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Locales

El Concejo Municipal y la Asociación Piemontesa presentaron el documental "Proyecto Pilar"

Se trata de “Piedmontese Language in Argentina” a cargo del doctor italiano en Lingüística Eugenio Goria, profesor e investigador de la Universidad de Torino, quien volvió a Rafaela por tercera vez. El documental muestra el testimonio de descendientes de inmigrantes de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, quienes hablaron y cantaron en piemontés.

Este viernes se realizó la presentación del documental proyecto PILAR (Piedmontese Language in Argentina) en la sala de sesiones del Concejo Municipal, actividad organizada por la Asociación Piemontesa de Rafaela y el cuerpo legislativo local, ante un buen marco de público.

Este proyecto estuvo a cargo del doctor en Lingüística Eugenio Goria, profesor e investigador de lingüística de la Universidad de Torino, de la Región Piemonte, Italia, estando dedicado a la lengua y cultura piemontesa en la Argentina.

En la apertura del acto, el presidente del cuerpo Lisandro Mársico agradeció la presencia de Goria para presentar la investigación y a la Asociación, que también integra, que “se encarga de mantener vivas las tradiciones, la lengua, la cultura, la comida, que nos legaron los inmigrantes”. Aclaró que Rafaela fue fundada no formada porque hubo un establecimiento de personas, según la consulta efectuada a la profesora de Historia María Inés Vincenti.

Luego Norma Brarda de la Asociación presentó a Goria, quien por tercera vez viene a la Argentina, las dos anteriores para investigar la vigencia de la lengua piemontesa en el país y ahora para presentar el trabajo, agradeciendo al Concejo en coorganizar y brindar el espacio para exponer el documental.

También estuvieron presentes la secretaria de Cultura municipal Norma Becchio; los concejales Alejandra Sagardoy, Martín Racca, Valeria Soltermam, Carla Boidi; el agente consular de Italia en Rafaela Italo Cassina (termina el mandato a fin de mes); el presidente comunal de Lehmann Marcelo Bett; entre otros.

El emocionante documental, que dura 25 minutos, mostró que entre 1876 y 1915 vinieron muchos inmigrantes italianos y solamente hablaban el piemontés, radicándose especialmente en las provincias de Santa Fe y Córdoba. Incluyó bares con canciones y chistes de los parroquianos, cementerios, el testimonio de los descendientes, que hablan en piemontés, italiano y español, en Las Varillas, Morteros, Justiniano Posse, San Francisco, Brinckmann, La Paquita, Rafaela, Santa Fe, Buenos Aires, entre otras localidades.

En la parte de Rafaela expusieron la citada Brarda, quien mencionó comidas típicas como la bagna cauda, la polenta, el vitel toné; y Rosana Alemandri (presidente de la institución) sobre la tradicional venta de la bagna cauda del Viernes Santo, como así también la piemontesidad entre el pasado, el presente y el futuro.

También menciona a la FAPA (Federación Asociaciones Piemontesas en la Argentina), los “gemellaggi” (hermanamientos) entre pueblos de Argentina e Italia y termina con los jóvenes que están agrupados en GAP (Gioventù Argentina Piemontèisa) para así mantener viva la lengua y cultura piemontesas.

A su término, Goria recordó que “empezó en 2019 con mi primera visita a la Argentina, un trabajo de documentación de audios para saber cómo era hablado el piemontés en Argentina. Para el lingüista, describir cómo evoluciona la lengua, pero había más para hacer sobre el contexto de dónde se habla, las asociaciones piemontesas que buscan revalorizarlo; entonces había que sacar fotos y filmar videos sobre las actividades y prácticas en la comunidad”.

Y agregó: “Entonces volvimos en 2022 con Fabio Gasparini, tuvimos una pequeña financiación en el segundo viaje para filmar qué hacían las asociaciones alrededor de la piemontesidad, permaneciendo un mes en Argentina. El discurso era sobre la piemontesidad de antes, cuando llegaron los inmigrantes de Italia muy pobres para buscar un lugar en la Argentina. El documental empieza en el cementerio sobre el pasado y termina con los jóvenes mostrando un cambio de perspectiva generacional y pendular porque viajan a buscar trabajo en Europa; ¿cuál es la conexión histórica con lo contemporáneo?”.

Para cerrar su exposición, “tratar de fortalecer y renovar el piemontés acá, con una revitalización y revalorización de la lengua, con el estudio y la práctica; se producen gramáticas para hispano-hablantes. Dónde no llega la lengua, hay otras prácticas culturales como la cocina, la comida, el canto, el teatro”.

Después hubo un espacio para preguntas y debate entre los presentes. Cassina mencionó que la Región del Piemonte tiene 7 provincias, donde la lengua cambia en los distintos lugares, y los primeros inmigrantes que vinieron a Rafaela eran de pueblos vecinos.

Goria respondió que mayoría vino del sur de la provincia Torino y del norte de la provincia de Cuneo, donde hay rasgos típicos de piemontés del campo, no así de la ciudad. El piemontés de acá es parecido al que habla en Italia.

La joven Josefina Brarda preguntó cómo surgió estudiar la lengua piemontesa en Argentina, respondiendo el visitante que “mi interés es el contacto entre lenguas y el objetivo de la investigación es conseguir que la documentación no se pierda; en el Piemonte se sabía que se habla el piemontés en la Argentina, pero no había documentación grabada con una metodología ética”.

Cassina agregó que en las actas de nacimiento se ponían que eran analfabetos los que vinieron a la Argentina con escaso conocimiento del italiano, pero en pocos años compraron campos, algunos se transformaron en empresarios y comerciantes, y mandaron sus hijos a la escuela.

Goria aclaró que “la ignorancia se juzgaba con medios que no estaban adecuados, pero ser buen chacarero y hacer un buen negocio formaba parte de sus vidas. El lenguaje en el campo es el piemontés antes y ahora”.

Norma Brarda remarcó que la única lengua de los inmigrantes era el piemontés y no tuvieron acceso a la escuela. En Argentina se tuvieron que familiarizarse con el español, fusión de las 2 lenguas para hacerse entender con la gente local. Las expresiones que usaban eran una mezcla mal dichas y eran objeto de burla hablar el piemontés y los discriminaban. Se fue perdiendo y quedó reducido para el uso doméstico.

Raúl Arduino sostuvo que donde había más piemonteses era más fácil conservar la lengua. Finalmente, Brarda citó al escritor italiano Giancarlo Libert, quien escribió varios libros investigando sobre el proceso migratorio italiano en Argentina.

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