Este 26 de octubre se realizará la tercera edición de los Premios Lía Encalada. El nombre de esta distinción honra a la primera mujer recibida de ingeniera agrónoma en la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) en 1927 y reúne a mujeres de diversidad de territorios y actividades.

El premio Lía Encalada se otorga a más de 16 mujeres que son seleccionadas por categorías de actividad dentro de la ruralidad. Son postuladas virtualmente y el jurado evalúa las postulaciones que finalmente resultan ganadoras. Además, se realizan menciones especiales a mujeres destacadas en las ciencias y en las labores sociales.

El jurado está integrado por Susana Mirassou (primera mujer en presidir el INTA), Alicia Ciciliani (Diputada Nacional y primera Ministra de Producción de Santa Fe), Ana Urioste (primera decana mujer de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Pampa) y Marcela Gally (primera decana mujer de la Facultad de Agronomía.

En esta oportunidad María Rosa Scala, una de las referentes de INTA Rafaela es una de las nominadas por su más de treinta años de dedicación en la mencionada institución. María Rosa ha sido una figura clave en el avance de la extensión rural y la articulación entre los sectores público y privado en la agricultura argentina. Fue la primera Directora Nacional Asistente de Transferencia y Extensión de INTA, cargo que ocupó desde noviembre de 2019 hasta enero de 2024. Durante ese período tuvo a cargo además la coordinación de Cambio Rural y ProHuerta trabajo cogestionado con las autoridades responsables de estos programas con los organismos del estado a cargo en ese período. Durante este tiempo, lideró numerosos proyectos destinados a mejorar la transferencia de conocimientos y tecnologías al sector productivo, desde una perspectiva de trabajo grupal en los territorios, adquirido desde el Ingreso a INTA en 1993 a partir de un concurso abierto para poner en marcha junto a otros profesionales concursados y un equipo de INTA con la SAGYP el Programa Cambio Rural, en todo el país, en su carácter de Agente de Proyecto. Su trayectoria profesional inició en Rosario a través de su formación de grado en la Universidad Nacional de Rosario como Ingenieria agronómica, en la cual fue docente de la catedra de Producción animal, desplegando desde sus inicios procesos de investigación, docencia y extensión. Completa su educación formal con una Maestría en Extensión Rural en la Universidad Nacional del Litoral, diplomaturas, y especializaciones en Argentina, en España y Alemania. Su desarrollo profesional lleva un enfoque particular el desarrollo rural haciendo foco en la cadenas productivas en los territorios en particular la láctea, la investigación en extensión, el trabajo con juventudes y mujeres rurales, y el fortalecimiento de proyectos locales como el Turismo Rural. En la actualidad acompaña el trabajo de red interinstitucional para la construcción de una Mesa Ovina Regional del Ovino Pesado Región Centro (Santa Fe, Córdoba, Entre Rios, Buenos Aires, La Pampa San Luis.

Hoy Scala entre sus actividades acompaña fortaleciendo la Mesa Ovina Regional de la provincia de Santa Fe por INTA junto a un equipo de profesionales de INTA en la provincia, siendo un espacio de articulación fundamental para el desarrollo sostenible de la producción ovina en la región. Su trabajo va más allá de las fronteras provinciales, integrándose en redes colaborativas como la creada por la Universidad de Lomas de Zamora, que reúne a productores, cabañeros, frigoríficos y otros actores clave de las provincias de la Región Centro (Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis).

Acerca de Lía Encalada

Lía (1904-1988), estudió en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires y se graduó en 1927, convirtiéndose en la primera Ingeniera Agrónoma de esa institución y la única mujer entre los 21 graduados de ese año. Sus padres también fueron ingenieros, siendo su madre Ninfa la primera ingeniera agrónoma de Latinoamérica.

Pese a enfrentar limitaciones de género, Lía encontró trabajo como docente en una escuela Hogar rural en San Antonio de Areco, contribuyendo a la educación en el ámbito rural.

En 1932, fue designada como Jefa de Sanidad Vegetal del Alto Valle en Neuquén y se convirtió en la primera mujer en fiscalizar la producción de peras y manzanas en la zona. Además, fue pionera en tasar las chacras que se adjudicaban a través del Banco Hipotecario Argentino.

Lía fue conocida por su valentía y franqueza al expresar sus opiniones, lo que le valió desafíos y castigos en su carrera. Sin embargo, junto a su familia, fundó la Unión de Fruticultores y logró exportar frutas a Holanda, contribuyendo al crecimiento de la producción y la mejora de la sanidad en la región. Margarita, su hija, cuenta que era conocida como la “bichologa”. A pesar de su relevante trayectoria, Lía nunca recibió un reconocimiento en vida.