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Un partido de BAR

Atlético empató con Estudiantes de Caseros.
Crédito: Prensa AR

La verdad es que la cosa pintaba mal. Eran muchos los partidos que Atlético jugaba definitivamente feo, fiero en el decir del habitante del tablón. Pero, como contrapartida, el equipo conseguía buenos resultados. Entonces estaba eso del árbol que tapa al bosque, y hablábamos de diferencias en la tabla, analizábamos cuanto falta para el final del torneo, como le va al resto…en fin, el equipo generaba expectativa. Pero estaba lejos de despertarnos ilusión. Por eso me senté delante del televisor, con la radio encendida en CNN, para analizar un partido del cual hablarles en esta columna. Y no con la expectativa de ver futbol. Pero todo cambió, trece días después de un bochornoso empate cero a cero en el Monumental, ante Brown de Adrogue, Atlético jugo. De verdad, ninguna maravilla, pero jugo. Y no es poco.
Esta vez el empate se dio en uno. Ambos goles conseguidos desde el punto de penal, y hubo varias situaciones de mediano riesgo en uno y otro arco. Ellos no llegaron a un segundo grito porque nuestros centrales y el arquero siguen en un gran momento. Y los nuestros tampoco pudieron festejar porque Atlético carece de un delantero que aproveche lo poco que se genera o haga algún aporte propio. El empate fue justo y el punto sirve para mantenerse en zona de clasificación. No mucho mas para decir. En todo caso se pueden discutir cuestiones tácticas, pero no soy un especialista. Simplemente soy un apasionado discutidor de café. De bar. Y es ahí donde quería llegar.
El VAR, si el otro, el Video Assistant Referee, ese que en Argentina aún no aprendieron a utilizar de la manera adecuada, es un arma valiosa. Pero es un arma, que bien usada ayuda a la justicia. Pero en caso contrario puede matar la esencia del fútbol. Mientras en otras ligas se lo ve como algo natural, que forma parte del juego, aquí lo seguimos cuestionando. Hasta que vemos un partido como el del sábado y lo pedimos a gritos. La cantidad de situaciones que se dieron en los últimos cincuenta minutos nos hicieron desear que en el ascenso también funcione el VAR. Y el post partido es definitivamente para varios días de discusiones en el BAR. Por ejemplo. ¿Entró la pelota en la última jugada de la primera etapa, tras una gran tapada del arquero Amadé, que hubiese significado la apertura para la Crema? Lo cierto es que el equipo se fue al descanso convencido que lo estaban perjudicando. Pero nadie puede asegurar si fue o no gol. Y en los penales, ¿no debieron ser expulsados quienes los cometieron? Aunque estas situaciones no necesitan de VAR sino de un arbitro que nos aclare el reglamento. Consulte a dos. Y tuve sentencias opuestas en ambos casos. Mas para discutir en el BAR. Se pueden sumar al menos dos situaciones de gol anuladas por posiciones adelantadas, imposibles de analizar con certeza ya que la televisación se hace con solo una cámara.
En el final, ambos equipos fueron por la victoria, pero las limitaciones de sus ofensivas dejaron las cosas como estaban. No fue un gran partido, pero al menos intentaron jugar, cosa que, como se desarrollaron los partidos anteriores de Atlético, se pareció a un milagro. Además, como se dijo, el juego nos dejó una larga serie de excusas para ir a discutir al BAR. Gracias a los jueces, que no merecen la hoguera, pero como escribió Eduardo Galeno en «El fútbol a sol y sombra», «A veces, raras veces, alguna decisión del árbitro coincide con la voluntad del hincha, pero ni así consigue probar su inocencia. Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias, hinchas tendrían que inventario si él no existiera. Cuanto más lo odian, más lo necesitan»

Autor: 286726|
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