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Cultura

Palito Ortega brilló en el Festival de Jesús María

El célebre cantante recorrió su carrera a través de sus clásicos e hizo delirar a los fanáticos con temas como "La Felicidad" y "Estoy perdiendo imagen a tu lado".

Domingo con calor de enero en la piel y la luna creciente brillando en el cielo jesusmariense. Para la fiesta sólo hace falta música y el Festival de Jesús María no decepciona. Luego de tres noches de cuarteto y folklore, las últimas con alrededor de 7 mil entradas vendidas (en esta hubo 5.500), la esperada llegada de Palito Ortega cumplió con todas las expectativas. El músico, en su gira de despedida, encendió el anfiteatro con una energía muy especial. Además, este domingo fue declarado "visitante distinguido" de la ciudad.
Llegó momentos antes de su show y entró raudo al José Hernández. Momentos después, puntual, estaba listo para empezar a las 22.10, hora programada, solo retrasándose algunos minutos más por un problema técnico que fue rápidamente solucionado. Aunque el sonido tuvo que ajustarse a medida que avanzó el show, la alegría estuvo presente desde el minuto cero.
Un muchacho como yo, suena como tema inaugural. Desde los jóvenes a los más grandes no pueden evitar mover el cuerpo al escuchar los clásicos de Palito. Pero nada le gana al fiel club de fans que se amontona enardecido frente al escenario y le baila a su ídolo vestido de punta en blanco. Siguen Bienvenido amor y Viva la vida.
 "Están lejos pero los siento muy cerca", expresa. Claro, el campo de doma aún no se abrió como se hizo noches anteriores para el número principal, porque la jineteada todavía no terminó. Pero desde el otro lado, con las gradas considerablemente llenas, llega la emoción.
Difícil comprimir tantos años en un solo show. Pero todos los temas seleccionados parecen los justos. Ortega recuerda como esas "canciones fueron marcando etapas diferentes en la vida". "De algunas quizás no se acuerdan", desafía al público y tira dos o tres palabras de Despeinada. Le devuelven una estrofa entera, por supuesto. Sigue La felicidad y Palito se arma con la guitarra.
El músico le cede el micrófono a Lalo Fransen, "El Club del Clan" mencionado y presente. Con su guitarra y videos retro en las pantallas, Fransen traslada directo al corazón de los ‘60, con unos rockcitos que invitan a dejar esta nota y ponerse a bailar. La Bamba es irresistible.
Mientras, Palito vuelve despojado de su traje blanco y ahora con un saco con brillos, listo para continuar con esa onda, y guitarra en mano, regalar Popotitos a la multitud. "50 años y tengo la inmensa alegría de estar aún caminando los escenarios y encontrarme siempre con gente que me espera con amor", agradece entre un aplauso que se alza natural y enérgico.

Programados temprano

En la previa de la transmisión televisiva, un lindo momento se pasó junto a los marplatenses de Sauda que en poco más de 20 minutos mostraron que se puede tomar un puñado de clásicos, hacerles unos sencillos arreglos de voces, y tocar la hondura de la emoción.
Sus versiones de Solo le pido a Dios, y Zamba para olvidar dejaron constancia de eso.
A la medianoche, subió al escenario Roxana Carabajal, quien hace años abandonó la zona de confort y no conforme con ser parte del clan Carabajal, fue por más y se animó a un repertorio menos conocido quizás, pero con contenido.
La resistencia, y el cuidado y respeto por la tierra forman parte de su discurso y su poética.
Cerró su actuación con una versión de la Zamba del carnaval del Cuchi Leguizamón que mereció un aplauso cerrado del público. Dio la impresión de que se quedó con ganas de un bis, pero le agradecieron la presencia y mandaron al campo para dar comienzo a las destrezas criollas.
Para cerrar, Los Nocheros. Mientras cantaban su primer tema, Chacarera para mí, se abrió el campo de jineteada y la gente descendió por las gradas lista para escuchar un show atrapante, quizás que no inspira tanto saltar y hacer palmas pero sí disfrute, escucha atenta y emociones profundas. Luego de la apertura, siguen algunas zambas.
Además inspiran, claro, baile. Por momentos parejas de bailarines engalan el escenario y claro, otros dúos entre el público hacen lo propio.
De temas más animados a algunos más lentos, la audiencia está prendida del escenario. Además de agradecer y celebrar la vuelta al Festival, piden que por favor "sigamos cuidándonos". Para el final, suela el carnavalito Humahuaqueño y cuando se le pide, sin dudarlo, el público se levanta y hace palmas. Luego, les gritan por uno de los bis más solicitados de estas primeras jornadas y tocan, como último regalo de la noche que ya termina, La Yapa y La Cerrillana.

Expectativa por el campeonato

Por otra parte, el campeonato nacional de jineteadas no arroja grandes novedades, por ahora. Se empieza a notar, eso sí, el trajín de varias jineteadas consecutivas.
No hubo tampoco, afortunadamente, ningún lesionado de severidad, más allá de algún susto o de ver caminando a uno que otro gaucho con alguna dificultad para caminar o un gesto torvo después de alguna caída imprevista o del topetazo de alguno de los reservados.
En la cuarta jornada, la ambulancia retiró a varios domadores del campo, tras sufrir algunos apretones y golpes. Ninguno de retiró inconsciente, pero había que esperar el parte médico para saber si tuvieron alguna lesión de consideración.
El nivel de las tropillas es muy parejo y los caballos se vienen prestando al juego que le presentan los jinetes.

Lo que se viene

Hoy será el turno de Sergio Galleguillo, Los Carabajal, 5 sentidos, Dale Q’ Va, Peregrinos, Kuñá, Los Umbides y Los Legales. 
Para el miércoles, el gran Abel Pintos, Ceibo, Jesica Benavídez, Llokallas, Los Fulanos, Indigo y Marco Basílico.
Entrada general $ 2.000. Menores de 5 y jubilados $ 1.000.

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