Sin ley de Bases, desembolso pendiente del FMI y escasa liquidación de dólares de la cosecha gruesa, el tablero financiero de la Argentina entró en turbulencias hace dos semanas: bajaron 15% bonos y acciones, subieron los dólares financieros y el Riesgo País saltó de 1200 a casi 1600 puntos. Esos indicadores empezaron a moderarse de cara a horas decisivas que despejarán el horizonte inmediato entre miércoles y jueves. No son -ni mucho menos- hechos que procurarán la solución a los problemas económicos o políticos de la Argentina; sin ellos, los barros de la atribulada política serán más espesos.
Javier Milei esperará a que el Senado resuelva este miércoles su parte en la ley de Bases, con o sin modificaciones. No subirá al avión antes de las votaciones; anticipar el viaje impediría que Victoria Villarruel maneje la sesión, y LLA no tiene margen para perder votos y debilitar la presidencia de la Cámara ante un kirchnerismo voraz, que no quiere la norma. En la plaza, a pesar de las instigaciones explícitas de Máximo a rechazar la ley y de Cristina para movilizar a los sindicatos, la CGT irá partida: Pablo Moyano (y las CTA) sí; los gordos ni.
Si la ley sale junto al Paquete Fiscal -faltaría una nueva revisión en Diputados- Luis Caputo ha prometido bajar el Impuesto País que grava al dólar con 17,5%, para retrotraerlo al 7,5%. El ministro tendría más Ganancias (interés compartido con provincias), moratoria y blanqueo para compensar la pérdida relativa de ingresos decisivos para el superávit fiscal; se sumarían nuevos anticipos y pagos a cuenta del calendario fiscal, más el punto de inflexión en la caída de la actividad económica, para impedir que los ingresos se resientan más.
Más aún, esa baja al “País” -se especula- podría mejorar el clima de liquidación de exportaciones. El dólar blend (80% oficial, 20% Contado con Liqui) cotizaba el martes a $976,64; la norma que regula ese mecanismo vence a fin de mes, pero eliminarla desalentaría la liquidación de soja y maíz. Sostener el blend y levantar hasta $1000 el índice de exportación Matba-Rofex, podría acelerar las ventas por parte de productores hoy “sentados en los silobolsas”.
Maximiliano Pullaro exagera la nota; dijo en Buenos Aires que el tipo de cambio incide en el comportamiento de los productores. Los precios no son los mejores pero tampoco malos; Milei perdió en Agroactiva la oportunidad de aliviar la carga sobre el trigo (lo hizo Macri) para mejorar el clima de negocios, y no es cierto que el gobernador de Santa Fe esté “financiando” la demora en liquidar granos mediante la asistencia financiera a productores.
Después de todo el Banco Nación también lo hace, y el saldo de Agroactiva verificó que la plata se destina a reactivar la venta de maquinarias agrícolas. Punto para el “productivismo” del discurso santafesino, al que el presidente no le presta mayor atención.
En la carpa de la muestra, el jefe de Estado no dio señales; en “el campo” el clima es de un medido optimismo; creen -optimistas empedernidos- que habrá a mediano plazo una baja de retenciones de al menos 5 puntos porcentuales. No liquidarán más de lo estrictamente necesario.
El BCRA necesita esos dólares, pero La Casa Rosada mira a Petronas, dispuesta a traer US$30 mil millones de 2025 a 2031 para construir la planta de licuefacción para exportar el gas de Vaca Muerta, si el RIGI se sanciona. Eso más litio y cobre; el libertario es -en contraste con Pullaro- de preferencia “extractivista”. No por casualidad le sacó a Diana Mondino la Agencia de Promoción de Inversiones y Exportaciones, para ponerla en manos de “la jefa” Karina.
El Fondo y la Inflación
El jueves será otro día decisivo para las pretensiones de la Casa Rosada. Ese día el directorio del Fondo Monetario Internacional confirmaría el desembolso de US$800 millones. No cambia el desafío de fondo, pero mejora el clima inmediato en cuanto a las reservas, amenazadas por tramos del swap con China que vencen en junio (US$2.906 M) y julio (US$1.938 M). Xi JImping espera un gesto de Milei -en persona y en Beijing- antes de rollear ese financiamiento. Es, para el presidente, una íntima pulseada entre el ego y el espanto.
Ese mismo día el Indec difundirá los datos de inflación de mayo.Luis Caputo adelantó que estará por debajo del 5% (Eco Go 4,9%; PxQ4,8%), lo que en parte se debe a la postergación de aumentos en tarifas. Economía ha acelerado sin embargo la eliminación de subsidios a sectores sociales medios y bajos; en junio la suba de alimentos debería estar por debajo del 3% para que los aumentos de luz y gas no lleven el nivel general del IPC hacia el 6%.
El ministro confía que la suba de salarios mejore la actividad económica. En abril se incrementaron 16,1% (la inflación fue 8,8%) y en marzo la relación ya había sido “ganadora” (14% ante un IPC del 11%). Pero según el Ripte, la variación de los salarios entre diciembre y abril (último mes disponible) es del 83%, con una inflación del 107% acumulada en el período. Caputo prefiere mirar para adelante.
¿Se reactiva la economía? Las ventas minoristas pymes retrocedieron 7,3% interanual en mayo, a precios constantes, y acumulan una caída de 16,2% en los primeros cinco meses del año. El informe de la Confederación Actividades Mercantiles (Came) reconoce que la variación intermensual de ventas subió 6,6% respecto de abril. Una señal que aún no es rebote, pero que consiente algo -poco- de lo que Luis Caputo refiere como señales de reactivación económica.
Hay que hacer geología de datos para buscar argumentos que consoliden esa pretensión oficial. El último informe de coyuntura de FIEL reconoce que la venta de vehículos al mercado interno, en abril observó una marcada reducción en el ritmo de caída interanual, “junto con un repunte mensual –atípico por cuestiones estacionales- así como el mejor promedio diario de ventas desde noviembre de 2023.
“En efecto, los 32,7 mil vehículos registrados marcaron un retroceso del 5,9% en la comparación interanual -muy por debajo del 30% acumulado en el primer trimestre-, y un avance de 26,7% respecto a las ventas de marzo, llevando el promedio diario de patentamientos hasta 1635 unidades”.
Por el lado de la construcción, mientras el gobierno nacional le cede a las provincias las obras públicas sin transferirles los recursos, los despachos de cemento de abril crecieron 4.4% respecto al mes anterior (+9,2% en la medición desestacionalizada). Sin embargo el Grupo Construya -que reúne a proveedores fabriles del sector- reconoció que las ventas cayeron en abril 33,2%, moderando el ritmo de caída. Fuente: El Litoral.