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Locales

Reclamo frente a los Tribunales locales: "La violencia no tiene género"

Activistas por una Justicia independiente alzaron su voz para poder encontrar un punto de equilibrio y que las leyes sean iguales tanto para hombres como para mujeres.
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Crédito: D. Camusso.

El colectivo de Verdad y Justicia de Rafaela se volvió a manifestar frente a los Tribunales de la ciudad solicitando al Poder Judicial que sea independiente y que no signado por la ideología de género. En simultáneo, también se desarrollaron distintas manifestaciones en otros puntos del país, aunando sus fuerzas y cristalizando un problema que aqueja a la sociedad pero que sobre todo golpea el derecho de inocencia de los hombres, ante las denuncias por abusos sexuales o delitos contra la integridad sexual.

En la ciudad, el acto -que comenzó pasadas las 10 de la mañana- tuvo la participación de diversas familias que se encuentran atravesando una situación de este tipo. Allí una de las referentes del espacio, Alicia Riberi, junto a otra de las madres que conforman el colectivo leyeron duros mensajes respecto a las circunstancias que les toca vivir con sus familiares debido a denuncias de este tipo.

Posteriormente también tuvo oportunidad de tomar la palabra el abogado penalista de la ciudad de Rosario Martín Mazzeo, quien en el último tiempo se ha dedicado a defender o denunciar casos de abuso y violencia de género, tanto en hombres y mujeres; los más resonantes responden a dos personas ligadas al sistema penitenciario. En su alocución, el abogado fue claro al reconocer que más allá de todo, la violencia no discrimina géneros y es tal para hombres como para mujeres, por lo tanto debería ser abordada de la misma forma por la Justicia.

Mazzeo contó una de las charlas previas que mantiene con sus clientes a la hora de encarar este tipo de procesos, y sus declaraciones deberían hacer reflexionar a más de uno. El abogado señaló que ante la pregunta de "¿Cómo me va a ir en el juicio?" su respuesta fue que todo depende del "Juez que nos toca. Del Juez va a variar el resultado. En una resolución, un camarista de la ciudad de Santa Fe me sostuvo que el fundamento de la condena es ser varón. Acá en Rafaela un camarista escribe las resoluciones judiciales con la e; más allá de que el abogado defensor gaste sus cuerdas vocales, la resolución está impuesta de ante mano. No se puede permitir esto".

El abogado se tomó un momento para referirse al cambio que hubo en los últimos años, donde previo a esta realidad, este tipo de denuncias perdían valor y credibilidad si apuntaban contra un hombre, pero que hoy ese "amperímetro" se ha desfasado y lejos de equilibrar la famosa balanza, ha llevado a que una "simple declaración ya sea un fundamento para una sentencia, que corrompe y corroe todo el sistema normativo argentino y supra nacional. Tendríamos, a mi entender, que buscar el punto medio", detalló el abogado.

De igual forma reconoció que "no podemos permitir abusos" de hombres, como tampoco de parte de las mujeres, "y ni mucho menos usar el aparato represivo estatal en contra de un hombre, en pos de radicar estos hechos. La violencia no tiene género, mi experiencia en esta profesión ha demostrado que hay tantos varones buenos como malos, mujeres violentas y mujeres que merecen todo el respeto y la admiración. Es preocupante que la Justicia esté ideologizada, eso atenta contra la imparcialidad que se debe poner en práctica".

A su parecer, el accionar del Poder Judicial se encuentra condicionado por la ideología de género, quizás por esa necesidad de revertir una situación que se daba en el pasado como comentábamos anteriormente, pero que termina generando grandes repercusiones y desbalances en la forma de juzgar a una persona por un delito de este tipo.

"Mi hijo fue abusado por un sistema judicial que nada tiene de imparcial"

Así lo sostuvo Alicia Riberi, una de las madres que encabeza el movimiento Verdad y Justicia de Rafaela, quien tuvo oportunidad de contar su historia, como la de otras madres que también se hicieron presentes para reclamar frente a Tribunales. Allí se hizo cargo del micrófono y señaló lo siguiente: "Veintisiete meses transcurrieron desde la falsa denuncia a mi hijo. ¿Cuánto tiempo más necesita la fiscalía para acusar si están tan convencidos de la culpabilidad de Emanuel? Emanuel, como tantos otros hombres son abusados en sus derecho de ser juzgados en libertad, son abusados en su derecho a ser juzgados en un plazo razonable, son abusados en el derecho de transitar el proceso sin dilaciones indebidas, son abusados en su derecho de ser juzgados con las debidas garantías procesales. Dicen que las pruebas no se miden por la cantidad, sino que se pesan por su relevancia, entonces ¿por qué Emanuel sigue detenido si no hay una sola evidencia que acredite los hechos denunciados?", se preguntó Alicia con gran preocupación

Un encuentro espontáneo en Plaza de Mayo

Manifestantes y policías entablaron, en pleno centro porteño, una conversación sobre las falsas denuncias y la ideología de género.

Al igual que ocurrió en diferentes puntos del país, también hubo protestas en la Capital Federal por las falsas denuncias. Todos se dieron cita frente al Consejo de la Magistratura, pero partieron desde distintos lugares de la ciudad.

Algunos se habían reunido en la Plaza de Mayo, junto al Cabildo. En ese lugar fue donde se dio una situación muy particular de la que Diario CASTELLANOS fue testigo. Un grupo de manifestantes mantuvo un largo y cordial diálogo en plena calle con efectivos de la Policía de la Ciudad. Los familiares de los acusados les explicaban la injusta batalla que estaban librando y el motivo de la protesta.

Fue muy llamativo el alto interés que demostraron los policías, ya que presentaron una escucha activa a todo lo que les estaban contando. Tal vez uno de los motivos de esto sea que la ideología de género ha venido comprometiendo el buen accionar policial en los últimos años. Es de público conocimiento que los agentes en gran medida no se sienten respaldados por la Justicia para actuar como deberían.

Minutos más tarde, todos los grupos de protesta llegaron hasta el Consejo, a pocos metros del histórico Teatro Colón. Allí se reunieron personas con historias diferentes pero con el denominador común de estar sufriendo por el auge de las falsas denuncias y la desidia de funcionarios judiciales.

Jorgelina es familiar de uno de los acusados por el Caso Palermo, en el que se inculpa a un grupo de varones de violar a una mujer. Mientras colgaba una pancarta en la vereda, se refirió a lo que estaba aconteciendo con el juicio por Lucio Dupuy: "Los jueces no hacen su trabajo y ahora estamos lamentado la vida de un nene de cuatro años. Hay muchos fallecidos solamente porque firman el expediente sin revisarlo. Como ese caso hay muchos. Solo lo miran por arriba y si es mujer le dan la tenencia del chico".

Romina, cuya familia también está involucrada en el mismo caso que Jorgelina, explicó que el temor juega un papel fundamental en todas estas injusticias: "Los jueces tienen miedo a las feministas porque mayormente ellas los denuncian y les hacen escraches. Entonces prefieren firmar a su favor y no tener que aguantarlas teniendo que dar explicaciones".

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