Por Alcides Castagno
Desde el momento en que surgió una pelota de fútbol, derivó en la formación de un equipo; un equipo motivó a otro y de ambos surgió la rivalidad y la confrontación y más equipos, un desafío, un torneo, un campeonato, una liga y así la pirámide invertida fue tomando dimensión global.
En una nota anterior relatamos el génesis del deporte en la colonia rafaelina y su derivación más específica del fútbol. Cuando se organizó el primer torneo en 1921, llamado “Copa Ober”, participaron 9 de Julio, Atlético, 1° de Mayo, Independiente y Quilmes. Lo ganó el “9”. Al año siguiente, la disputa se llamó “Copa “Tiber” y el título fue para Quilmes, que aventajó a Independiente por un punto. Ante la falta de resultados, Atlético gestionó la incorporación de dos estrellas del momento, los paraguayos Rivas y Benítez. En el equipo atletiquense figuraron también Acosta, Frosi, Cosettini, Clemente, Ércole, Espíndola, Oliber, Galaverna y otros que fueron sumándose. En 1924, Independiente se clasificó campeón en categoría infantiles, invicto, con 29 triunfos y 2 empates.
La Liga
La Liga Rafaelina de Fútbol surgió para darle organicidad a lo que ya asomaba como un fenómeno social y deportivo. La fundación data del 1° de julio de 1922, con la inscripción de los cinco equipos existentes, a los que se sumó un año después el Club Las Colonias, formado por personal de la River Plate Dairy & Co. Este Club ascendió a primera por haber ganado el torneo de reserva.
Con carácter amateur, la Liga abarcaba los departamentos Castellanos, San Martín, San Cristóbal y San Justo, más la línea que comprendía el ferrocarril Central Argentino hasta Gálvez. El primer campeonato fue ganado por Quilmes, cuyo equipo estaba formado con Lorenzini, Biggi y Díaz; R. Mendoza, Gianotti y G.Sarmiento; Santillán, Staffolani, Navas, A. Mendoza y E.Sarmiento. Entre 1926 y 1927 se produce una decadencia, consecuencia de la partida de los mejores jugadores hacia clubes de Santa Fe, Rosario y Buenos Aires. A este periodo se lo llamó “amateurismo marrón”, por cuanto se trataba de un profesionalismo encubierto.
Los Campeonatos
Por supuesto, la Liga local no se resignó y formó un seleccionado con el que participó en el Campeonato Nacional. Con suerte dispar en los resultados, se logró mantener un relativo entusiasmo en la afición local. En 1931, la organización de un torneo relámpago le dio algo de brillo con la disputa de la Copa Fader que obtuvo el Club Quilmes.
Fue en 1934 cuando, estando la Liga acéfala, el Dr. José F. Gutiérrez convocó a una asamblea, a partir de la cual quedó reorganizada la institución. Otra asamblea, consecuencia de la anterior, designó presidente a Jacobo Barr y se decidió afiliarse a la Asociación del Fútbol Argentino.
El primer torneo regional se integró con Independiente de Rafaela, Independiente de Ataliva, Libertad de Sunchales, Aldao, 9 de Julio, Atlético de Rafaela, Moreno de Lehmann y Quilmes. A las rivalidades entre clubes se agregó la rivalidad entre pueblos, por lo cual, al finalizar la primera rueda, estando puntero Libertad, se suspendió el torneo, con una razón oficial: participar del Campeonato Argentino. En esta oportunidad, el equipo liguista tuvo mejor desempeño que en el anterior, aunque, después de varios triunfos regionales, cayó ante Santa Fe por 3 a 2.
En 1936, Jacobo Barr fue reelecto presidente de la Liga, que resolvió dividir el campeonato en dos zonas. Independiente de Ataliva e Independiente de Rafaela ganaron sus zonas respectivas y finalmente el rafaelino se clasificó campeón absoluto ganando por 5 a 3.
En el mismo año se formó la Asociación de Árbitros, presidida por Manuel Bogado.
Al año siguiente, el campeonato local vuelve a completarse con una sola rueda, finalizando con un empate entre Sportivo Norte y Peñarol, que desempataron en la cancha de 9 de Julio con la victoria de Sportivo Norte por 3 a 1.
Numerosas instituciones se fueron sumando y desapareciendo con el correr de los años, cada una con el fin de atraer simpatizantes, entusiastas y fanáticos. En mayo de 1910 nació Libertad de Sunchales; quien sería su clásico rival, Unión, se fundó el 2 de abril de 1948. En Rafaela, Peñarol nació el 16 de julio de 1936, Ferrocarril del Estado el 15 de mayo de 1939, Ben Hur el 17 de junio de 1940, Sportivo Norte el 1° de mayo de 1946.
La historia abre un abanico de simpatías, encuentros y desencuentros, que se multiplican y globalizan con el correr de los años, desde que nos aferrábamos al tejido, de pantalones cortos, amenizados por la Corporación Deportiva Líder, con Bellezze, Scarafía, los Griffa y tantos. Desde la radio “veíamos” los partidos nacionales en las voces de Fioravanti, José María Muñoz y los comentarios de Dante Zavatarelli. Las memorias del fútbol están y estarán teñidas siempre por la memoria emotiva, la que no se escribe, la que permite peleas y reconciliaciones porque siempre habrá revancha; porque un jugador pasional y controvertido, con el número 10 en su espalda, después de hacer su “mea culpa” ante la tribuna, sentenció que, pese a todo y gracias a todo, “la pelota no se mancha”.
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