El subsecretario de Ganadería subrayó que los embarques se redujeron levemente a lo largo del año. Pero la caída desde mayo es pronunciada, y el resto de los países competidores creció en ese período.
Luego de la polémica que se suscitó a fines de la semana pasada, cuando el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación Julián Domínguez negó que haya un "cepo" a las exportaciones de carne en Argentina, el subsecretario de Ganadería, José María Romero, insistió con esta hipótesis.
A través de un posteo en Twitter, el funcionario comparó los envíos acumulados entre enero y septiembre de este año contra el mismo período del año pasado y mostró que solo cayeron 1,7 por ciento en peso producto, 5,4 por ciento en equivalente res con hueso y 0,1 por ciento en dólares.
"Hablando con datos evitamos confusiones", se ufanó Romero.
De movida, este análisis del Subsecretario esconde algunos aspectos clave: compara el año completo, y no el período en que el cepo comenzó a regir; es decir, desde mayo. Antes de que se impusiera, el comercio exterior de carne vacuna continuaba creciendo a pasos firmes.
Por otro lado, que la cifra ingresada en dólares sea prácticamente igual a la de 2020 solo responde a que los precios se incrementaron, justamente por una mayor demanda mundial que es la que Argentina ha venido desaprovechando.
Respuesta
Al respecto, el economista especializado en temas agropecuarios y agroindustriales, Juan Manuel Garzón, le contestó a Romero, también a través de Twitter.
"El único exportador que disminuyó los volúmenes enviados desde mayo a la fecha, en un contexto de fuerte demanda mundial. Datos", subrayó el investigador del Ieral-Fundación Mediterránea.
¿Qué muestran esos datos? Que Argentina es el único entre los principales proveedores mundiales de carne vacuna que cayó en exportaciones desde junio hasta hoy, con respecto al ritmo de embarques generado entre enero y mayo.
Otro dato elocuente: un año atrás, Argentina era el segundo proveedor de China, acaparando el 23 por ciento de ese mercado. Hoy perdió ese lugar con Uruguay y tiene solo el 11 por ciento de las compras del país que más carne está demandando en el mundo.