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María Teresa De Filippis

Maria Teresa De Filippis es conocida por haber sido la primera mujer que disputó GrandsPrix de Fórmula 1. Quedado marcada por su condición de pionera.
Nació en Nápoles el 11 de noviembre de 1926. Algunas veces era llamada contessa, puesto que su padre era conde.
Conducía automóviles desde muy joven, pero en lo que había descollado desde niña era en la hípica.
Así que, después de entrenar por las sinuosas carreteras secundarias de la región, María Teresa se inscribió en la Salerno/Cava de' Tirreni 1948 con su Fiat 500 Topolino, ganando su clase y recibiendo un premio al mejor piloto del meeting. Para el año siguiente lo hace con una barqueta Taraschi Urania de motor BMW 750 cm3 con la que prosigue practicando, pero la sustituye pronto por otra Urania-BMW. La novel piloto extiende su campo de acción por toda la geografía de la península y logrará 3 victorias de clase más dos segundos puestos, será 6ª en la Stella Alpina y 9ª de clase en la Coppad'Oro delle Dolomiti.

En 1950 forma equipo con Luigi Musso; ambos compiten con unos nuevos Giaur 750. Con el Giaur, María Teresa será 9ª en Collemaggio, 12ª en Modena, 6ª en el Circuito di Senigallia. Y el año siguiente, 9ª en Castello, 3ª en la Coppa Ascoli, 4ª en el Gran Premio di Cidonio 1951.
En 1952 da otro pequeño salto hacia arriba, pues dispone de una barqueta OSCA MT4 1.100 cm3 con la que se clasificará 5ª en Avellino, 2ª en el Trullo d'Oro y en el Circuito de Sassari. El OSCA es bastante más veloz que el Giaur, pero también más frágil, a pesar de lo cual María Teresa será subcampeona de Italia en categoría sport.
Al año siguiente se produce un distanciamiento de Luigi Musso, que pasa a ser oficial de la Maserati, y más tarde, de la Ferrari, pero este le traspasa su Maserati A6CGS 2,0 l, que se convertirá en el auto favorito de María Teresa. Con él ganará en Cerdeña 1954 y en la Catania/Etna, y será 2ª en el Gran Premio di Napoli y 13ª en el Giro di Sicilia. También sufrirá un par de accidentes.
La femenina contessa, a quien Musso bautizó como "pilotino", debido a su escasa talla, no se sintió jamás boicoteada o menospreciada por los pilotos masculinos: "La mayor parte de los pilotos de la época eran muy atentos conmigo, y me prodigaban preciosos consejos: cómo reaccionar ante tal o cual situación, qué trayectoria adoptar, cómo encontrar los puntos de la cuerda, cómo reducir las distancias de frenada".
El Maserati A6GCS 2,0 litros sería el auto preferido de la piloto. Musso se lo había cedido, pero María teresa tuvo que pagar su precio a la Maserati. "Yo tenía la suerte de pertenecer a una familia de recursos económicos. Porque, aún teniendo el status de 'piloto oficial', debía comprar el coche con el que corría y en la época, una barqueta A6 valía su peso en liras por el mismo precio que una bonita casa".
Con este coche, María teresa sería de nuevo subcampeona de Italia en clase hasta dos litros.
Sin embargo, el pilotaje de la barqueta A6GCS no era nada cómodo. "Se encontraba sin competencia en su clase de cilindrada, al menos, en Italia. Sin embargo, no resultaba fácil de manejar. Ligera y muy compacta, porque derrapaba fácilmente a la entrada de las curvas. He aprendido a dominarla, y es preciso decir que, a pesar de mi pequeña talla, yo era bastante musculosa...".

María Teresa, explica cómo era su relación con la Maserati: "Con la fábrica iba simplemente a partes iguales, en los gastos y en las primas. Felizmente, tenía el mismo manager que Fangio, Marcello Giambertone, que velaba por mis intereses. Fangio también, por su parte, siempre me decía: "¡Vas demasiado rápido! ¡Toma menos riesgos!".
En 1955 participa en la Targa Florio. Esta última clásica la hace con un Maserati oficial compartido por Luigi Bellucci, que clasificarán 9º. Luego es 10ª en el Giro di Sicilia y 3ª en las 10 Horas de Messina, relevada por Musitelli.
Decidida a ampliar su campo de acción y la relevancia de las pruebas que acomete, en 1956 acude a los 1.000 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.
Por esquivar a un retrasado en los III Mil Kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires 1956, María Teresa accidentó su Maserati nº 22 en la vuelta 26ª, cuando era puntera de su clase. Chocó contra un poste y se lesionó el hombro.
Una vez repuesta, pudo ser 1ª en Caserta y 2ª en el Gran Premio de Nápoles.
En 1957 vuelve a desplazarse a Buenos Aires para los IV 1.000 Km; va a compartir un OSCA TN 1.500 con Alberto Rodríguez Larreta, pero no pueden solucionar problemas de encendido de su auto y no toman la salida. Aunque la frustración se desvanecerá muy pronto, porque ahora, dentro de de la Scuderia Centro Sud piensa disponer de un Maserati 250F con el que quiere acometer GrandsPrix de Fórmula 1 la temporada siguiente.
Su debut no es malo: en el VIII Gran Premio di Siracusa 1958, del 13 de abril no puntuable para el campeonato mundial de conductores de fórmula 1 FIA, se clasifica en 5ª posición en la carrera de 336 km y recibe un premio al mejor debutante.

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