El Centro Comercial e Industrial y sus cámaras adheridas realizaron un balance de lo hecho hasta el momento en la gremial empresaria y los desafíos a corto plazo que se presentan en un momento tan complejo.

Hace 140 años, comenzaba la historia de Rafaela. La historia de un puñado de hombres y mujeres que eligieron esta porción de la pampa salvaje para establecerse, allá a finales del siglo XIX. La historia de quienes labraron la tierra por primera vez, y de quienes los sucedieron. La historia de miles de emprendedores, que -con oficio y pasión en partes iguales- transforman necesidades en productos y servicios de calidad reconocida a nivel internacional.
Quienes conformamos el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región -dirigentes, miembros operativos y asociados- sabemos del rol que juega el entramado empresarial en la dinámica de la ciudad. Conocemos sus urgencias, apoyamos sus iniciativas y apostamos -con nuestro trabajo cotidiano- por el desarrollo de la industria, el comercio y los servicios.  
Desde nuestro espacio, participamos activamente del debate público, poniendo en discusión aquellos temas cuyo tratamiento consideramos imprescindible de cara a los intereses del sector privado. Comprendemos la coyuntura -en este 2021 aún atravesada por las consecuencias de la pandemia de Covid -19- pero también insistimos en las problemáticas de fondo. En este sentido, hemos señalado en reiteradas ocasiones que el empresariado necesita un contexto macroeconómico estable, así como una estructura impositiva y legislativa que aliente la inversión, la innovación y la creación de fuentes de trabajo.

Mirar hacia adelante

A pesar de los desafíos inmediatos de este presente tan complejo, estamos convencidos de que tenemos frente a nosotros la posibilidad - y la obligación- de construir la Rafaela que soñamos. Una ciudad inteligente, digital y sustentable. Una ciudad que aproveche el potencial de su suelo, pero también del inmenso capital humano que lo habita. Una ciudad generadora de valor agregado y empleo genuino, capaz de atraer talento y de incluir a quienes hoy no pueden insertarse en el mercado laboral.
Hacer realidad este sueño es posible, pero solo si somos capaces de trabajar de manera sostenida y coordinada para solucionar problemáticas estructurales, que corren el riesgo de anclarnos y de impedirnos dar los pasos necesarios hacia un futuro mejor. Así, es fundamental que se logren avances significativos en infraestructura logística, energética y urbano - comercial. También, que se fortalezca el sistema educativo en todos sus niveles, para que los jóvenes egresados puedan acompañar las necesidades de las empresas e instituciones. Y en esta línea, que se ponga el foco en el desarrollo científico - tecnológico, con iniciativas que den cuenta de los más recientes avances en Industria 4.0, robótica, digitalización y economía del conocimiento, entre otras líneas de acción relevantes para el mundo que viene.
Es cierto: mirando hacia atrás, es mucho lo que nos permite celebrar. Pero también debemos renovar el compromiso de crear las condiciones para que la Perla del Oeste brille con fuerza, ahora y en los años venideros.