Pinoto, Ador, Enzo, Arcadio y Pinino son rafaelinos que se encuentran para conversar sobre la realidad política, económica y social. Siempre priorizando en sus dichos a lo que sucede en su querida ciudad. Se trata de personajes de ficción y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Lo que no es ficción es la información que manejan. Para leer, relajarse, añorar los viejos tiempos, y reflexionar sobre los actuales.
Enzo: Pinoto, caro amigo, que gusto volver a verte, cómo te extrañé.
Pinoto: guarda fratello, que si estamos en pie es porque estamos vivos. Yo creí que no nos veríamos más, Teresita con el afán de cuidarme no abría el libro y yo adentro te imaginarás. 
Enzo: Bueno ya que estamos, estemos. Disfrutemos de nuestra compañía y de los ristretos de las guevaritas, ya que realmente hay para hacer dulce con los desaguisados de los que nos conducen.
Arcadio: Sí, el buen criterio brilla por su ausencia.
Fabricio: No, pará un poco, ya que también hay funcionarios cuya labor muchas veces no se aprecia, pero son eficientes, están comprometidos y se ven los resultados. 
Pinoto: Así es, por ejemplo, la funcionaria, que prácticamente se instaló en el Hospital donde con capacidad y cojones, organizó el área. Hay que destacar su capacidad de trabajo y sentido del deber.
Pinino: Ya sé, te referías a la secretaria de Desarrollo Humano. 
Pinoto: Vos lo dijiste y adherimos todos, pero no lo dejes afuera al doctor de la colita, ni al Dieguito.
Ador: Sólo les digo que me fui a vacunar y la organización es una maravilla, lo bien sincronizada que está, es para destacar.
Enzo: Bueno, mató una mosca mi perro.
Ador: Dejate de embromar que hay muchas cosas que están bien. 
Enzo: Para la mano mi amigo, que la obligación es hacer las cosas bien.
Ador: Así es, pero no siempre ocurre y lo bueno hay que destacarlo. Fijate vos el buen criterio del Lord cuando lo puso al Secretario de Gobierno y participación, una maravilla. Medido, prudente, componedor y criterioso, pero lo más importante, le pone el pecho a las balas. 
Enzo: Sí, pero que baje la panza, porque no se cuida y le va a terminar dando una pataleta. Si hay algo que no sobra en este tiempo, son las buenas personas. 
Pinino: Sisi, lo he visto, aparta la carne y se come la grasa. 
Pinoto: Madonna santa.
Enzo: Debo reconocer que hay muchos eficientes, sino mirá a la hija del comandante. Esa chica, si el aparato no se lo impide, alguna vez la vas a ver sentada en el sillón del Lord. 
Arcadio: Esto lo observamos todos, pero como conozco lo que pasa en los últimos pisos de Moreno 8, te digo, todo funcionaría mucho mejor, si el Lord acomodara la tropa.
Enzo: ¿Qué querés decir con esto? 
Arcadio: Que hay algunos que son de primera y se están desangrando en luchas de poder minúsculas, perdiendo tiempo precioso.
Enzo: ¿Y esto el Lord lo sabe?
Arcadio: Te estoy diciendo, el Lord debería mostrar que tiene condiciones, tomar el toro por las guampas y poner las cosas en su lugar. El hombre va, viene y no termina acomodando las piezas. 
Enzo: Mirá querido, reconozco las cosas buenas. Pero también hay cosas hechas a medias, que la ciudadanía observa y no se resuelven. Esto no lo podemos negar, el tema, lavacoches, el uso del casco y varias más.
Pinoto: Es así, fijate vos, pasé el martes por la redacción y estaban los chicos calientes que volaban. 
Ador: ¿Qué pasó? 
Pinoto: A las 04:30 de la mañana la pararon a la funcionaria que distribuye los diarios a los canillitas, en el sector de expedición del diario no hubo forma de explicárselo a estos criteriosos. El resultado, diarios entregados tardes, menos ventas para los vendedores, los lectores a las puteadas, todo mal. Después ves que, en pleno centro, a plena luz del día, pasan de a tres en una moto, todos sin cascos, ¡un papelón!
Ador: No tiene explicación, es una barbaridad. 
Pinoto: Yo le propuse a los muchachos de redacción que publiquen todos los días fotos de infracciones a ver si ayudan a tomar decisiones, así por lo menos la cuestión es pareja. 
Ador: A veces la falta de criterio es increíble e incalificable.
Pinoto: No, esto es producto de la falta de políticas firmes. Eso es todo, es muy sencillo.