Fue una charla distendida (muy relajada), con un Luis Castellano detrás del escritorio de su estudio ubicado en calle Dentesano, inmueble que pertenece a su familia y contiene una emocionalidad muy potente, en donde dialogó con CASTELLANOS e hizo un balance de año.
"Fueron 12 años en donde uno ya iba solo, pero también tiene una parte linda y que es la de volver a mi estudio, a mi profesión, a un ámbito que también me apasiona y me gusta; creo que es para lo cual debemos estar siempre preparados todos los que nos gusta la política, los que somos funcionarios o fuimos funcionarios, los que somos dirigentes. Hay que entender la temporalidad de los cargos, y saber que la gente te da la posibilidad de estar en un momento y en otro momento elige otra persona, y eso me parece que es la alternancia lógica de la democracia. Estoy en etapa de rearmar mi vida profesional, con ilusión también y con algunos proyectos que también me motivan hacia el futuro", expresó el ex mandatario.
Castellano resaltó que "ser Intendente de una ciudad como Rafaela, tan exigente, que te requiere todo el tiempo, todos los días, todas las horas, hace que cuando toda esa cantidad de horas trabajadas no está, uno aprovecha para poder devolver el tiempo quitado a la familia, encontrando también una lógica distinta, porque hay que reacomodar los tiempos, de pronto aparece un vacío, claramente, porque el primer fin de semana sin ningún tipo de obligación, sin ninguna cena, sin ningún acto, sin ningún festejo barrial, decís: ¡qué raro!".
Ecos de un cargo ejecutivo
En medio de la entrevista, surgió una reciente anécdota referida a los 12 años como Intendente y de repente ser un ciudadano común: "El otro día salí a correr, iba por la ciclovía y un hombre me dijo, ¡eh, Castellano, tiene que fumigar! Y yo le dije, no, yo ya no estoy más. Estaba lleno de mosquitos. Lógicamente, todavía hay ese arrastre de cosas. La verdad que de alguna manera uno va sintiendo un alivio y comprende en el fuero interno que es tiempo de reencontrarse con una vida diferente, con una vida más normal, porque la exigencia de un cargo como el de Intendente es altísima y la donación del tiempo propio también lo es", manifestó.
Muchas consultas y en un ¿rol de "asesor"?
Consultado acerca de su nueva realidad y su vocación política, y siendo hoy por hoy solicitado para dar charlas o asesorías, dijo que "he tenido varias consultas de intendentes amigos y otros que no los conozco tanto, pero he mantenido algunos diálogos incluso de organizaciones también vinculadas a los gobiernos locales. No hay que olvidarse que se ha producido un proceso de cambio muy grande en la Argentina y este proceso de cambio o esta ola de cambio que se dio a nivel nacional, provincial y local puso a muchos intendentes y a muchos equipos, a tener que conducir en el medio de una emergencia tremenda a nivel social, político y económico, con lo cual muchas veces necesitan la ayuda de alguien que ha tenido la experiencia de haber trabajado durante varios años. Lo hago con mucho gusto, con mucha pasión y en un rol que también me gusta porque lo entiendo, lo comprendo y es un acompañamiento donde se dan procesos de diálogo, de escucha", indicó.
Bajar por un tiempo la exposición
El exintendente, en el corto plazo aspira a descansar, a disfrutar de los suyos desde este otro lugar, con más espacio para la vida privada y participando de actividades políticas pero no ocupando un rol protagónico: "Hoy tengo ganas de que las reuniones comiencen aunque yo no haya llegado. Y eso durante mucho tiempo no sucedió y yo tengo ganas de participar de las reuniones, pero que comiencen, que haya otra persona que las lidere, que las conduzca y yo acompañar. Siento que es un momento en donde hay que dejar el lugar para que otras personas puedan crecer, puedan transformarse en líderes. Nosotros en nuestro espacio tenemos mucha gente joven, con ganas. En la ciudad hay mucha gente que también tiene ganas y yo estoy dispuesto a acompañar desde el lugar que me toque", dijo con una amplia sonrisa.
Comentarios