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Cultura

Francesco Cirio, el rey de las conservas

TERCERA PARTE

El éxito fue tal que se le acusó de ser un auténtico monopolista. Sus empresas italianas producían y exportaban cada año miles de vagones más que todos los demás competidores juntos, millones y millones de cajas enviadas en todas direcciones.

Poco antes de la muerte de Francesco, la "Cirio-Società Generale Conserve Alimentari" se trasladó de Turín a San Giovanni Teduccio, cerca de Nápoles y el paquete accionario pasó a Pietro Signorini, entonces socio de la empresa.

En el momento de su muerte, el 9 de enero de 1900 en Roma, a la edad de sesenta y tres años, con los hermanos Pietro y Paolo Signorini, eran uno de los mayores y más prestigiosos fabricantes de alimentos de Europa.

Tras la muerte de Francesco Cirio, Pietro Signorini se hizo cargo de la dirección y desarrollo de la empresa, trabajando a partir del legado de su fundador. Gracias a él, la empresa se afianza en el área alrededor de Nápoles construyendo nuevos centros de producción de tomates, fruta y otros vegetales.

Exportan productos Cirio a medio mundo, Argentina inclusive, donde fabricarán mermeladas y confituras.

Tras la muerte prematura de Pietro Signorini en 1916, la gestión de la empresa pasó a su hermano Paolo, que continuó su tarea con el mismo compromiso y dedicación, logrando desarrollarla y robustecerla como una empresa líder, capaz de reafirmar los valores agrícolas y alimentarios de Italia en el mundo.

A partir de mediados de 1920, con un hábil uso de la publicidad y promociones, Cirio se hizo aún más popular en Italia. Entró en la vida de todos los italianos y el consumo de sus productos se extendió ampliamente, consolidándose como una de las marcas más conocidas de comida italiana, que identificó un gran número de productos, desde conservas vegetales hasta conservas de carne y pescado, desde pastas hasta café, desde leche hasta mermeladas, etc.

En 1969, sobreviene la primera de varias crisis. El trabajo de la familia Signorini continuó con éxito hasta 1970, cuando el holding estatal SME (una sociedad italiana dedicada a diversos sectores, entre ellos la alimentación) se convierte en accionista principal. En 1986, el grupo De Rica entra en el paquete. Sin éxito, ya que en 1993 la firma se reprivatiza.

Tras una crisis financiera una década después, la marca Cirio fue adquirida en 2004 por su actual propietario, el Gruppo Cooperativo Conserve Italia, uno de los líderes europeos de la industria de la conservación de alimentos, reafirmando su posicionamiento como marca "Made in Italy", producto 100% italiano "certificado", con 150 años de experiencia.

En muchos sentidos, esto representó una vuelta a los orígenes de Francesco Cirio, los cuales se basaban en su pasión por la agricultura y su compromiso por la innovación e investigación agrícola industrial.

En este período las actividades de Marketing y Comunicación tomaron un nuevo impulso, nació la campaña publicitaria con Gérard Depardieu y se lanzaron nuevos productos como Passata in Pet, Pomopatè, Monoporzioni.

Esta adquisición contribuyó a prolongar el éxito empresarial de Cirio, y por supuesto afianzar el compromiso hacia los consumidores, a los que se les sigue ofreciendo la mejor garantía de productos naturales respetados y responsablemente salvaguardados.

En 2012 Cirio entró en el mundo de la web y desarrolló una importante presencia en las redes sociales, demostrando cada vez más su sensibilidad hacia los nuevos medios de comunicación y las tendencias de un mercado en rápida evolución.

En los últimos años, también refuerza su presencia internacional en 60 países explorando nuevos mercados y diferentes hábitos alimentarios.

La calidad de las conservas Cirio proviene de las excepcionales cualidades de su materia prima 100% italiana, y del esmero que ponen en todo el proceso de cultivo, recolección, procesamiento y envasado.

La verdadera fortaleza de Cirio es su base social: más de 14.500 agricultores agrupados en 51 cooperativas que cultivan frutas y hortalizas por toda Italia, en los que prevalece el amor y respeto por la naturaleza y sus frutos. Incluso hoy en día, todos los productos de Cirio se cultivan según las estaciones más adecuadas de cara a conseguir el mejor sabor, frescura y calidad.

Cada uno de los pasos del proceso permanece bajo un riguroso control: desde la elección de las semillas, estrictamente libres de transgénicos y seleccionadas cuidadosamente por agrónomos, al cultivo con métodos de "Producción Integrada" para minimizar aditivos en el cultivo.

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