Por Juan Carlos Ceja (especial para Castellanos). El sábado se presentó Altas Brujas en el salón vecinal del Barrio General Mosconi. La llegada del grupo escénico estuvo promovida por Revuelo, Colectivo LGBTIQ+ de Rafaela.
Los artistas son oriundos de San Marcos Sierra (Cdba.) y en su espectáculo se observa un cruce de lenguajes compuesto por teatro, música, poesía y "un toke de demencia".
La representación se organiza con expresiones escénicas de vivencias y reivindicaciones de la diversidad sexual, así como de problemáticas vinculadas al medioambiente, la salud, la educación, la intolerancia y otras agresiones hacia personas del Colectivo.
El largo monólogo en torno a la adjetivación de puto y el de los incendios provocados por intereses mercantilistas de orden neoliberal merecen destacarse no solo por la contundencia y veracidad del contenido sino por la teatralidad puesta en juego que es excelente durante todo el desarrollo de la puesta.
El artista César Maldonado nos expresa: "…como dicen ellas, para hacer de verdad algo por las otredades… no necesitan aliados, necesitan traidores, traidores al sistema que las excluye, traidores que se pongan en acción de verdad. No desde el discurso pelotudo y vacío. En acción desde el amor, es eso tan simple, abrir un poco la mente y el corazón… en lo particular -el espectáculo- me dejó pensando en un montón de cosas y muy movilizado".
Así como hay casi "una maestra de ceremonias" del rito teatral que sobresale con recursos actorales notables que interpela, busca y encuentra la conexión con el público, está la música sobre la base del estudio y el oficio, tanto en los instrumentos como en el canto. Los momentos mágicos e intimistas los producen las canciones ¡tan bien cantadas!
El maquillaje, la bijouterie y el vestuario, todo "bravamente montado sobre las cuerpas", son luminosos, muy ocurrentes e imprescindibles y permiten que cada individualidad logre su propio marco.
Hubo mucha risa por parte del público, algunos aplausos intermedios y uno final entusiasta y sostenido.
Al momento de hacer este escrito acerca de ALTAS BRUJAS pienso que como el historiador francés Lucien Febvre ellas también, de modo preciso, están dando "combates por la historia".
Un espectáculo que merece verse y que ojalá tenga muchas oportunidades más para continuar construyendo nidos de amor.
Altas brujas, palabra marica
El presente escrito para CASTELLANOS da cuenta del relato que escuché de uno de los integrantes del Grupo Escénico que hizo el espectáculo Altas Brujas con la colaboración de Revuelo, Colectivo LGBTIQ+ de Rafaela.
Danilo dijo así: San Marcos Sierra es el lugar donde hemos decididos vivir, hacer base, es un espacio que tiene mucho agite cultural y artístico, a través del tiempo nos hemos ido posicionando en nuestras propias identidades a la hora de hacer arte. Retomamos distintos ejes, uno el de nuestras identidades y cuerpos puestos en juego a la hora de hacer arte y en esto estamos hablando de corporalidades del colectivo, creemos que así como estas identidades crean otros cuerpos así también crean otro arte.
Otro eje es la interconexión de los lenguajes artísticos en sí que a veces al estudiarlos en la academia o en el perfeccionamiento es como que empiezan a divorciarse bastante… "yo que he estudiado música es como si no estuviera el cuerpo escénico y pensar que el cuerpo es el primer lugar que tenemos como para hacer arte, para contactar con el instrumento, en mi caso el canto.
"A la pregunta de quiénes somos nosotres, todas estas maricas, travas atravesades por la realidad del territorio, del entorno, decimos que tenemos un relato para entregar que es el relato de estas identidades viviendo en un pueblo pequeño, en el monte donde las dinámicas de vida por ahí son otras que las de la gran ciudad que es desde donde nos llegan muchas veces las producciones o la forma en que también encaramos el producto, es decir en los lugares chicos terminamos conectando la lógica que tiene que ver con las grandes ciudades. Ahí es donde nos urge que aparezcan nuestros asuntos propios como la temática de los incendios, el señalamiento, los sitios y formas de empoderamiento. Nuestro decir tiene mucho de denuncia.
El arte es también el lugar donde se alojan los contra relatos a los oficiales de nuestra historia, de la cultura y que para nosotros como colectivo es muy importante que el arte esté ahí, porque se ha dado un barrido de nuestra historia, propia, es como si no nos encontráramos, no nos hablan, no escuchamos nuestras existencias a través del tiempo, ni en la escuela, ni en las religiones, en nada, en nada, todo se ha borrado y en realidad estuvimos y estamos siempre.
Cuando digo en plural me refiero a identidades trans, no binarios… palabras que usamos hoy para definir esto… para poder darle una posibilidad de existencia que por ahí antes tenían otras palabras… tomamos el arte como un lugar para volver a problematizar lo que no está funcionando bien, para poner sobre la mesa, para decir lo que no se está dejando decir o no vemos que esté saliendo representado, en este sentido hacemos propia esta parte de un poeta cordobés, "el sentir tiene sentido". Nosotres, somos estas personas y con esto hacemos arte hoy.
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