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El número uno

En plena temporada con el Atlético San Luis de México, país al que regresó tras su exitoso paso por el Burgos de España, el extraordinario arquero formado en Atlético de Rafaela analiza su presente futbolístico y personal, desanda el pasado e imagina el futuro.

Por Oscar Martínez. La imagen tomada desde el aire muestra el maravilloso edificio construido a finales del siglo XIX para ser la penitenciaría del estado de San Luis de Potosí durante la dictadura del general Porfirio Díaz. Como tal funcionó por 100 años hasta que en 2004 se transformó en Centro de las Artes. Luego la cámara viaja y se mete por la arcada principal mientras suena una música de película de suspenso digna de Hollywood. Con cada golpe sonoro cambia la imagen y el video hace presentir que algo va a ocurrir. Entonces se enfoca la torre central que se parece a un faro marítimo y el cartel con letras negras sobre fondo blanco en el que se lee "El ojo que todo lo ve". De pronto, la cámara muestra al hombre de gesto serio y firme parado en la cima, apoyado a la baranda. Tiene puesta la camiseta azul con el escudo del Atlético San Luis. La frase final reza "Bienvenido Marcelo Barovero" mientras la música lentamente se va. Y el cierre del video permite leer un orgulloso "El será nuestro guardián en el arco" de parte de los hinchas del equipo mexicano.
Marcelo es uno de los futbolistas argentinos que mayor reconocimiento ha ganado en el fútbol azteca. Algo que también ha ocurrido en Huracán, Vélez, Necaxa, Monterrey y Burgos, los equipos en los que jugó. Y en nuestro Atlético y en River, sitios donde además goza de idolatría. El arquero se vincula a un cierto grado de madurez. El que ataja es porque ha vivido. Aunque sea un poquito. Y vivir es tener conciencia de la realidad, trascender el juego y asumir que se puede perder: el arquero apuesta siempre y no tiene empate. Y debe saber manejar las culpas. Marcelo lo ha hecho sistemáticamente en todos estos años que lo han llevado a ser un futbolista indiscutido en un deporte donde todo se discute. Pero, fundamentalmente, se ha convertido en un ganador.
"Estoy muy bien, feliz por esta nueva oportunidad, sumando experiencias en mi carrera deportiva y también en lo personal. Y muy esperanzado ahora que el mundo empieza a salir lentamente de la pesadilla que nos tocó sufrir. Nuevamente en México y esperando por ver en poco tiempo a mi familia de Argentina", dice el hombre que nació hace treinta y siete años, el 18 de febrero de 1984, en Porteña, Córdoba, pero que llegó a Rafaela antes de cumplir los quince años para formarse en las inferiores de Atlético.
-Marcelo, mencionaste la pandemia, ¿Cómo ha sido para vos vivir este tiempo?
-"En el comienzo estaba en Monterrey y todo fue incertidumbre, y también miedo por la familia que estaba conmigo y por la que estaba lejos. Cuando volvimos a entrenar, lo hacíamos con una pelota cada uno y la limpiábamos a cada rato, los controles y las precauciones nos parecían extremas. Y cuando veíamos lo que pasaba con la gente en las calles, los que tenían que seguir trabajando, era todo muy conmovedor. Tuve la suerte que poco después nos fuimos a vivir a España, y allá la situación ya estaba adelantada, por usar un término, a lo que pasaba en América, era más cercano a lo que conocemos como normalidad. Pero igualmente durante este tiempo debimos cumplir siempre con una serie de controles y tener mucho cuidado. De a poco todo parece volver a ser lo de antes, eso nos da mucha ilusión".
-Venías de dos muy buenas temporadas en Necaxa y de ser campeón luego con Monterrey, ¿Por qué decidiste ir a jugar a España?
-"Se terminó mi contrato y el club decidió no renovarlo. Entonces analizamos en familia todas las posibilidades que tenía, y nos pareció que ir a Burgos era lo mejor. No en lo deportivo, pero si en todo lo demás, porque era jugar en Europa, conocer otro país, y estar más tranquilos con lo que se vivía por la pandemia. Una parte fue muy buena y la otra, lamentablemente, fue mala".
-La buena fue la familiar y personal, y la mala la deportiva, ¿es así?
-"Fue muy lindo en lo familiar, conocimos mucho, los chicos pudieron cumplir en el colegio el año entero de manera presencial, la ciudad es muy linda, vivimos en un país muy organizado donde sentís que están en el primer mundo, aunque sufrimos mucho el frío. En lo deportivo pudimos ascender de categoría, algo que el club hacía dos décadas que no conseguía, y Burgos, que es grande y futbolera, pareció revivir. Pero los malos manejos administrativos nos complicaron durante todo el año. Además, una de las razones por las que decidí firmar con Burgos fue que conozco a quienes eran los dueños, pero ellos se fueron y todo pareció desmoronarse. Tenía un año más de contrato y querían que siga, pero ya habíamos tomado la decisión antes del final del torneo".
-¿Por qué elegiste volver a México?
-"Primero porque aquí vivimos cuatro años muy buenos, nos sentimos cómodos en este país, nos gusta el clima, la educación, como se vive el día a día, y en lo deportivo la Liga es muy ordenada y los clubes están muy organizados, son serios, y tratan al futbolista como a un verdadero profesional. Así que cuando apareció la posibilidad la tomamos con alegría".
-Se da una situación extraordinaria, porque se fue Axel Werner de San Luis para jugar en España y llegás vos al club. Ambos formados en Atlético Rafaela. Es toda una señal.
-"Sí, compartimos con Axel alguna cena y reuniones de amigos mientras él preparaba su mudanza, por supuesto que hablamos mucho de fútbol en general y de Atlético en particular. Fue muy lindo y me puso feliz que tenga esta oportunidad en Elche".
-¿Qué club y qué fútbol encontraste en San Luis?
-"El club venía de una temporada donde no le fue bien y se produjeron muchos cambios. La dirigencia y el cuerpo técnico son nuevos y llegamos veinte jugadores, o sea que fue todo un golpe que siempre necesita de un tiempo para que se puede funcionar de la mejor manera. Sin embargo el fútbol no da tiempo, y entonces creo que con todas estas circunstancias estamos haciendo una buena campaña, con el equipo jugando cada vez mejor y en un sitio expectante de la tabla. Tengo la confianza de que en algunos meses más vamos a pelear arriba".
-Las ofertas para volver al fútbol argentino aparecieron apenas se supo que decidías dejar Burgos, ¿las contemplaste?
-"No, por distintas cosas. Pero como dije antes, decidimos volver a México en cuanto apareció la oferta de San Luis".
-Queda claro que México los atrapó, ¿analizan en familia la posibilidad de quedarse a vivir aquí tras el fútbol?
-"Hace un tiempo que venimos hablando en familia sobre lo que haremos cuando mi carrera finalice. Tengo 37 años y los chicos están creciendo, mi hijo mayor ya tiene quince años. Pero el fútbol da sorpresas permanentemente y entonces no damos nada por sentado aún. Aunque en poco tiempo seguramente vamos a decidir qué haremos".
-Tus hijos vivieron una etapa muy importante de su crecimiento en este país, como crees que se sienten, ¿argentinos o mejicanos?
-"Es una pregunta para ellos más que para mí. Es cierto que han vivido aquí una etapa clave y vamos a escucharlos cuando llegue el momento. Mi familia ha sido fundamental en mi carrera, me han respaldado siempre y han sufrido el desarraigo por el fútbol. Así que es lógico que en adelante sean ellos quienes tengan más fuerza a la hora de decidir cómo será el futuro".

-El desarraigo, ¿es lo peor del fútbol?
-"Es parte de ésto, nunca me podría quejar de fútbol, porque me ha dado todo y nos ha permitido como familia crecer de un modo especial. Estoy feliz de lo que me ha tocado en suerte".
-Estamos hablando como si te estuvieras por retirar, ¿te quedan ganas de seguir jugando?
-"Sí, me gusta entrenar, y estoy más feliz jugando hoy que hace algunos años. Me pasó que entre los 26 y pasados los treinta me pesaba, seguramente porque eran muchos años ligados al fútbol. Y cuando empecé a tomar conciencia de que mi carrera entraba en su etapa final, fui disfrutando de cada momento mucho más que antes. Y ahora que volvió el público a los estadios todo se potencia. Mientras mantenga estas ganas, me sienta bien físicamente y aparezcan clubes que quieran contratarme, seguiré".
-¿Seguís viendo a River y Atlético?
-"Sí, siempre. Lo de River en más sencillo, pero a Atlético lo vi mucho en el tiempo que estuve en España. Además sigo los diarios, leo y veo todo lo que puedo. Es muy especial para mi"

deportes La Otra Mirada Marcelo Barovero
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