Por Guillermo Briggiler
Si algo nos enseñaron los comics y en especial el rentable hombre araña que ha dado de comer a varias generaciones de dibujantes, productores de cine y agentes de marketing, es que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. En estos días se estuvo discutiendo, nuevamente el régimen jubilatorio, tanto a nivel provincial como nacional. Las discusiones que vimos y que trascendieron en los medios, realizados por quienes tienen el poder y una gran responsabilidad, fueron muy pobres. En su mayoría fueron simplemente financieras, o sobre la edad jubilatoria y en general, aún más limitadas buscando réditos políticos, tratando que alguien pague algún costo por oponerse a beneficiar al sector probablemente más desprotegido de la población, los jubilados.
El Estado suele manejar muy mal la cosa pública, entiéndase que, si están buscando renovar sus puestos de poder cada dos años, la tentación al populismo es muy alta y la campaña política permanente. Este es nuestro sistema y tenemos que entenderlo para poder tomar las mejores decisiones. Por el motivo expuesto, les aseguro que yo al igual que muchos de Uds., si pudieran, no le confiarían los ahorros a alguien a la política, por lo tanto, tampoco a organismos manejados por ellos. Pero no podemos hacerlo, los aportes al sistema actual son obligatorios, aunque después los usen para dar créditos hipotecarios a tasas irrisorias, se destinen al regalo de computadoras (quien se va a oponer a dar herramientas a los estudiantes) y muchos otros destinos más a los que fueron, rifaron, regalaron, los fondos aportados que debían ser para los futuros jubilados.
En algún momento, teníamos algo de injerencia en el manejo de los fondos, eran tiempos de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), pero al criticarlas por las comisiones que cobraban y porque no todas obtenían resultados positivos en sus inversiones, ya que la debilidad del sistema se encontraba en la dependencia del sector financiero, en lugar de mejorar y corregir el sistema, lo destruyeron. En otras palabras, se robaron los aportes con lindos discursos para la tribuna, fusionando los fondos de cada aportante, con el único pozo del Anses. Además, cuando llevaron esos fondos al sistema de reparto, también destruyeron las horas de análisis que quienes aportaban a las AFJP, que dedicaban tiempo valioso para elegir la Administradora que mejor hacía su trabajo, analizando la composición de sus fondos y la rentabilidad de cada una anualizada y proyectada a la fecha de la jubilación.
Respecto a la discusión de la edad para alcanzar el beneficio, cuando nacen las primeras cajas que consolidan los aportes, allá por la primera mitad del siglo XX, se colocó la edad de 65 años para jubilarse dado que la expectativa de vida no era mucho mayor. Dicha expectativa alcanzaba solo a 63 años en 1955, año en promedio en que nacieron los actuales jubilados. Hoy la esperanza de vida en argentina es de alrededor de 75 años, lo que demuestra que las cajas del sistema de reparto, sufren por esto, pero además por la baja de los empleos que aportan y el envejecimiento de la población.
Como mencionamos al hombre araña, a Peter Parker (no a Julián Álvarez) y hablamos de héroes, tenemos entre los jubilados una heroína, Norma Pla. Norma, fue una activista, conocida por su lucha en defensa de los derechos de los jubilados en los años 90. Nacida en 1930 comenzó su activismo ya de mayor, cuando la crisis económica y social afectó gravemente a los jubilados, quienes sufrían pensiones mínimas que no les permitían cubrir necesidades básicas, en una situación similar a la actual. Su imagen se hizo icónica al enfrentarse al gobierno de Carlos Menem y reclamar aumentos de haberes, para los jubilados. Pasaron tres décadas y media, y no solo no resolvimos este problema, sino por el contrario, lo agravamos. #BuenaSaludFinanciera @ElcontadorB @GuilleBriggiler
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