En términos macroeconómicos, en un país como Argentina, diciembre es una pesadilla. No sólo es el mes más deficitario del año sino también aquel en el que las presiones inflacionarias se expresan más que nunca. Este año, particularmente, la descripción será totalmente cierta. No sólo la segunda ronda formal de aumentos de 8% autorizada por el Gobierno saliente, que comenzó a regir la semana pasada, empujará el precio de los productos de consumo masivo sino también los aumentos mucho más fuertes que se esperan para la próxima semana. Entre ellos, el de la carne.
En el mercado de hacienda se registró hoy un abrupto salto de precios, entre 24% y 63% según el peso de los animales, que se trasladará en los próximos días al precio de mostrador en las carnicerías. El precio de la carne ya registró en los últimos días de noviembre un salto de 15% para los consumidores, momento en el cual ya se advertía que la tendencia alcista se mantendría. Esos anticipos parecen ahora confirmarse.
Un conjunto de factores se conjugan para determinar ese salto. Por un lado, el mayor precio de exportación tras el cambio dispuesto después del balotaje, que mejoró el tipo de cambio para el sector por encima de los $600. Ese valor presiona sobre los precios domésticos ya que restringen la oferta para el mercado interno. Al mismo tiempo, la mayor demanda estacional juega un rol determinante.
Además, la incertidumbre respecto del régimen cambiario que regiría a partir del cambio de gobierno también contribuye al alza. En cualquier caso, el freno a la suba de precios podría terminar dándose por el lado de un menor consumo. Lo cierto es que, en la canasta de alimentos y, por esa vía, en el nivel de inflación general, el precio de la carne resulta determinante en la evolución de la inflación. En promedio a nivel país, por cada 10 puntos porcentuales que aumenta la carne en el mostrador, se suma 1 punto de inflación. Con ese dato bajo la lupa, el punto de partida para la inflación de este mes es cada vez más alto.
Tras remarcar la pauta establecida de 8%, las marcas de alimentos, productos de limpieza, de tocador y cosmética apuran nuevas listas de precios que harán llegar a los supermercados en coincidencia con el debut de Javier Milei como Presidente. En rigor, desde el sector supermercadista admitieron que ya están recibiendo las nuevas pautas, con incrementos que llegan hasta 40% respecto del último precio. Como aseguran estar todavía dentro del acuerdo, esperarán hasta el fin de semana para aceptarlas o, en el caso de que consideren inviable trasladar a la góndola los nuevos valores, rechazarán mercadería. Otra vez, el freno lo pondrá el nivel de la demanda. Desde hace semanas que en todo el sector de consumo masivo advierten sobre un fuerte impacto en el segmento.
De todos modos, sin política de control de precios vigente ni tampoco en los planes de la nueva administración, las empresas aprovecharán para recomponer los atrasos que se acumulan en los distintos sectores. Una nueva devaluación que lleve el dólar oficial en torno a los $700, generará una presión adicional.
La próxima semana se conocerá el índice de inflación del mes pasado, que tras el retroceso de octubre, volverá a los dos dígitos con proyecciones privadas que ubican al IPC con un incremento de hasta 14% respecto al mes anterior. Para este mes, en tanto, no se descarta que la inflación acumule unos cuantos puntos más y supere la barrera de 20 por ciento. A partir de ahí, enero y febrero también serían meses calientes en términos de inflación, en la medida que además avance la corrección de precios relativos y se recompongan los valores en los sectores regulados que también contribuirán a una suba generalizada de precios. (Infobae)