Por Sebastián Pintos
En la tarde noche de la víspera, una noticia realmente movilizante llegó a la redacción de Diario CASTELLANOS, relatando sobre un violento episodio ocurrido en las calles de nuestra ciudad, puntualmente en el sector norte, donde dos sujetos protagonizaron un ataque al estilo sicariato en una vivienda del Bº Villa Dominga.
Según las primeras informaciones recabadas, el hecho se produjo minutos antes de las 20:00 hs de ayer jueves sobre la calle Ramón y Cajal al 70 aproximadamente, entre Lavalle y Bv. Lehmann, donde tras un ataque sicario un joven perdió la vida mientras era trasladado al Hospital local.
Este se trataría del tercer homicidio en lo que va del año en nuestra ciudad. El sujeto asesinado sería Ariel "Puqui" M., de 32 años, hermano de Emilce M., la mujer que fue asesinada en un domicilio ubicado sobre calle Aguado al 1000 en el Bº Fátima durante el mes de junio.
El modus operandi en este ataque sería el mismo que fue utilizado durante aquella noche de miércoles, con dos sujetos que se trasladaban en moto e irrumpieron a balazos, donde varios de los proyectiles disparados terminaron impactando en este sujeto, que fue rápidamente trasladado al Hospital "Dr. Jaime Ferré", pero antes de llegar al nosocomio local falleció producto de las lesiones recibidas.
Según información a la que tuvo acceso Diario CASTELLANOS, los sujetos que se movilizaban en moto, llegaron hasta el lugar, efectuaron una gran cantidad de disparos y luego de cometido el hecho emprendieron la huida hacia el norte de la ciudad.
En el lugar se hicieron presentes personal de la Agencia de Investigación Criminal quienes realizaron las pericias correspondientes en la zona, como así también los agentes policías de la Unidad Regional V, que custodiaban la escena del crimen.
Momentos de mucha tensión
Luego de recibidas las denuncias, Diario CASTELLANOS se hizo presente en el lugar y como toda escena delictiva reinaba la duda y la especulación sobre lo ocurrido. El silencio y la tensión se percibían en el ambiente, con vecinos atónitos que salieron de sus hogares a mirar el enorme despliegue policial que en escasas horas llegaron hasta este sector para iniciar las tareas pertinentes.
El miedo era tal que siquiera entre los vecinos se comentaba lo ocurrido, intentamos anoticiarnos con ellos para tratar de llevar claridad a lo sucedido, pero todos en el lugar manifestaron no haber visto u oído nada al respecto, quien podría juzgarlos, donde más allá de que esto haya sido así, quién en su sano juicio quisiera involucrarse o brindar detalles sobre un hecho tan aberrante, sabiendo que tranquilamente el próximo episodio puede llegar a darse en su domicilio.
La ciudad atraviesa uno de sus picos máximos de inseguridad, con hechos realmente violentos que comienzan a ser moneda corriente en "La Perla del Oeste", donde obviamente la marca del narcotráfico va dejando el tendal sobre las calles de la ciudad.
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