Hace bastante tiempo que Santa Fe atraviesa una grave crisis existente en la Salud Pública provincial, con la falta de profesionales e insumos en los distintos hospitales, incluido el de Rafaela, según testimoniaron médicos consultados de distintos lugares del territorio santafesino.
Una de las voces autorizadas es la doctora Marcela Kloster de nuestra ciudad, quien es especialista en medicina general y familiar. Actualmente trabaja en Salud Pública en el Centro de Salud Nº 4, que funciona en el barrio Fátima/Villa Podio (José Beltramino y Eduardo Oliber), es directora del Centro Médico Privado CEMARA Salud y ex directora del Nodo Salud durante la gestión del gobernador Miguel Lifschitz (2018-2019).
"La Salud Pública está recibiendo los impactos de cómo está el país en general, donde la situación de todos se ha deteriorado. En las administraciones actuales no había estado en la agenda; en las campañas políticas es un muy buen eslogan, queda bonito en los discursos, pero después en los hechos es poco lo que termina concretándose. En Rafaela, con un Hospital público por terminar. Hace 16 años que está en planificación y debería estar terminado hace mucho. Distinto hubiera sido la situación en la pandemia si hubiera sido inaugurado con todo el equipamiento y los recursos humanos que necesita un hospital nuevo", diagnosticó en el programa "Sábado 100" por radio El Espectador (FM 100,1) de Rafaela, que conduce Emilio Grande (h.).
Y agregó: "A nivel provincial pasa un poco lo mismo con la falta de infraestructura, la escasez en recursos humanos; si bien no es algo nuevo, se viene agravando en cada gestión, no existen políticas para estimular la permanencia del recurso humano en el sector salud. Esto no es exclusivo de Santa Fe ni Argentina, sino que es una situación que pasa a nivel mundial. En los países en desarrollo el impacto es mayor, sobre todo con el 30% de la población local que es usuaria de los servicios públicos, donde una población enferma no es productiva, ni puede educarse y prepararse para las otras generaciones".
-¿En qué áreas están faltando profesionales en los hospitales públicos?
-Lo hemos vivido en la ciudad, la dificultad de conseguir servicios de pediatría en la guardia pediátrica y en camas pediátricas especializadas. Hemos visto clínicas que han cerrado y que han abierto. El Hospital nuevo inauguró el servicio de pediatría, funcionando con un esquema coyuntural, te diría hasta riesgoso, porque están los profesionales y el servicio técnico mínimo para atender al niño internado, pero los servicios de apoyo son requeridos del Hospital viejo. Cada niño que necesita un estudio especial o alguna evaluación para algún otro especialista debe ser trasladado para realizarlo, por ejemplo hacer una radiografía, o el técnico debe trasladarse hasta el Hospital nuevo, con todas las dificultades que eso requiere: tener una ambulancia disponible o un medio de traslado para los trabajadores que tienen que ir de un edificio a otro. Es una medida que por necesidad estaba bien hacerla, pero la coyuntura se hizo crónica, que se prolongará unos dos años, y no tenemos fecha de la inauguración del Hospital, más allá de algunos anuncios en esta época.
-¿Se puede decir que hay una precarización laboral?
-Se trata de una precarización de los recursos humanos, más allá de la dificultad en la formación o la cantidad que está formada, buscando el mejor trabajo que pueda conseguir. En ese sentido, lo público está en desventaja porque no hay cargos reales, en general la oferta laboral está relacionada con un contrato con horas y valores determinados. En las últimas gestiones es distinto como se cumple con los contratos, el trabajo del profesional lo cobra a los dos o tres meses con suerte, a veces se puede atrasar ese pago, lo que hace que el trabajador se desanime, no tenga la misma predisposición y ganas de quedarse en el servicio o involucrarse en un proyecto de salud pública. Entonces van migrando a mejores trabajos con propuestas salariales. Esto dificulta mucho la planificación, una salud que está atajando penales es también deficiente. Si hay pocos pediatras, viene la época invernal, sabemos que las enfermedades respiratorias son prevalentes y hay que prepararse para atender en tiempo y forma para evitar las complicaciones y las muertes. Lo vimos con el dengue, que tuvimos una epidemia con un pico alarmante de 57 muertes y más de 100.000 casos en el país. Esto pasó porque no se prepararon los equipos para hacer los bloqueos iniciales cuando aparece el brote, cuando se toman medidas tardías los brotes no se pueden contener y se hace un problema más grande de lo que debería haber sido.
-¿Cómo está la situación en los 11 CAPs periféricos de Rafaela?
-También están faltando los recursos humanos, hay lugares donde cuesta sostenerlos por los contratos mencionados que generan inestabilidad laboral, a veces hay diferencia para el mismo trabajo entre lo que le paga la Provincia y un contrato local, sumado a que no tienen vacaciones, no cobran si estás enfermo. Es difícil que alguien se enamore y planifique el barrio, construya con la gente cuál sería la forma de vivir mejor, no sólo en el consultorio; están unos meses y cambian los profesionales en el centro de salud, la gente va perdiendo la confianza porque no los conoce, deja de ir y de participar, sumado a que, a veces, se enoja porque no tiene el servicio correspondiente.
-¿Cómo están los insumos en los hospitales públicos?
-Suele haber algún faltante puntual, pero en general no es el faltante que teníamos durante la pandemia, que era real. Actualmente es por falta de gestión o porque las licitaciones en este esquema económico a veces no son fáciles llevarlas o se caen. Entonces hay que hacer compras directas, que son más caras. Es una dificultad en la gestión o un ahogamiento en el financiamiento. El recurso se está achicando, se complica en responder en tiempo y forma con algunos insumos y medicamentos, en algunos casos con un mes de atraso; no es que no existan en el país, pero el técnico se encuentra con estas dificultades del retraso en los pagos, las licitaciones se caen porque aumentó un montón el dólar de un día para el otro y no son los precios acordados, complicando el contexto nacional el trabajo diario, más en medicina que los insumos son importados y están atados al dólar.
-¿Cambiará esta situación a partir de la próxima gestión provincial?
-Hay que ponerle el cuerpo en el territorio, pensar con la gente cómo hacerlo, poner los recursos económicos y humanos, sumados a la infraestructura y la tecnología sobre lo que se requiera. Se necesita una decisión política y un compromiso y amor con la gente para concretarlo y que no sea un eslogan nada más. Nunca pierdo las esperanzas.
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