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Deportes

El fin del maleficio

"La batalla entre el amor y el miedo determina el fin para acabar con un maleficio. Si simplemente pudiéramos sentir un amor profundo hacia la vida, Dios, la naturaleza o el propio fútbol, de tal magnitud que las lágrimas brotaran de nuestros ojos, sería una manera simple de limpiar nuestra aura de cualquier influencia negativa”, Andrea Salgado.
Oscar Martinez

Por Oscar Martinez

Entre el 25 de septiembre de 2021 y este 3 de marzo de 2023 pasaron un año, cinco meses y seis días. Fueron 22 partidos angustiantes, conformados por nueve empates y trece derrotas durante 524 días. Y, si quiere más datos, habitaron tres entrenadores en el maldito banco del visitante. Walter Otta, Rubén Darío Forestello y Ezequiel Medrán. Entre aquella última victoria por la 27° fecha de la Primera Nacional, ante Tristán Suárez por 2 a 1 con goles de Guillermo Funes y Claudio Bieler, y este 2 a 0 del viernes ante Deportivo Riestra en el estadio Guillermo Laza, hay mucho más que números. Incluso los tres que entrega el resultado y que pone al equipo Celeste al tope de la tabla. Hay una confirmación. Se terminó el maleficio de no ganar fuera del Monumental. Cuando el árbitro decretó el final del juego se confirmó lo que presagiamos desde la primera fecha: que este equipo va por otro camino, uno por donde transitaron muchos de los mejores conjuntos del club. Es sólo el comienzo del torneo y habrá que ver cómo reacciona ante la adversidad, pero haber terminado con semejante maleficio da cuenta de su personalidad.

La vida es sueño, decía Calderón de la Barca, y el mundo del fútbol se alimenta de ellos. Como no encontrábamos en la realidad lo que buscábamos, en este caso una victoria de visitante, y ya se había cambiado buena parte del plantel tras el cierre del torneo anterior, entonces echamos mano a los sueños. Un par de amigos me dijeron en la semana que, de tanto desearlo, imaginaban como sería ganar fuera de casa. En estos 22 partidos se sufrió un tiempo de angustias cada vez más grandes. Incluso después del decepcionante empate en cero, por el rendimiento del equipo, frente a Atlanta. Lo cierto es que por estos días, varios nos atrevimos a imaginar cómo se podría volver a la victoria. Nos metíamos en una realidad paralela, como en "Las puertitas del señor López", la inolvidable historieta de Carlos Trillo y Horacio Altuna, en la que el protagonista busca escapar de la mediocridad en que vive inmerso y hallar un alivio a la crueldad que dirigen contra él quienes le rodean, y lo hace ingresando al cuarto de baño, el lugar donde puede liberar su imaginación y trasladarse con ella a mundos en los que encuentra versiones alternativas de su patético universo real. Bueno, en eso andábamos, buscando un triunfo de nuestro equipo en la realidad paralela. Hasta que este viernes ambas realidades se encontraron.

Atlético vive días conmocionantes, hacia adentro y hacia afuera. El equipo está en la cima de la Zona B de la Primera Nacional, con todo lo que el fútbol representa. Y comenzó la campaña electoral de cara a las elecciones. Entonces salieron a volar los fantasmas que recordaron la nefasta experiencia de 2012, cuando los socios se equivocaron dramáticamente y arrastraron al futbol al borde del precipicio. Pero fundamentalmente, el club y la ciudad se sorprendieron porque como parte de esta campaña, el oficialismo presentó un proyecto que se ve como lo más revolucionante en la historia del club. Y también como un plan que no ha tenido Rafaela en mucho tiempo. Nuevo estadio, pegado al autódromo y una enorme urbanización. Claro que la idea de abandonar barrio Alberdi, dejar el Monumental, a mucha gente le parte el alma. Particularmente, sostengo que lo que verdaderamente importa son los recuerdos imborrables que vamos atesorando, que uno no anhela volver a un sitio sino regresar a ese lugar con la gente que fue feliz allí. A veces se puede y otra no. Creo que lo mejor es estar en un nuevo emplazamiento, mejor que el anterior, con la gente amada y sin olvidar los recuerdos. Pero la palabra que vale es la del socio, el verdadero dueño del club. Aunque a veces se equivoque.

¿Si el viernes se jugó bien? ¿Acaso importa en esta situación? Lo urgente era romper el maleficio, y se logró. Ahora habrá que sostener el rendimiento en el Monumental, donde el equipo ha regalado triunfos y sonrisas. Todo el combo de este tiempo genera ilusiones. No es poco.

La Otra Mirada deportes fútbol Atlético de Rafaela

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