Pinotto, Pinino y Ador son rafaelinos que se encuentran para conversar sobre la realidad política, económica y social. Siempre priorizando en sus dichos a lo que sucede en su querida ciudad. Se trata de personajes de ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Lo que no es ficción es la información que manejan. Para leer, relajarse, añorar los viejos tiempos, y reflexionar sobre los actuales.
Pinotto: vos sabés Pinino que me quedé pensando en lo que hablamos la semana pasada sobre las escuchas
Ador: Madonna, con que te despacharás ahora
Pinotto: que el número 1 tendría que haber pedido disculpas a todos los santafesinos
Ador: pero pregunto, ¿por qué a todos? ¿Los tenían pinchados a todos?
Pinotto: sos siempre el mismo, hay que explicarte dos veces, no entendés nada, no pasa por pinchar a todos, eso es imposible por una cuestión de tecnología, ¿entendiste?
Ador: creo que sí
Pinotto: hay un dicho muy viejo y muy sabio que dice: "si el cadete no anda, hay que echar al gerente". Esto se lo escuché a mi querido primo HC, sabio el hombre
Ador: ¿Qué me querés decir?
Pinotto: que si un funcionario no funciona la culpa la tiene definitivamente quien lo puso. Que me vienen ahora con el tema de ser querellante, de hacer juicio o como se llame, el que lo puso que se haga cargo definitivamente. Para conducir hay que convocar o por lo menos tener el suficiente buen criterio para saber elegir a los colaboradores y acá no pasa ni lo uno ni lo otro. Parece que no saber leer o la soberbia les tapa la visión. Pongan un Spadaro, si no lo conocen se llama José Ricardo comandante general de la gloriosa gendarmería nacional y van a reducir el problema de seguridad a la mínima expresión
Ador: ¿y es el único que hay?
Pinotto: para nada, gendarmería tiene personal de ese calibre
Pinino: bueno, bueno tampoco es fácil, si un oficial superior reúne esas características ¿agarra viaje?
Pinotto: ahí está el problema fundamental querido amigo, yo particularmente no agarraría viaje, porque sé que tengo altas posibilidades de que me traicionen o por lo menos ni me agradezcan