SEGUNDA PARTE
A lo largo de la semana, las coctelerías y restaurantes adheridos al evento propusieron respectivamente cartas de bebidas específicas, donde el vermú era la base de reversiones de clásicos y novedades creadas por los bartenders, mientras que los restaurantes se empeñaron en menús temáticos donde el vino generoso estuvo presente en los platos y en los maridajes.
Todo también gracias a las colaboraciones de Cantina Social, Turismo Torino, Università di Scienze Gastronomiche y Somewhere Tour-Torino Magica.
Entre los eventos centrales del Fuori Salone, el Vermouth Mix Contest, Concurso de Mezclas de Vermú, previsto en la Centrale Nuvola Lavazza, los mejores bartenders de la ciudad prepararon firmas a base de vermú, que fueron juzgados por un jurado de expertos y el público.
El salón del vermouth
El objetivo del salón fue crear cultura en torno a esta excelencia italiana. Precisamente por ello, hubo espacios para encuentros con expertos del sector.
El programa de charlas fue muy intenso. Cuatro eventos temáticos diarios contaron con bartenders, chefs, brand ambassador, (embajadores de marca), master blender (maestros mezcladores), master herbalist (maestros herbolarios) e ilustradores, que develaron los secretos del vermú y contaron su fascinante historia. Hablaron de temas como el nacimiento del ritual del aperitivo, las múltiples variaciones de este vino aromatizado, su uso para mezclarlo, maridarlo con postres y quesos, y las historias de los protagonistas que aún hoy lo elaboran. El público también tuvo la oportunidad de participar en talleres interactivos, de mezcla y degustación, donde pudo vivir de primera mano los mil matices de este producto.
Los mejores productores de la zona (y no sólo) expusieron en el Salón del Vermú todas las interpretaciones posibles del vino aromatizado: desde los clásicos rojo, seco y blanco, hasta versiones exóticas, elaboradas con hierbas, especias, flores, raíces, cortezas y semillas no comunes en Italia y el protagonismo del aperitivo en los cócteles clásicos de mezcla internacional.
Cada encuentro finalizó con una cata guiada por un productor presente en el Salón.
La primera exposición íntegramente dedicada a esta excelencia piamontesa sólo pudo nacer en la capital de Saboya, donde se desarrolló este producto hace 238 años.
¿Qué es el vermú?
No puede definirse como tal sin la presencia de la artemisa o ajenjo (hierba) en las variedades Póntico y Romano, una hierba que en alemán se llama comúnmente wermut, el vermut es el resultado de una larguísima tradición, la del vino aromatizado, que se remonta a la época de la Antigua Roma con los vinos de absenta que se producían con fines farmacéuticos.
Consagrado en 1786 en Turín, gracias a Antonio Benedetto Carpano, aquel a quien se le reconoce como el inventor del vermú tal y como hoy lo conocemos y que amplió su uso más allá de la medicina.
Desde la capital de Saboya, el vermut entró en las rutas comerciales francesas y, finalmente, en las europeas y mundiales, donde todavía registra cifras importantes.
El redescubrimiento de los clásicos en la mezcla contemporánea lo volvió a poner de moda en el momento del aperitivo, así como también en la sobremesa después de la cena, servido solo o con hielo, modalidad que permite apreciar toda la aromaticidad de las plantas silvestres y especias utilizadas, como el canela, cúrcuma zedoaria, galanga, cascarilla y nuez moscada, de las cuales se utilizan hojas, flores, frutos, raíces, cáscaras, corteza y jugo para aromatizar el vino y es la base de importantes cócteles internacionales: desde el Americano hasta el Negroni.
Cada uno de los cinco tipos de vermú: blanco, rojo, rosado, seco y extra seco, tiene una personalidad gustativa bien definida y se distingue de los demás por la presencia del colorante caramelo, el perfil aromático y el grado de dulzor. Desde los clásicos rojos, secos y blancos hasta los exóticos vermuts, elaborados con hierbas, especias, flores, raíces, cortezas y semillas poco comunes en Italia.