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Deportes

De la mecánica nacional a los autos europeos

El piloto, Benedicto Campos allá por 1935, cuando tenía 23 años, con un Dodge mod. 1927 preparado por el mismo, hizo su debut como piloto en una carrera en la localidad de Benito Juárez. Como es casi normal en un debutante, debió abandonar por problemas mecánicos. Poco tiempo después corrió en Balcarce con el mismo auto, pero con un motor Ford 4 cilindros Logró arribar peleando los primeros puestos.

El próximo paso fue adquirir un FORD T, que con mucho esfuerzo logró ponerlo a punto para correr y en 1938 participó en el premio "Playas de Necochea", logrando su primer triunfo. Como esa prueba era tradicional por entonces, decidió construir otro auto mejor para intervenir en la edición del año siguiente.

Cuentan que se puso a trabajar en una pieza del fondo de su casa y que al concluir con la preparación se dio cuenta de que no podría sacarlo de la edificación. Junto a unos amigos debieron volcarlo para que pudiera pasar por la puerta.

"Con ese Ford T, ganaba asiduamente, era casi imbatible, lo invitaron a participar en Puán y Santa Rosa y cuando los demás corredores se enteraron dijeron que si el participaba, no corrían ellos", comentó Benedicto Campos.

En 1940 Campos adquirió una cupé Ford y participó en las "Mil Millas" del Avellaneda Automóvil Club, ganó la primera etapa en tiempo récord y finalmente ocupó una discreta posición en la clasificación general.

Durante 1941 compitió con suerte variada.

La Segunda Guerra Mundial puso un paréntesis en la práctica del automovilismo deportivo en todo el país y pudo volver a correr a fines de 1946.

En Mecánica Nacional Fuerza Limitada intervino en el Gran Premio Balneario Municipal, ganando una serie y siendo tercero en la final.

Volvieron los triunfos en el Parque Independencia de Rosario, al entonces excepcional promedio de 82,145 Km/h.y logrando el récord de vuelta a 85 Km/h .

Benedicto fue atracción donde competía en las competencias disputadas en Ayacucho, Necochea, Dolores, Salto y otras ciudades. Triunfo nuevamente en Arrecifes y en Rojas con la llamativa y famosa "Betty".

Por amor a "Betty"

Aquel legendario midget que lo llamó "La Betty", en homenaje a su hija, fue adquirido en un taller de la Capital Federal y parecía estar destinado a ser parte de la vida del corredor.

Cuando en 1949, Campos emprendió la aventura en Europa, vendió a La Betty en Bahía Blanca.

Pero años después un grupo de amigos lo compró en $ 40.000 y volvió a traerlo a Necochea.

Corrió la Vuelta Sierra de la Ventana y compitió en el Gran Premio Intenacional a Chile, aunque su mejor performarnce la cumplió en el Gran Premio de Coronel Pringles, en el que ganó la primera etapa y en la final, cuando llevaba notoria ventaja sobre Frangio, Oscar Gálvez, Julio Devoto, José Cordonier, Pablo Gulle y Domingo Marimón, tuvo un accidente donde volcó y vio frustrada una victoria que parecía asegurada.

En Europa

Gracias a esa gran campaña, los dirigentes del automovilismo nacional lo convocaron junto a Juan Manuel Fangio para representar a la Argentina en los principales escenarios de Europa.

Si bien no ganó ninguna carrera, en Marsella, al comando de un Simca-Gordini, se impuso en una serie al frances Maurice Trintignant después de luchar rueda a rueda en las vueltas finales.

La suerte no estuvo de su lado. En Reims cortó el cigüeñal cuando iba en punta, a una buena distancia de Villoresi y Fangio.

En Monza, marchando detrás de Alberto Ascari, se cortó una biela del motor de su Maserati y tuvo que abandonar.

Albi, Pau, Perpiñan, Spa y otros circuitos europeos supieron del paso del piloto quequenense.

Contra todos

En el año 1950, quiere intervenir en la temporada internacional en nuestro país, pero es boicoteado por cuestiones políticas. Una interminable serie de cuestiones burocráticas le impiden competir, a pesar de que era considerado uno de los mejores pilotos del país.

En una entrevista Benedicto explicó años después: "Yo no le dedicaba el triunfo a nadie y tampoco tenía preferencias por ninguno. Entonces era contra". Lo único que quería era correr. No obstante, corrió en Rosario y después de luchar los primeros puestos con Villoresi, Farina, Ascari, Fangio e inclusive José Froilán González, logró clasificarse segundo, detrás de Luiggi Villoresi.

Algunas carreras después, Campos conquistaba el campeonato de Coches Especiales.

El último viaje

Tras retirarse del automovilismo Benedicto Campos montó una empresa rural, esto lo obligaba a recorrer grandes distancias. Paradójicamente, Campos falleció mientras conducía. El último viaje fue el 8 de febrero de 1972, en compañía de su hija Betty.

A pesar del paso de los años, aún permanece el asombro de la gente ante la dimensión de este enorme piloto. Hoy una avenida de Quequén lleva su nombre. Precisamente en esa calle donde vivió, se construye un gran monumento para recordarlo.

El automovilismo y yo deportes motor

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