Cultura

Destilerías Berta

Uno de los rasgos distintivos de las grapas "Berta", desde el día de su fundación, es la botella. Cada forma, con su respectiva tapa, está patentada y permite que el consumidor reconozca visualmente cada etiqueta. Ésta es una tradición familiar. La primer forma distintiva fue la del matraz (el recipiente graduado utilizado en los laboratorios de química) en el que se embotellaban las grapas a principios de la década de 1970.
A partir de este prototipo, las formas evolucionaron gradualmente hasta convertirse en las botellas actuales, una cuidada combinación de ángulos, curvas y colores que permite distinguir una grapa "Berta" de las demás, incluso antes de leer la marca. Una elección, dictada también por los numerosos intentos de plagio sufridos a lo largo de las décadas. En particular, con el auge de las grapas añejas, tradición que "Berta" inició hace más de 50 años, aparecieron en el mercado varias botellas inspiradas en las de la destilería piamontesa. Por ello, la empresa puso en marcha el estudio de nuevas variantes, a excepción a la de Paolo Berta. La característica forma de gota de esta botella no cambió desde 2002, año del lanzamiento de la primera añada (1982) de esta reserva con 20 años de crianza.
Hoy sus productos son sinónimo de gran calidad y sus selecciones son capaces de satisfacer los sentidos de cualquier degustador, ya sea un novato o un experto aficionado. La "Grappa Bric Del Gaian", obtenida por destilación con el método discontinuo, en alambiques de cobre a vapor, de orujo muy fresco de uvas Moscato, cuidadosamente seleccionadas en los territorios de origen piamonteses, envejece durante al menos ocho años en barricas de roble de varios tamaños.
De color ámbar cristalino, regala a la nariz aromas envolventes y sensuales de bayas silvestres y guindas en alcohol, piel de cítricos confitada, vainilla, salvia, caramelo y notas yodadas. Al paladar es correspondiente, rica y suave, casi a seda líquida. Permanece largo tiempo su recuerdo especiado.
Hoy se elaboran 30 calidades diferentes de grapa y 6 tipos de licores: 600.000 botellas al año, el 50% de las cuales se exportan a 75 países.

Esta historia comienza en 1886 con el nacimiento de Francesco Berta, en una familia de campesinos, cuando todavía se valoraba la simplicidad de la vida rural, el sacrificio en los campos y el respeto por las tradiciones. Entró en contacto con el vino a una edad temprana. Empezó desde muy pequeño a trabajar en la viña y de adolescente demostró una actitud emprendedora poco común para la época y comenzó a soñar con su propio producto. Gracias a sus dotes comerciales, creó una gran cartera de clientes a los que vendía los productos de la bodega familiar, ubicada en Casalotto, en Roccanivo.
Pasan los años y nacen Giovanni y Michele. Dos hermanos que siguieron dos caminos diferentes: el primero heredó el viñedo de su padre en Casalotto di Mombaruzzo; el segundo, farmacéutico en Milán, una decisión inusual en la época. Sin embargo, resultó ser un gran éxito. No existía Internet, las distancias eran largas, pero Giovanni le enviaba las materias primas a Michele y éste, muy creativo, las transformaba en tinturas y licores con misteriosas propiedades curativas.
A través de la farmacia de Milán, fue posible establecer contactos suprarregionales de modo que se pudo construir una reputación e, incluso, el drástico período posterior a la Primera Guerra Mundial, que se dejó sentir con fuerza en la producción de vino, la familia pudo sobrevivir con relativa facilidad.

En 1947 Paolo -hijo de Giovanni- se graduó en viticultura y con Lidia -su esposa- decidieron vivir en Nizza Monferrato y construir la primera destilería en la planta baja de su casa, para poder seguir utilizando los productos sobrantes de la producción de vino para la grapa. Fundó la Destilería "Berta di Berta Paolo". Bajo la bandera de un trabajo radical, obstinado e intransigente. Un trabajo que se basaba en una búsqueda incansable de la perfección, de la máxima síntesis entre lo bueno y lo bello, de la mejor materia prima, trabajada con un cuidado que rozaba la devoción. Los alambiques empiezan a calentarse aquí mismo, donde, mirando hacia arriba, la mirada se pierde en las colinas de Barbera.
Los licores de la empresa pronto se hicieron conocidos en la región.

Segunda parte cultura piamontesa

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