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Deportes

De fútbol y política

"Cuando son nuevos y salen del huevo del capullo, todos los pichoncitos creen que los viejitos son boludos… a todos les canto las verdades. El tiempo no tiene nada que ver, cuando se es boludo, se es boludo…", canta Nacha Guevara en "El tiempo no tiene nada que ver", del álbum Anastasia querida de 1969.
Agrandar imagen Atlético consiguió un importante triunfo en Puerto Madryn.
Atlético consiguió un importante triunfo en Puerto Madryn. Crédito: Prensa Atlético
Oscar Martinez

Por Oscar Martinez

"Vos opinas lo que le conviene al oficialismo porque tenés puesta la camiseta de ellos, no la de Atlético, ¡viejo boludo!", dice el mensaje en mi correo. Supongo que se trata de un hincha alterado en tiempos de elecciones. Me sorprende, porque no suelo recibir este tipo de "saludos". Al menos no me pasaba desde el 2012, el tiempo de aquella inédita primera elección Celeste. Una aclaración necesaria: soy hincha de Atlético de toda la vida y hago periodismo partidario. Me involucré aquella vez, y lo hago ahora, en la política del club arriesgando el discutible respeto que me he ganado en esta tarea, tal vez innecesariamente. Sería mucho más saludable mantenerme al margen, pero ni el corazón ni mis convicciones periodísticas me lo permiten. Pero se trata de una opinión, sólo eso. Y también porque pienso, como aseguraba Jean-Paul Sartre que "Siempre somos responsables de lo que no tratamos de impedir".

El resultado de aquella elección fue nefasto para la institución, fundamentalmente porque interrumpió un largo proceso de crecimiento que llevó al club a jugar en Primera División al tiempo que se ganó una altísima consideración como entidad ejemplar. Esto no es una opinión, no es relato, es lo que se puede leer en la historia reciente. Lo cierto es que los dirigentes ganadores no acertaron una a la hora de tomar decisiones. Muchos siguen dentro o muy cerca del club. Deseo, por Atlético, que hayan aprendido de sus errores. Igual que quienes los eligieron, porque los verdaderos responsables fueron los socios que se equivocaron a la hora de votar, cosa que los argentinos solemos hacer desde hace muchos años. Hay que tener mucha seriedad a la hora de tomar esa decisión, la de elegir una boleta, y hacerlo pensando en el bien de Atlético y no en amiguismos o egoísmos personales. El martes será un día muy especial. Ojalá el resultado, sea cual fuera, sirva para que Atlético siga en la línea que muestra hoy. Ah, sólo como respuesta a mi amigo lector, no creo que existan los viejos boludos, sino los jóvenes boludos que envejecen. Ahora, si me permiten, escribo de lo que debo escribir.

"Nacimos para aguantar lo que el cuerpo sostiene. Aguantamos lo que vino y aguantamos lo que viene. Aguantamos aunque tengamos los segundos contados. Nuestro cuerpo aguanta hasta quince minutos ahorcado. Por lo que fue y por lo que pudo ser. Por lo que hay, por lo que puede faltar. Por lo que venga y por este instante. Levanta el vaso y a brindar por el aguante. A brindar por el aguante”. Calle 13, banda de rap fusión de Puerto Rico, encabezada por los hermanastros René Pérez Joglar, apodado Residente, y Eduardo Cabra Martínez, apodado Visitante.

Siento el ritmo en la piel…buehhh… pero es lo que me pasa cuando gana mi equipo, creo que la vida me sonríe, por eso ambos comienzos tienen que ver con la música. Ganamos de visitantes, la segunda victoria de este tipo en el torneo, una genialidad después de un largo tiempo en que salir del Monumental era un verdadero drama. Por eso esta victoria lograda bien al sur, durante una tarde donde el viento era el gran protagonista, y tras dos empates sufridos como local que despertaron dudas, tiene un valor significativo. Y, además, porque deja al equipo bien arriba en la tabla.

Se dio tras un desarrollo que este Atlético ya ha gozado y sufrido. Un buen primer tiempo, que se afirmó en la ventaja del gol logrado antes de los diez minutos, y que se debió ganar por al menos dos goles de diferencia. Pero la falta de contundencia, en comparación con las situaciones generadas, dejó el encuentro abierto y al rival con vida. Entonces la segunda etapa fue otra cosa.

Lo cierto, y archiconocido, es que para ganar hay que hacer más goles que el rival. Y que para tener más chances de lograrlo se debe disponer de la pelota. La discusión pasa, en la Argentina sobre todo, en cuánto tiempo queremos tener el balón y qué utilidad le queremos dar. En definitiva, qué estilo pretendemos que tenga nuestro equipo. Como siempre se dijo, el fútbol no resiste verdades absolutas. Cada idea, cada sistema, cada decisión, tiene un contexto. Y todos pueden ser válidos. Lo que puede ser bueno para algunos es perjudicial para otros. Y cada uno puede exponer sus ideas.

Atlético decidió refugiarse en la solidez de una defensa que este sábado comenzó en el medio y terminó en su arquero. Lo que reafirmó aquella vieja sentencia futbolera: "Jugar bien es saber que hacer dentro del campo de juego en la situación que sea y ante el rival que se deba enfrentar". Diego Simeone, declara en una nota con La Nación, que: "Hablar de posesión siempre despierta ilusión, fantasía, pero después está la realidad. Hay una posesión que es buena, y otra que es peligrosa. Creo que, generalmente, la posesión es más peligrosa que buena cuando no se tiene jugadores de jerarquía. Hay que estar advertido de los futbolistas con los que uno cuenta, y no intentar imponer un discurso. No hay que engañar ni mentir. Si un equipo es directo, criterioso y veloz en sus ataques, es muy válido aunque no tenga la posesión como prioridad. Otro puede valorar la posesión, pero si no tiene los jugadores justos sólo puede aletargarse, no ser productivo y dejarle muchos espacios al rival para que lo lastime. Sería un error del entrenador intentar imponer un sistema sin analizar la habilidad de su plantel para ejecutarlo". A mí, sinceramente, me gusta que los jugadores de mi equipo traten siempre detener la pelota y jugar. Tener la pelota, lo que queríamos hacer siempre en el campito, de pibes, aunque no supiéramos bien qué hacer con ella.

No tener la pelota muchas veces significa terminar desgastado físicamente de manera prematura y quedar expuesto sobre el final. Y estar cada vez más atrás en el terreno, lo que significa que el rival está más y más cerca de nuestro arquero. No puedo asegurar que esta sea la idea de Medrán, al menos este sábado, pero fue lo que se vio en la cancha. Claro que el rival y sus limitaciones hicieron todo mucho más sencillo.

De las modernas, ahora ya no tanto, frases del argentino medio, tal vez la más original, o sorprendente, es la utilización de "aguante", cualidad de tolerar, soportar, tener ánimo en la adversidad, como sinónimo de valentía. ¡Valentía! Una aspiración bien modesta, adecuada a la coyuntura histórica. El aguante, convertido en cultura popular, remite también a la espera ("¿Me aguantás cinco minutitos?"), a un préstamo de dinero ("Aguántame 100 pesitos y te lo devuelvo cuando cobre") y, en general, a ser solidario con el que pena: "Vos tranqui, que yo te hago el aguante". Y en el fútbol, es siempre utilizado para definir el respaldo de la hinchada. O del equipo cuando defiende.

En definitiva, este sábado jugamos 45 minutos y aguantamos los 45 restantes. Y terminamos ganando. Pero el gol lo hicimos cuando jugamos. Nada, sólo eso. Y gracias por el aguante.

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