel de combate en el balcón y formaron un Comité de Acción. Su cabeza fue nada menos que Just Fontaine, el máximo goleador de las Copas, con sus trece goles en el Mundial de 1958. El célebre Raymond Kopa, lejos de ser un marxista, decía a France-Dimanche que era preciso: "Libertar a los futbolistas". Los jugadores del Saint-Etienne, doble campeón de la temporada, reclamaban un aumento salarial de modo perentorio. Dany "el Rojo", Daniel Cohn-Bendit, el hijo de alemanes, líder de las revueltas, escupía en la cara al ministro de la juventud y el deporte y los estudiantes marchaban hacia Porte d'Autenil, lo que ahora es Roland Garros, donde la burguesía se deleitaba con el Abierto de tenis de Paris. Michel Clare escribía en el habitualmente conservador L'Equipe sobre las "fallas de nuestra administración" y "la necesidad de diálogo", aunque luego el diario criticaría en su editorial a los estudiantes por su "desprecio" al deporte, algo ciertamente reñido con la verdad, por lo menos para Dany "el Rojo", un histórico amante del fútbol, admirador del buen juego francés y de las selecciones de Brasil.

"El fútbol a los futbolistas", hay que admitirlo, no se refiere ya a reclamos sociales, perimidos por políticas de ajuste y sindicatos en retroceso. La proclama, eso sí, podría tener al menos connotación futbolera. ¿Podrá significar mayor posibilidad para que los jugadores gocen en el campo de esa misma libertad que sintieron los estudiantes cuando tomaron las calles de París? Se trata sólo de un sueño. El Mayo francés provocó euforia, aunque hoy sus críticos se burlen señalando que aquellos estudiantes revoltosos luego fueron ejecutivos acomodados. Estos críticos llaman al Mayo francés "el cadáver exquisito", igual que algunos nostálgicos se refieren al tipo de juego de aquellos años.

En nuestro país el nivel del fútbol es muy distinto al que muestra la selección. Esa diferencia se nota del mismo modo si uno compara nuestros torneos con las principales ligas de Europa, y se potencia aún más cuando miramos las instancias decisivas de la Champions League. Algunos de los grandes titulares de los diarios argentinos siguen haciendo foco en los problemas económicos de los clubes. Muchos de los cuales, y a pesar de esto, cambian sus entrenadores apenas los resultados no son los esperados o los hinchas los comienzan a presionar. Es esta presión la que empuja a que los entrenadores hagan, en decir de Valdano, tácticas para mantener sus puestos de trabajo más que para ganar partidos arriesgando. Porque si no ganan, los dirigentes los convertirán en chivos expiatorios para salvarse de los barras. Entonces los futbolistas juegan con temor. Y se sabe, no se puede jugar con miedo. En todo caso lo que se hace es simular que uno juega, mientras se limita a cumplir con su función de futbolista profesional.

¿Podrán alguna vez los jugadores en nuestro país volver a las fuentes? ¿Eso de jugar como en la calle, jugar tratando de dar alegría por la manera de buscar el resultado antes que por el resultado en sí? ¿Podrán irse de un estadio aplaudidos por haber buscado la victoria desde el principio con armas dignas, a pesar de haber perdido? ¿Podrán soñar con volver a jugar sin miedo? ¿Podrán volver a ser los protagonistas centrales del juego de la pelota por delante de los buscadores profesionales de excusas? Parece imposible. Un sueño imposible.

Pero soñar aún no está prohibido. Dany "el Rojo" lo decía hace cincuenta y cinco años: "Sea realista, demande lo imposible".

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