Por Coni Cherep

Tras las sanciones de las reformas a la justicia y al sistema previsional, desde el poder ejecutivo, avizoran la oportunidad de aprovechar el viento de cola y avanzar sobre la Constitución Provincial, que no se reforma desde 1962. Los delicados equilibrios dentro de UNIDOS, y el nacimiento de una nueva coalición opositora que promete resistencia. Los votos del peronismo. Las dudas sobre la oportunidad y el riesgo de que LLA, termine con una representación importante en la eventual Convención. Todo indica que será antes de fin de mes, durante las sesiones ordinarias.

Cuando se lo consulta al gobernador, dice lo mismo en off o en on: «Yo no estoy trabajando sobre ese tema. Es un asunto que llevan los legisladores. Siempre fui reformista, claro. Pero no es un asunto en el que esté ocupado ahora mismo». A Pullaro no se le cae una coma de más ni manifiesta interés en reformar la Constitución para obtener la chance de un segundo mandato. Un tema delicado, que ha impedido a lo largo de las últimas cuatro décadas, juntar las mayorias necesarias.

«Ahora si, hay que ir por la Constitución» dice un dirigente radical, entusiasmado con la sanción de la ley de reforma a la justicia. «Van a tener que juntar los votos» opina un dirigente del peronismo, cercano a Marcelo Lewandosky, muy animado por los «acuerdos generales» que vienen armando con el bloque Somos Vida que conduce Amalia Granata.

Ningun socio de UNIDOS abrirá la boca para relativizar o rechazar la reforma. Felipe Michling, que reclamó al socialismo, sin mencionarlo, que «avancemos en un acuerdo para salir a buscar los seis votos que necesitamos», manifiesta la decisión política del radicalismo: es ahora, no más tarde. Es en las sesiones ordinarias, no después. Desde el Ejecutivo han sido taxativos al respecto: «De ninguna manera enviaremos el tema a extraordinarias. En ambas cámaras hay proyectos de reforma consutitucional. Deben ser ellos los que deben avanzar con el tema», dice terminante un ministro.

Desde el partido de la rosa admiten sus dudas en torno al modo, pero reconocen que no serán obstáculo para avanzar si finalmente el radicalismo empuja para sancionar la reforma antes del final del año.

Los números del oficialismo son justos. 28 diputados y 14 senadores propios. 42 sobre 69 legisladores. Para obtener los dos tercios que sancionen la necesidad de la Reforma Constitucional, necesitan 14 en Senadores y 34 en Diputados. A continuacion, un mapa del estado de situación de todos los partidos frente al tema.

Unidos, Unido

Desde el oficialismo descuentan que 14 de los 19 senadores votarán a favor de la reforma. Se trata de los 13 «puros» de Unidos, más el voto asociado y continuo del Senador por 9 de Julio, Joaquin Gramajo. Con esos votos, la discusión en la Cámara Alta, estaría saldada.

La única duda que surge es si en Diputados, el oficialismo alcanzará a sumar el número necesario de votos: 34

Si alguien tenía dudas sobre la conducta del oficialismo, se empezaron a despejar: Los 28 votos de Unidos están confirmados y aunque existen algunos ruidos y diferencias menores entre los diferentes socios, desde el socialismo, despejan cualquier duda sobre la manera en la que van a manifestarse a la hora de votar en las bancas:

«El socialismo va a apoyar, y es lo que venimos manifestando en todas las reuniones. Obvio que preferimos un proceso más profundo y no nos parece un tema menor la oportunidad: el año que viene puede haber un aluvión de votos mileistas, contagiados por la discusión nacional. No tenemos muy claro cuales serían las consecuencias de un resultado electoral que pueda condicionar la composición de la asamblea. Algunos creen que no perdemos nada si postergamos el debate para el año que viene y vamos a elecciones en 2026, sin riesgos de mezclar los asuntos provinciales y nacionales. Aún así, como lo hicimos con la reforma jubilatoria y la judicial, vamos a acompañar con todos nuestros votos» dice un diputado socialista, que prefiere no hacer público su nombre.

Otro tanto ocurre con los subloques de UNO, CREO y el PRO, no hay ninguna observación pública a la reforma. De ese modo, todos los socios de UNIDOS, se cuentan como afirmativos.

Otros dos votos, seguros.

Con esos datos, resta saber cómo se comportarán el resto de los legisladores . Y las primeras señales positivas, llegan desde la «centroizquierda»: Está confirmado que al menos dos de los tres votos del bloque Frente Amplio para la Soberanía Popular, votarán afirmativamente: son Fabian Palo Oliver y la ex ministra de Educación, Claudia Balagué. En tanto se desconoce la posición concreta de Carlos Del Frade.

El santotomesino confirmó que tanto él como Balague tienen resuelto votar en general sobre el proyecto, pero no descartó diferencias a la hora de definir algunas cuestiones puntuales.

«Es obvio que todos tenemos un ideal sobre la manera de reformar la Constitución. Y también es conocida nuestra posición de intentar evitar, por ejemplo, un «Nucleo de coincidencias básicas», al estilo 1994. Pero por sobre todas las cosas, queremos ser coherentes con lo que venimos diciendo en esta cámara a lo largo de la historia: es necesaria la reforma, y bregaremos por los cambios más justos posibles.»

Los votos de Granata y el nuevo bloque opositor

El «nuevo bloque opositor» formado por los dos periodistas Lewnadowky y Granata, parece oficializado.

Se descarta que los siete votos de Somos Vida, más el voto del «lewandonista» Miguel Rabbia, serán la punta de lanza de un rechazo a la reforma en el recinto. Pero la gran duda es si sumarán alguna voluntad en las proximas horas.

Si bien nunca se manifestaron opositores a una reforma, es conocida la actitud de Granata de oponerse a todo lo que sale del bloque oficialista. Una actitud que viene repitiendo el ex senador por Rosario. «Nosotros no vamos a apoyar a «Gildo» Pullaro» dice la diputada cuando se la consulta sobre el tema. A ese grupo se le suma, casi con seguridad, el voto de la diputada «de Cachi», Verónica Porcelli. Se desconoce la decisión del pastor evangélico, Juan Argañaraz y de la diputada Armas Belavi, aunque se sospecha que se sumarían al bloque que rechazaría la reforma.

La gran duda es si conseguirán sumar alguna otra voluntad a «la resistencia»

El resto del Peronismo: casi con seguridad que si, y las incomodidades de caer en contradicción

Se desconoce cuales serán las posiciones de las diputadas Alejandra Rodenas y Lucila Deponti. Las dos se han manfiestado abiertamente a favor de una reforma constitucional.

En el caso de la ex vicegobernadora, se recuerdan sus declaraciones de 2022 al diario El Litoral, en las que dejó sentadas sus ideas sobre el tema: «–« Yo siempre sostuve que las leyes y las construcciones normativas son hijas de su historia. Y la historia hoy está reclamando modalidades legislativas diferentes, y está reclamando que contemos también con insumos constitucionales diferentes. Yo creo que nuestras cámaras van a estar a la altura de las circunstancias y permitirán tener esa discusión«. Resultaría extraño que dos años después, encuentre argumentos que sostengan todo lo contrario.

Lo de De Ponti sería aún más llamativo: en el 2022, ingresó su propio proyecto de necesidad de reforma a la Constitución provincial. Muchos se preguntan cómo y desde dónde se enfrentaría a su propio pedido de modernización institucional.

Desde el oficialismo no desmienten un principio acuerdo con otros legisladores justicialistas: La votación de la reforma judicial fue un claro anticipo. Los diputados que le responden a Omar Perotti, optarían por acompañar el planteo de UNIDOS. Corach, Martorano, Arenas y el propio ex gobernador votarían afirmativamente, pero se desconoce si los acompañará el ex ministro de economía Walter Agosto. Con los primeros cuatro, estarán asegurados los 34. Que serán 35, ya que el del cantante Juanjo Piedrabuena. manifestó su voluntad de votar a favor, en una consulta en off.

Si se trata de números, parecen confirmados. Por primera vez en 40 años, desde el retono a la democracia, Santa Fe se asoma por fin a una reforma constitucional. Será, seguramente el año próximo, y los convencionales se elegirán en el turno electoral para concejales y presidentes comunales. Unos meses antes de las nacionales.

Ahora si, parece.