Por Editorial
Javier Milei acaba de saltar la valla de las Elecciones, pero ahora se le presenta una más alta: la de la crisis. Consiguió lo primero, aunque muy pocos lo creían capaz. Confundidos por su grado académico, lo consideraban un economista, pero demostró habilidades políticas que nadie había previsto: llegó a la Casa Rosada en sólo dos Elecciones, sin un partido político que pueda llamarse tal y con todos los factores de poder en contra. Derrotó además a la más poderosa maquinaria electoral/clientelística del país: el peronismo.
¿Cómo lo consiguió? En primer lugar aprovechó el respaldo inicial del peronismo que lo usó para dividir el voto macrista. El ex mileísta Carlos Maslatón reveló públicamente que Sergio Massa había financiado tanto a Milei como a José Espert para quitarle votos a Juntos por el Cambio. Si bien la credibilidad de Maslatón puede generar algunas dudas, los números demuestran que así fue.
En rápida sucesión Milei dividió a la derecha, ganó la interna correspondiente en la primera vuelta y la volvió a unir detrás de su candidatura en la segunda. Lo primero estaba en los planes de Massa; lo segundo, no. El Ministro-candidato terminó contribuyendo involuntariamente a la unidad de sus adversarios. En pocas palabras, le pasó lo que al aprendiz de brujo: no pudo controlar el mecanismo que había puesto en marcha. Hábil maniobrero pero de mirada corta, Massa subestimó a su adversario y perdió por paliza.
Pero el libertario no ganó solamente por los errores de Massa. Lo ayudaron la brutal crisis económica desatada por el Ministro y el apoyo de Macri, pero también se dejó ayudar. Reunió los dos requisitos descritos por Maquiavelo: la "virtù" entendida como audacia o coraje y la "fortuna", esto es, las contingencias no previstas, a la que se acomodó mejor que sus rivales.
Sus ideas económicas serán discutibles, pero los movimientos políticos del libertario hasta ahora han sido infalibles. Derrotó a la "casta" en su propio juego. Pero falta ver si puede hacerlo en el Congreso, donde los peronistas juegan de locales y La Libertad Avanza se encuentra en notoria desventaja.
Milei necesita leyes para el ajuste y tendrá que salir de pesca en el Congreso. Cuenta con dos posibles proveedores: el radicalismo y el peronismo antikirchnerista. Al macrismo ya lo tiene de socio. En el caso del PJ y la UCR debe aprovechar que se encuentran sin líderes y a las puertas de una interna feroz.
De manera que el nuevo Presidente deberá forjar una coalición oficialista parlamentaria que no será la de Macri porque Elisa Carrió planea convertirse una vez más en una miniPyME y dirigentes como Morales y Lousteau apostaron por Massa.
Tendrá enfrente a una oposición disminuida. Cristina Kirchner no puede ser candidata y probó con sucedáneos como Alberto Fernández y Sergio Massa que terminaron por hundir al peronismo hasta niveles electorales nunca vistos. En los próximos días se sabrá si el gobierno de "Unidad" con el que amagaba Massa no lo termina armando Milei.
Comentarios