Por Oscar Martinez
Los caminos del Quilmes Atlético Club y la cervecería y maltería "Quilmes" están unidos desde hace más de 125 años. El club se fundó el 27 de noviembre de 1887 y es considerado el "decano del fútbol argentino", ya que participa desde 1893 en lo que hoy es la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). Paralelamente, en la ciudad del sur de la Provincia de Buenos Aires también surgía la histórica cerveza argentina. En 1888, Otto Bemberg, un inmigrante alemán que trajo desde su país el entusiasmo y la pasión por esta bebida, fundó la Cervecería Argentina. Dos años después, el 31 de octubre de 1890, se "tiró" el primer chopp y empezó a venderse con la marca "Quilmes", rescatando el antiguo nombre indígena de la localidad. Desde febrero de 1996 hasta la actualidad, el logo de la empresa se puede ver en las camisetas titulares y alternativas de los equipos de la primera división y la división reserva. Una imagen ya emblemática del fútbol argentino que, desde hace algo menos de un año, se consolidó firmando un contrato de sponsoreo de por vida. Sí, para siempre. Algo que es la envidia de cualquier club que no sea Boca o River. Esa relación hace que para nosotros, enfrentar a Quilmes sea simplemente jugar con los "cerveceros".
Además, la empresa tiene una larga historia de avisos inolvidables ligados al fútbol y, fundamentalmente, a los mundiales. Además de "Bendito sea", recuerdo con mucho cariño la del Mundial de 1998 en Francia, cuya canción es, definitivamente, una de las más pegadizas y fue bautizada como "Gol, en tu cabeza hay un gol". La del Mundial Alemania 2006, donde la canción que acompaña a las imágenes de los fanáticos emocionados es "No me arrepiento de este amor" de Gilda, pero interpretada por Attaque 77. O la del Mundial Japón 2002 y la canción "Eran otros tiempos". Y la maravillosa "Elijo creer" de este inolvidable Qatar 2022.
Nosotros tenemos una larga historia con ellos, que se inició el 16 de septiembre de 1989 y se extiende por 49 partidos, toda una vida deportiva. El recuerdo de aquel encuentro se lo debo a Diego Oviedo. Se jugó en el Monumental y ganamos por 1 a 0 con gol de penal de Hugo Querini a los 45' del primer tiempo. La Crema, dirigida por Horacio Bongiovanni, formó con Manis; Marcelo Riberi, Querini, Otero y Berzero; Bernasconi, Alfaro (89' Dante Fontana) y Alastuey; Alderete; Garnica (69' Fuentes) y Grillo. Quilmes, bajo la dirección técnica de Hugo Tocalli, lo había hecho con Castagneto; Escalante, Karabin, Almandoz y Ayala; Gaspari, Rodríguez y Sosa; Di Diego (62' Marinella); Blason y Ruffini (74' Gómez). El árbitro del encuentro fue Carlos Trechuelo y se recaudaron 4.584.601 australes. ¡Australes!
Este domingo les ganamos. Nosotros veníamos de dos derrotas que nos hicieron dudar del camino que el equipo venía transitando desde la primera fecha. Y ellos estaban muy arriba. Fue una noche soñada, porque el equipo recobró su andar, porque el marco y el clima fueron sensacionales, y, fundamentalmente, porque ganamos y de manera merecida. Esto último me parece fundamental, porque ganar con mérito fortalece las convicciones.
En el cambio de actitud y de forma de jugar tiene un enorme mérito el entrenador. Hace una semana, tras la derrota en un partido desdoblado, ante Jujuy, escribí que era el tiempo del técnico, ideal para conocer de qué madera está hecho Medrán. Éste tomó decisiones, los jugadores las hicieron propias, y ante un rival de extrema jerarquía Atlético recobró su juego y tomó altura. La que lo llevó a estar muy cerca de la cima de la tabla. El equipo nos demostró este domingo que merecen que creamos en ellos. Y entonces se lo robo a Quilmes, "yo elijo creer".
Es sólo el comienzo de un largo torneo, pero empezar como hasta aquí, incluso con el bajón de las dos fechas anteriores, es fundamental para que el estadio se vea lleno de gente como en las mejores épocas. Y es que este domingo no se trató de un encuentro con lo mejor de nuestra historia, en realidad se trató de sentir el sabor del reencuentro.
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