15:48 - El gran dilema de los candidatos es cómo entusiasmar a una sociedad que no quiere escuchar sobre las primarias. El peronismo vive y vivirá una batalla crucial.
Habla un consultor santafesino: “Nunca vi algo igual: de 300 llamadas telefónicas para la encuesta sobre las primarias, sólo contestan 10. No se tomen en serio ningún sondeo, por ahora”. Así estamos.
Nadie puede argumentar que la falta de interés popular sobre las elecciones no fue advertida. La sociedad viene siendo castigada desde todos los flancos, más en Santa Fe, donde la inseguridad primerea en cuanto a preocupación social. Inseguridad, economía mala y pandemia constituyen una tríada muy difícil de remontar, no solo para los oficialismos, para la política en general.
Por ahí andan los candidatos, tratando de que los parroquianos de los bares los escuchen cinco minutos. Ahí están los militantes en las peatonales, tratando de que los paseantes no les rechacen la papelería. No es bueno lo que pasa. De crisis como la que se vive se sale con más y mejor política, no con abstencionismo. Aunque sea pobre la oferta.
Los operadores, los candidatos y también los periodistas están alertas al vibrador del Whatsapp que les pueda traer el último dato de la penúltima encuesta. Y se excitan. No se dan cuenta o no están enterados de la frase del consultor con la que se inicia esta columna de análisis político.
Todo cambió
Hay otro aspecto que impide hacer pronósticos: el carnaval de listas a concejal en Rosario. Salvo los postulantes conocidos, el resto tendrá que invocar un milagro para ser votado. Las fotitos valen como una buena idea. El mundo ha cambiado, cómo no iba a cambiar la política. El resultado final no se sabe. En Ecuador, Jaime Durán Barba logró el triunfo de su cliente Lasso aplicando jueguitos virtuales entre los votantes. Ya llegará.
El peronismo está en estado deliberativo. Omar Perotti se jugó el resto con su candidatura a senador suplente y quiere que la lista de Marcelo Lewandowski y Roberto Mirabella le otorgue el rol de jefe. “Si gana, van a conocer al Perotti verdadero. Va a avanzar con todo y no descarte un posicionamiento nacional para el 2023. Esto es de vida o muerte para él”, confió el viernes, entre chistorras y otros platos vascos, un operador de mil batallas.
Perotti necesita ganar porque una derrota terminaría con su gobierno dos años antes, algo que produce escozor de sólo pensarlo entre los rafaelinos que hoy están alojados en la Casa Gris. Para el gobernador —aunque nunca lo va a reconocer públicamente— es tan o mas importante que triunfe Mirabella, quien sigue siendo su candidato para sucederlo. Por eso, sacudió las aguas del peronismo la foto de Lewandowski con María Eugenia Bielsa. Ahora están en otra cosa.
Agustín Rossi recorre la provincia, también la vicegobernadora Alejandra Rodenas. Están confiados. “Si se trata de una interna peronista, hay que ver si puede más el kirchnerismo histórico militante del Chivo en la provincia o el dedazo nacional de Cristina. El desafío de Perotti es lograr un caudal por afuera, rascar la olla y salir a pescar en algún ámbito que no sea la pescadería”, grafica la fuente.
Pero nada va a ser igual el día después. Increíble pero real: el gobernador y su vice ni se hablan desde hace muchas semanas. Alguna vez, hace unos años, Rossi dijo: “Lo que la interna desune, la general no lo vuelve a juntar”. Hasta que apareció el gambito de la “unidad en la diversidad”, un verso peronista parecido al “todos unidos triunfaremos”.
En Juntos por el Cambio hay un escenario que promete fuego intenso durante los últimos diez días. Desde el sector de Federico Angelini esperan la llegada a la provincia de Mauricio Macri y/o Horacio Rodríguez Larreta para que le levanten la mano. Carolina Losada, empática y sin ataduras escénicas, camina la provincia y hasta se anima a acariciar perros que dan miedo de solo mirarlos. Se instala con comodidad en el Homo Videns.
Maximiliano Pullaro y José Corral hacen lo imposible por demostrar que de su lado están los títulos, los méritos y los diplomas. Que son los únicos que estuvieron en posiciones de gobierno. Pullaro busca que lo acompañe el voto radical que emana de los intendentes y presidentes de comuna de boina blanca. Corral, quiere hacer recordar que fue el primero de los ucerreístas que cruzó el charco.
El Frente Amplio Progresista vive su propia realidad, y la primaria funcionará como un muestrario de valoraciones y proyecciones. El intendente Pablo Javkin ocupará las últimas semanas de campaña en ir a los medios y levantar aun más a sus candidatos a concejal, senador y diputado, tratando de que impacten los anuncios que hizo en los últimos días, que incluyó la disolución de la GUM.
Hay expectativa entre los habitantes del centro por saber cómo será el reemplazo de la Guardia Urbana, que gozó de mala prensa durante muchos años. Para todos, incluso para los candidatos locales, la seguridad es la principal demanda de los rosarinos.
El socialismo buscará que Clara García y Mónica Fein logren ganar en sus categorías para no perder pisada a la hora de la distribución de cuotas de poder adentro del progresismo. Inmediatamente después del año nuevo, toda la política santafesina empezará a girar alrededor del 2023. Y ganarle al peronismo no le será nada fácil ni al FAP ni a Juntos por el Cambio si van separados.
Una multitud de candidatos y sectores también intentan por estas horas poder llegar a ocupar un lugar en la marquesina. Todos tienen derecho a soñar, que, además, no cuesta nada.
Fuente: La Capital
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